El vehículo experimental creado para que Europa adquiera en el futuro la capacidad de reentrar en la atmósfera terrestre con un sistema de transporte reutilizable ha completado su misión con éxito. El avión de la ESA IXV -siglas en inglés de Vehículo Experimental Intermedio- ha llevado a cabo una reentrada perfecta, amerizando en el océano Pacífico al Oeste de las islas Galápagos
El avión IXV despegó el 11 de febrero a las 13:40 GMT (14:40 CET, 10:40 hora local) desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, en la Guayana Francesa, en un lanzador europeo Vega. Se separó del cohete a una altura de 348 km y continuó su ascenso hasta alcanzar los 413 Km. Durante su reentrada tomó una gran cantidad de datos, gracias a los más de 300 sensores con que está equipado.
Durante el descenso, el avión – de cinco metros de largo y dos toneladas de peso- redujo su velocidad de hipersónica a supersónica. La velocidad de reentrada, de 7,5 Km/seg a una altura de 120 Km, reprodujo las mismas condiciones a las que estaría sometida una nave que volviera a Tierra desde la órbita baja.
IXV planeó a través de la atmósfera antes de desplegar el paracaídas que frenaría aún más su velocidad de caída, hasta el amerizaje seguro en el océano Pacífico.
El Centro de Control de la Misión, en el ALTEC (Advanced Logistics Technology Engineering Centre) de Turín, Italia, vigiló de cerca el IXV durante toda la misión, recibiendo datos de vuelo y de los instrumentos desde el segmento de Tierra -integrado por las estaciones de seguimeinto en Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia), y la antena en el barco de rescate Nos Aries, en el Pacífico-.
El IXV se mantiene en este momento a flote con flotadores hinchables, mientras el barco de rescate se apresura a recogerlo. Una vez en Europa, en el centro tecnológico de la ESA, ESTEC, en Holanda, el IXV será sometido a un análisis detallado.
Dominar la técnica de la reentrada significa abrir un nuevo capítulo para la ESA. Es una habilidad indispensable a la hora de desarrollar lanzadores con etapas reutilizables, para traer a Tierra muestras de otros planetas o para la vuelta a casa de los astronautas. Será igualmente importante para la futura investigación en observación de la Tierra y microgravedad, y en misiones de mantenimiento y retirada de satélites.
Los resultados iniciales de esta misión se harán públicos, previsiblemente, dentro de unas seis semanas.
“IXV ha abierto un nuevo capítulo para la ESA en lo que se refiere a las capacidades de reentrada y reutilizabilidad”, explica Jean-Jacques Dordain, Director General de la ESA.
“La ESA y sus Estados Miembros, junto con la industria espacial europea, están ya listos para hacer frente a nuevos desafíos en distintos campos del transporte espacial, en futuros lanzadores, en exploración robótica o en vuelos tripulados”.
“Con esta misión aprenderemos mucho sobre las tecnologías que necesitamos para los nuevos sistemas de lanzamiento, en particular en lo referido a sistemas reutilizables”, señala Gaele Winters, Director de Lanzadores de la ESA.
“Esta ha sido una misión breve con un enorme impacto”, afirma Giorgio Tumino, jefe de misión de IXV.
“La tecnología de vanguardia que hoy validamos, y los datos recopilados por los sensores a bordo del IXV, abrirán numerosas oportunidades para que Europa desarrolle sus planes en transporte espacial, para multitud de aplicaciones”.
La ESA proporcionará imágenes de las operaciones de recuperación del IXV, cuando lleguen desde el barco en el Pacífico.
Vega demuestra su capacidad
Este lanzamiento también ha permitido mostrar la gran capacidad del nuevo lanzador Vega, y para confirmar su flexibilidad para un amplio rango de misiones.
Desde su introducción en 2012 Vega ha permitido reducir los costes operacionales, y ha puesto en órbita su primer satélite comercial; también ha demostrado otras habilidades, como la de transportar cargas múltiples y colocarlas en órbitas distintas.
La misión de hoy ha sido la primera en que la carga útil de Vega requería una trayectoria de lanzamiento ecuatorial, en lugar de hacia el Norte como en misiones precentes. También ha sido la carga más pesada hasta el momento.
Acerca de Vega
Vega es el sistema de lanzamiento preferido por Europa para colocar cargas pequeñas -entre 300 y 2000 Kg-, científicas y de observación de la Tierra en las órbitas baja y polar.
Está operado desde la Guayana Francesa, y sus costes se reducen por la simplicidad del diseño y del concepto operacional; por el uso de tecnologías avanzadas; y por la sinergia con las instalaciones de Ariane.
En el Consejo de la ESA a nivel ministerial de diciembre de 2014 se aprobaron los fondos no solo para proseguir con la explotación de Vega sino también para el desarrollo de una versión mejorada, Vega C, con más prestaciones y sinergias. Vega C, que comparte su primera etapa con el nuevo lanzador Ariane 6 para cargas pesadas, volará por primera vez en 2018.
La ESA ha desarrollado el lanzador y también el programa Verta (Vega Research and Technology Accompaniment) para demostrar la versatilidad y flexibilidad de Vega.
El contratista principal de Vega es ELV, una colaboración de la agencia espacial italiana ASI y Avio.
(ESA)