Jarocho Cuántico 61, La ciencia en Veracruz

Jarocho Cuántico 61, La ciencia en Veracruz


La investigación científica en Veracruz ya tiene una trayectoria larga, con
énfasis en tratar de entender al propio territorio y a las sociedades que lo
han habitado, y más recientemente en áreas que trascienden sus límites
geográficos. No obstante, se puede decir que al menos durante el sexenio
que está por concluir ha predominado el soslayo de parte del gobierno
estatal, cuya máxima expresión es la deuda financiera que tiene con la institución
de educación superior y de investigación más grande del estado, la
Universidad Veracruzana.

Cuando aparezca esta edición de El Jarocho Cuántico, ya habrá oficialmente
candidatos a gobernador. Quien resulte electo tendrá apenas dos años para
ordenar la administración pública y retomar estímulos y apoyos al desarrollo
económico, cultural y social que en la última década han sido contaminados
por la demagogia o de plano sepultados, junto con los mínimos de seguridad
y paz en la convivencia a que tiene derecho toda sociedad.

La investigación científica en el estado es necesaria, en primer término,
para comprender las coordenadas espaciales y temporales que nos corresponden
y atisbar las vendieras, pero si se le acompaña con una estrategia
de mayor visión podría ser detonante de mejores niveles de vida de los
veracruzanos. No es casualidad que las naciones –y los estados del país–
que menos invierten en ciencia, tecnología e innovación sean los menos
desarrollados.

En este número de El Jarocho Cuántico se presenta un diagnóstico de la
investigación científica estatal en general, y de las ciencias sociales en
particular, a cargo de Manuel Martínez y de Hipólito Rodríguez, respectivamente.
Adalberto Tejeda retoma una propuesta ya hecha pública anteriormente,
sobre los criterios básicos para impulsar distintas áreas del saber a
falta de recursos para fomentar muchas a la vez, e Irving Méndez recupera
la esencia del Programa Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo
Tecnológico, elaborado hace más de una década, y plantea la necesidad
de que el nuevo gobierno se replanteé un instrumento de esta naturaleza
con una vigencia que cubra al menos hasta el año 2024, cuando concluya
el gobierno que le suceda.

Este número, entonces, apenas pretende abrir el debate y es de esperarse
que le sucedan muchas expresiones públicas más al respecto, que lleven a
acciones concretas en los próximos años.

El ejemplar completo lo puede usted ver aquí

Los comentarios están cerrados.