Para el científico y poeta chiapaneco Balam Rodrigo, el libro lo remite a su infancia, a la lectura y “al placer, al gozo, a una pasión”. Ahora que escribe, lo remite a un oficio.
Balam Rodrigo inició su hábito por la lectura a los seis años de edad, por lo cual tiene más de 30 años consumiendo historias, novelas, poemas, cuentos, biografías y demás sucesos que relatan los libros.
“A los siete años leí mi libro completo, que es La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero. Este libro me influyó muchísimo y me sirvió para las cosas que después iba yo a escribir. Ese libro fue muy importante para mí.”
Aunque en su casa no había muchos libros, fueron los suficientes para sentar los cimientos de un lector, y posteriormente un poeta.
“Soy de un pueblo muy pequeño que se llama Villa de Comaltitlán, Chiapas, donde en realidad no había ni siquiera una biblioteca como tal. Era un estante con un puñado de libros, todos ellos viejos. Creo que había más libros en mi casa, donde no encontrabas más de 30 o 40.”
Balam Rodrigo es ex futbolista, biólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado seis títulos de poesía: Hábito lunar (2005), Poemas de mar amaranto (2006), Libelo de varia necrología (2006), Silencia (2007), Larva agonía (2008) e Icarías (2008).
Ha obtenido diversos premios entre los que destacan: Poesía Joven Ciudad de México 2006, Regional de Poesía Rodolfo Figueroa 2007, Nacional de Poesía San Román 2007 y Nacional de Poesía Ciudad del Carmen 2008. Fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico del Coneculta Chiapas, en el área de poesía, en 2005 y 2007.