Un friso de ocho metros de largo por dos de ancho (el más espectacular hasta conocido de esta cultura) fue encontrado en la zona arqueológico de Holmul, sitio de la cultura maya ubicado al norte de Guatemala, en el departamento de Petén, el cual se ubica en una pirámide que data del año 600 de nuestra era.

Un friso es una capa de mezcla que se coloca en una pared o muro como acabado. El gran tallado de piedra muestra imágenes de dioses, gobernantes y una extensa inscripción.

El hallazgo del friso derivó de un hecho fortuito, cuando los arqueólogos que trabajan en esa zona buscaban indicios de una tumba encontrada en la parte superior del, la cual estaba vacía. Bajo la estructura, en cambio se encontraron los restos de un personaje los tenían alrededor 28 vasijas de cerámica y una máscara de madera, que podría haber pertenecido a un gobernante o miembro de la elite de Holmul, dijo Francisco Estrada-Belli, director del sitio de Holmul.

“Este es un hallazgo extraordinario, es una obra de arte que también nos proporciona mucha información sobre la función y significado del edificio», añadió, e incluso enfatizó que ésta “es una de las cosas más fabulosas que nunca he visto”.

Con ese antecedente y en busca de más información sobre el significado de la máscara de madera, los investigadores hicieron más excavaciones que los llevaron hasta el relieve estucado en el edificio asociado a la tumba, el cual está en la parte rectangular la pirámide, 10 metros por arriba de la plaza.

El friso, pintado de rojo, con detalles en azul, amarillo y verde, muestra tres personajes con ricos trajes de jade y plumas de quetzal -el ave nacional de Guatemala- sentados sobre cabezas de monstruos witz (del cerro). Es probable que esto represente la coronación de un nuevo rey del sitio alrededor del año 590, refirió Estrada Belli.

Los jeroglíficos ubicados a un lado de las imágenes indican que la figura central corresponde a Och Chan Yopaat, que significa «el dios de la tormenta que entra en el cielo».

Desde la boca del monstruo central se desprenden dos serpientes emplumadas de las cuales emergen los ancestros y los cerros laterales de la región, acompañados por las figuras de dos dioses ancianos que le están ofreciendo a Och Chan Yoppat lo que sería el «primer tamal», explicó a la Francisco Estrada Belli, director del sitio de Holmul.

En tanto que en la parte posterior de los tres personajes se ve una banda de símbolos astrales conocida como «banda celestial».

«Este es un hallazgo extraordinario, una obra de arte que nos proporciona mucha información sobre la función y significado del edificio», destacó Estrada Belli.

Estrada-Belli, quien radica en Estados Unidos y para estas exploraciones trabajó con un equipo de arqueólogos y excavadores guatemaltecos, recordó que la primera investigación en Holmul, se hizo en 1909, y él la retomó en el 2000, pero la suspendió por falta de recursos.

Para reiniciar los trabajos el año pasado tuvo el apoyo de las fundaciones estadounidenses Alphawood, Maya Archeology Iniciativa, National Geographic Society y el aval académico de la Universidad de Boston.

El arqueólogo refirió que junto con su equipo volverá a Holmul el próximo año para hacer más excavaciones alrededor de la tumba y comprobar la preservación del friso, ahora cubierto para mayor seguridad.

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