El Sputnik 1, el primer satélite que órbita la Tierra. Y punto de partida de la carrera espacial

El Sputnik 1 sobre la Tierra- Gregory R Todd


El Sputnik 1 fue el primer satélite enviado al espacio por el ser humano. Era un instrumento simple, sin equipamiento científico, sólo baterías, un sistema de control térmico y un módulo de transmisión. Era una esfera metálica de 58 centímetros de diámetro, con cuatro finas antenas de 2,4 a 2,9 metros de longitud. Nada más.

El Sputnik fue lanzado el 4 de octubre de 1957 desde el polígono experimental del Ministerio de Defensa de la URSS, posteriormente Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán (entonces parte de la Unión Soviética). Luego empezó a orbitar la Tierra a la velocidad de una vuelta completa cada 98 minutos.

Aún con su sencillez, el Sputnik 1 fue muy importante, porque inició la carrera espacial entre la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos.

En esa época el evento causo el asombro mundial porque nadie –fuera de la URSS- esperaba que la tecnología soviética estuviera tan avanzada como para poner un objeto en órbita alrededor de la Tierra.

El aparato cósmico PS-1 (las siglas provienen de las palabras rusas “satélite simplísimo”) tenía una masa de 84 kilos, y en su interior, presurizado con nitrógeno, llevaba instrumentos para medir la temperatura en la capa externa de la atmósfera, donde los gases ya se encuentran muy enrarecidos.

También portaba dos transmisores de radio, que durante tres semanas –hasta que se agotaron las baterías– estuvieron emitiendo una señal en longitud de onda de 15 y 7,5 metros, que muchos aficionados de todo el mundo se afanaban por detectar. Durante 21 días su bip-bip fue el primer sonido artificial en ocupar el espacio exterior.

La palabra sputnik en ruso significa «compañero de viaje» («satélite» en astronáutica). El nombre oficial completo, se traduce sin embargo como «Satélite Artificial Terrestre» (ISZ por sus siglas en ruso)

Sputnik 1
Sputnik 1

En esa época se le consideró una amenaza para los países enemigos de la entonces poderosa URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), pero el Sputnik no era la amenaza. Por primera vez en su historia reciente, Estados Unidos se sintió amenazado.

El 5 de octubre de 1957, el New York Times en toda su portada destacaba que el Sputnik sobrevolaba Estados Unidos 15 veces por día. En plena guerra fría, esto conmocionó a la opinión pública estadounidense, que sintió herido su orgullo nacional. Sintieron temor de que los rusos pudieran enviar misiles desde los satélites o incluso desarrollar misiles tierra-tierra que impactasen en territorio estadounidense.

Este sentimiento impulso grandes cambios políticos, sociológicos, y científicos en EEUU, para reforzar su programa espacial.

La real amenaza era el misil que lo puso en el espacio: un misil balístico intercontinental que había desarrollado la Unión Soviética, una versión modificada del misil balístico intercontinental R-7 Semyorka, que contaba con un módulo central de 26 metros de longitud y una masa de 7,5 toneladas. . Antes de utilizarlo para colocar el Sputnik en órbita, solo lo había probado el mes anterior. El cohete, También estuvo en órbita, y podía verse a simple vista desde la Tierra

Con la carrera espacial iniciada, Serguéi Koroliov -iniciador del programa espacial de la URSS- y sus ingenieros se movieron rápidamente.

Y en ese clima social estadounidense, menos de un mes después delanzado el Suptnik 1, el 3 de noviembre de 1957, cuando aún Estados Unidos no se había repuesto del shock y trataba de organizar un programa espacial de largo alcance, la Unión Soviética dio el segundo gran paso en la carrera espacial, al lanzar el Sputnik 2, que pesaba 508 kilogramos, pero que además llevaba otra sorpresa aún y transportaba el primer ser vivo al espacio, la perrita Laika, que vivió en un compartimiento cilíndrico y demostró que los seres evolucionados podían sobrevivir en el espacio.

El satélite y su carga viva permaneció en órbita durante diez días, desintegrándose ambos al entrar en la atmósfera.

El viaje del Sputnik 1 concluyó el 4 de enero de 1958, cuando reingresó a la atmósfera terrestre y se desintegró en su caída. Se mantuvo en órbita un año y 3 meses. Realizó 1.440 giros alrededor de la Tierra, es decir, recorrió cerca de 60 millones de kilómetros.

