Por considerar que un aumento del 15% a los medicamentos es un impuesto a los enfermos, el doctor Juan Ramón de la Fuente, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), se manifestó en contra de este incremento, que de aplicarse, sostuvo, se convertiría en un problema de enormes consecuencias, incluso para las mismas instituciones del sistema de salud, y de gran impacto para la población.
“Para mí el tema no es nuevo. Siempre he estado en contra de que se aumente el IVA a las medicinas, pero mis argumentos están abiertos al debate. Estoy en contra de ello porque pienso que cargarle el IVA a los medicamentos es ponerle un impuesto a los enfermos por el hecho de estar enfermos, porque son los que compran medicinas”.
Añadió que si se analiza el mercado de los medicamentos destaca que más del 40% de los compradores lo constituyen las propias instituciones del Estado (Secretaría de Salud, ISSSTE e IMSS), con lo cual o se restituye esa erogación por la vía presupuestal o las consecuencias para las propias instituciones serán muy complicadas.
“Propongo que el tema se estudie y que la comunidad académica opine, porque hay alternativas. Si mantenemos a los genéricos fuera del IVA será una gran ventaja para los enfermos; y dejemos gravados los medicamentos de patente. No es un asunto de todo o nada, pero este tema seguirá en los próximos meses y conviene, en mi opinión, se discuta con objetividad y rigor”.
El ex rector de la UNAM (1999-2007) participó en el foro Salud mental y adicciones: investigación para informar a las políticas públicas, el cual se llevó a cabo en las instalaciones de El Colegio Nacional, en el marco del proyecto Hacia dónde va la ciencia en México. Un análisis para la acción desde las perspectivas académica, sectorial y tecnológica, que organizan la AMC, el Conacyt y el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.
De la Fuente fue el responsable de plantear las conclusiones de este panel, y fue en su oportunidad que calificó como un error pretender sacar el tema de las adicciones del campo de la salud y llevarlo al terreno de la criminalidad. “Se ha escuchado últimamente que se integraría a las grandes estrategias para la prevención del delito, como se encontraba hace 35 años. Con ello se estaría persiguiendo al consumidor, el actor más desprotegido, frágil y fácil de atrapar”.
De esa forma, advirtió el ex secretario de Salud (1994-1999), se estaría en riesgo de volver al esquema totalmente criminal, el que a priori señala al usuario como un delincuente, cuando en realidad a veces es un usuario ocasional que ni siquiera llega a ser un enfermo; pero si es un usuario frecuente, un adicto, ¿debe en un Estado democrático ser parte del trabajo del sistema criminal? Yo digo que debe estar en el lado de la salud.
Es muy importante –dijo- saber diferenciar. En la tan generalizada asociación entre drogas y violencia la parte que realmente se asocia a la violencia está fundamentalmente en la producción y en el tráfico, y en algunas drogas como el consumo de alcohol; pero en otras, como la mariguana, no se ha demostrado que haya una relación entre consumo y violencia.
En opinión del investigador estas diferencias que parecen sutiles son en realidad de fondo muy importantes, porque llevan con frecuencia a criminalizar en general a los usuarios de drogas. “Tenemos en las cárceles mexicanas,-como en otros países del mundo-, a una gran cantidad de usuarios de drogas. No estoy convencido que tengan realmente una conducta criminal, por eso me parece que cuando hablamos desde la perspectiva de salud, no es una postura retórica, sino una posición que refleja que se entiende la naturaleza del fenómeno pues una persona que usa drogas no tiene porqué estar en el terreno de la justicia criminal, porque estamos hablando de una enfermedad”.
A partir de esta consideración y desde el punto de vista científico, ¿se pudiera examinar la posibilidad despenalización del consumo de la mariguana?, se le preguntó
Esto nos lleva –respondió el actual presidente de la Asociación Internacional de Universidades- a analizar desde la perspectiva de la salud pública y científica los marcos regulatorios más apropiados para cada una de las drogas. “Hoy lo que tenemos para fines prácticos son dos drogas reguladas pero lícitas, el alcohol y el tabaco, y después, en un gran costal, las otras drogas llamadas ilícitas y ahí metemos todo como si fuera lo mismo, pero en realidad son muy distintas”.
De esa manera, explicó Juan Ramón de la Fuente, al conocerse cuál es el efecto negativo que tienen y cuál el terapéutico, se dejaría de privar a muchos enfermos con dolor crónico o terminal de los beneficios de algunos derivados de los opiaceos, los cuales les pueden ayudar a tener una muerte mucho más digna, sin dolor.
En ese sentido, el académico calificó como interesante lo ocurrido en Colorado y Washington, los dos primeros estados de la Unión Americana que desde noviembre pasado permiten la venta, posesión y consumo de mariguana, mientras que en Europa se han ido concretando marcos regulatorios intermedios para algunas de las drogas.
“En el caso de la droga es muy claro que (en algunos países) han ido permitiendo, no una venta pública, pero sí un autoconsumo limitado, que son esquemas que tienen una regulación intermedia entre el prohibicionismo a ultranza, la liberalización total; o descriminalización, o la legalización total. No tenemos porqué pensar que tiene que ser despenalizada totalmente o seguir prohibiéndola. México tiene que encontrar su propio esquema, uno que se derive de la ciencia y del conocimiento”.
De la Fuente resaltó asimismo, la necesidad de privilegiar los proyectos de investigación, sean básicos, clínicos o sociales, que permitan conocer mejor la historia natural de las adicciones a través de proyectos transdisciplinarios e interinstitucionales; así como tomar en cuenta los casos de éxito para la construcción de políticas públicas, como lo han sido los modelos de intervención sobre el tabaco y en otro terreno el VIH.
En el Foro Salud mental y adicciones: investigación para informar a las políticas públicas, se abordó el tema de las adicciones desde un enfoque fisiológico hasta la integración de su atención en el sistema de salud, participaron María Elena Medina Mora, coordinadora y expositora, así como Julio Sotelo, Guillermina Natera, Patricia Ostrosky, David Kershenobich, Malaquías López, Jesús González, y Shoshana Berenzon Gorm.