Al conmemorarse éste 11 de octubre el “Día Internacional de la Niña”, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas llamó a los dirigentes de todo el a que “decidámonos hoy a invertir en las adolescentes” para que mañana puedan mostrarse firmes como ciudadanas, dirigentes políticas, empresarias, cabezas de sus familias y mucho más. “De ese modo, garantizaremos sus derechos y nuestro futuro común”, puntualizó.
“Si logramos un avance para las niñas, veremos avances en toda la sociedad”, enfatizó, para luego llamar a la acción para “ayudarlas a evitar el matrimonio infantil y los embarazos no deseados, protegerse contra la transmisión del VIH y contra la mutilación genital femenina y adquirir la educación y las aptitudes necesarias para desarrollar su potencial. También es preciso velar por su salud sexual y sus derechos reproductivos. Todas las niñas, estén donde estén, deben poder llevar una vida libre de temor y violencia”.
Recordó que los Objetivos de Desarrollo Sostenible, recientemente aprobados por la ONU, incluyen, “con sobrada razón”, metas fundamentales para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. “Ofrecen una oportunidad para alcanzar un compromiso mundial que interrumpa la transmisión intergeneracional de la pobreza, la violencia, la exclusión y la discriminación, y haga realidad nuestra visión de una vida digna para todos”.
De la misma forma mencionó la llamada urgente de Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz, arropada por jóvenes de todo el mundo en el Salón de la Asamblea General, realizada el mes pasado, justo después de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a todos los líderes mundiales: “Prométannos que cumplirán sus compromisos y que invertirán en nuestro futuro”, nos pidió encarecidamente.
La ONU n su referencia a la celebración, apunta que este año 2015, marca un interesante cruce de caminos generacional, donde las niñas que nacieron al comienzo del milenio son ahora adolescentes, mientras que las recién nacidas este año, lo serán en 2030.
Este 2015 es el año en el que la comunidad internacional valora los progresos obtenidos gracias a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y sienta los nuevos Objetivos para el año 2030,
La reflexión sobre lo conseguido y sobre lo que se ha de lograr representa una oportunidad para considerar la importancia de la inversión social, económica y política en el poder de las adolescentes como un factor fundamental para romper la transmisión intergeneracional de la pobreza, la violencia, la exclusión y la discriminación y obtener unos resultados equitativos y sostenibles.
En el comunicado de la ONU se insiste que “las mujeres tienen derecho a una vida instruida, segura y sana no sólo durante esos críticos años de la adolescencia sino también cuando maduran”.
Una inversión en el poder de las adolescentes mantiene sus derechos y promete un futuro más equitativo y próspero en el que la mitad de la humanidad participe de forma paritaria en la resolución de los problemas como el cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y la sostenibilidad mundial.
Aunque hay avances -reconoce la organización internacional- no se ha invertido lo suficiente en corregir los retos a los que hacen frente las niñas cuando entran en la segunda fase de sus vidas. Esto incluye obtener una educación secundaria y superior, evitar el matrimonio infantil, recibir información y servicios relacionados con la pubertad y la salud reproductiva, protegerlas contra los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia de género.
“Por todos estos motivos, el tema escogido para la celebración del Día Internacional este año es El poder de las adolescentes”, se remarca.
La visión para el 2030 bajo ese lema es que, las agencias de la ONU, los Estados Miembros, las organizaciones civiles, el sector privado y otros interlocutores sociales están llamados a poner a las niñas en el centro de los esfuerzos del desarrollo sostenible, llevando a cabo iniciativas claves para el presente y el futuro –puntualiza la ONU- como:
- Invertir en educación de calidad, formación, capacitación, acceso a la tecnología y otras iniciativas educativas que preparen a las niñas para la vida, el trabajo y el liderazgo.
- Invertir en salud y en una nutrición adecuada durante los años de adolescencia, incluyendo la educación sobre la pubertad, la higiene menstrual, la salud reproductiva y sexual y la disposición de esos servicios.
- Promover la no aceptación de la violencia física, mental o sexual bajo ningún concepto.
- Habilitar mecanismos sociales, económicos y políticos para combatir el matrimonio infantil y la mutilación genital.
- Invertir en la creación y mantenimiento de espacios púbicos para el debete cívico y político, la creatividad y la mejora del talento.
- Promover legislaciones y políticas de género en todas las áreas, especialmente para las adolescentes discapacitadas, vulnerables, marginadas y víctimas del tráfico y la trata.
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170 en la que declaraba el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, para reconocer los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales que confrontan las niñas de todo el mundo.