El armado del Sputnik 1
El armado del Sputnik 1

El armado del Sputnik 1

El comienzo del Sputnik

En 1952, cinco años antes de que se lanzara el Sputnik I, el Consejo Internacional de uniones científicas estableció el Año Internacional Geofísico (IGY en inglés) desde el 1 de Julio de 1957 al 31 de Diciembre de 1958, debido a que los científicos conocían que la actividad solar en esas fechas tendría un pico. En Octubre de 1954 el Consejo hizo un llamado a los países del mundo sobre la necesidad de construir satélites artificiales para realizar un mapeo de la superficie terrestre.

Los Estados Unidos tomaron la llamada y en Julio de 1955 anuncian sus planes para lanzar un satélite que orbitará la Tierra durante el IGY e invitó a varios países para trabajar juntos en su desarrollo. En Setiembre de 1955, el Laboratorio de Investigación Naval propuso el Vanguard como el representante elegido por los Estados Unidos durante el IGY.

Pasados 295 segundos del lanzamiento, la etapa central del cohete que contenía el satélite fue puesta en la órbita elíptica a una altura de 947 kilómetros en el apogeo y 288 kilómetros en el perigeo. 315 segundos tras el despegue, el satélite artificial se separó del cohete, y fue entonces cuando todo el mundo oyó sus señales de llamada.

La nave obtuvo información sobre la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.

El escritor de ciencia ficción Ray Bradbury apuntó sobre el inicio de la era cósmica: “Aquella noche, cuando el Spútnik por primera vez cruzó el cielo, levantaba la vista y pensaba en la predestinación del futuro. Aquella estrella que se movía impetuosamente de un lugar del cielo hacia el otro era el futuro de toda la humanidad. (…) Aquella chispa en el cielo hizo inmortal a la humanidad. La Tierra de todas maneras no podría seguir siendo nuestro albergue para siempre porque un día u otro le espera la muerte por frío o por recalentamiento. La humanidad está predestinada a ser inmortal, y aquel fuego en el cielo fue el primer vislumbre de la inmortalidad…”

La serie de los Sputnik continuó hasta 1961, comprendiendo tanto lanzamientos de equipo científico, como pruebas de astronaves sin tripulación que los rusos lanzaban bajo el nombre genérico de satélites.

La respuesta de los Estados Unidos recién adquirió la prontitud con la que debió de contar desde un inicio, el Departamento de Defensa estadounidense anunció la aprobación de una partida especial para apoyar un proyecto paralelo al Vanguard: el Proyecto Explorer a cargo de Werner von Braun quien a la larga sería reconocido como uno de los científicos más renombrados de la carrera espacial.

Es así como en Enero del año siguiente, 3 meses después del lanzamiento del Sputnik I los Estados Unidos de Norteamérica lanzan con éxito el Explorer I. Este pequeño satélite logra en su viaje al espacio detectar el cinturón de radiación magnética que rodea a la Tierra, posteriormente este cinturón recibiría el nombre de su principal investigador James Van Allen.

El lanzamiento del Sputnik I ocasionó también de manera indirecta la creación de la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA en inglés). así como de otros departamentos y oficinas especiales para el desarrollo espacial.

Antecedentes

Desde 1949 la Unión Soviética estaba investigando las capas superiores de la atmósfera y del espacio a través de los cohetes geofísicos, que podían levantar el peso de aparatos científicos (primero de hasta varios centenares de kilos y luego de hasta varias toneladas) a unos 500 kilómetros de altura o más. Prácticamente todos los cohetes balísticos elaborados por la URSS para fines defensivos se utilizaron también para la exploración del espacio.

El lanzamiento del primer satélite de la historia humana estuvo precedido por un trabajo titánico de cálculos y experimentos realizado por los investigadores encabezados por el ingeniero aeroespacial, Serguéi Koroliov, quien en 1946 fue nombrado diseñador general de cohetes balísticos.

Tras la elaboración del cohete balístico de dos etapas R-7 para llevar un satélite al espacio, en 1956 se firmó la orden de lanzar en 1957 o 1958 el llamado “Objeto D”, un complicado aparato que podía pesar hasta unos 1400 kilógramos de peso y que portaría 300 kilógramos de equipos científicos. Pero, para fines de 1956 se hizo evidente que al equipo de este proyecto no se le podía fijar un plazo. Entonces, Koroliov propuso que, en vez de enviar un laboratorio espacial entero, se pusiera en órbita un minúsculo satélite para no perder la ventaja sobre ante los estadounidenses, que tenían programado un lanzamiento de un aparato similar en 1958. La propuesta fue aprobada por las autoridades del país.

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