De continuar con las tasas de migración como hasta ahora, se pronostica que en el año 2030 ya no habrá gente que quiera trabajar en el campo debido a los problemas que se tendrán en cuanto a la economía y disponibilidad de agua, comentó Ignacio Sánchez Cohen, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en el auditorio de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV).

Al participar en el inicio del Diplomado Cuencas Hidrológicas que ofrece dicha Facultad, el investigador comentó que la población rural está desapareciendo. Informó que se registra una tasa de decremento de 400 personas por día que dejan su lugar de residencia rural para irse a ciudades del mismo país o del país vecino.

Explicó que hay tres tipos de migración: rural-rural, rural-ciudad y rural-otro país. Comentó que las zonas que sufren este fenómeno se dice que están en estrés, como el norte del país.

Compartió que hace tres semanas expuso ante la Conferencia Nacional de Gobernadores que en 2035 los refugiados ambientales serán 35 millones de personas, y habrán salido de sus viviendas a causa de las sequías y de las inundaciones; especificó que a diferencia de los refugiados por sequías, los habitantes desplazados por el agua casi siempre regresan a sus viviendas, incluso, dijo, en algunas partes de Sonora hay niños de 11 años que nunca han visto llover.

 Ignacio Sánchez aseguró que la agricultura sigue siendo el principal competidor de los sectores urbano e industrial en cuanto a consumo de agua. El problema que se tiene en la agricultura de riego es el sobredimensionamiento de las áreas de riego y la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Además, México ocupa los primeros lugares en cuanto a contaminación de agua provocada por la industria cementera, principalmente.

El 78 por ciento del agua es utilizado por el sector agrícola y en este rubro se incluye la alimentación del ganado, pues el forraje requiere de grandes cantidades de agua para crecer. El conferencista comentó que México importa agua de Canadá y Estados Unidos y que una persona emplea diariamente 250 litros para cubrir sus necesidades.

Como ejemplo dijo que también se puede medir el agua que trae uno encima con la ropa, pues una camisa significa el uso de cinco mil litros, otro tanto requiere el pantalón y así cada prenda puede ser cuantificada de esa manera.

Gabriel Díaz Padilla, investigador de INIFAP y académico de la Facultad, también participó en el diplomado con el tema “Delimitación geográfico-espacial de microcuencas del estado de Veracruz”. Comentó que las cuencas no toman en cuenta límites políticos sino naturales y esto es un problema específicamente para las microcuencas cuando se trata de conformar un consejo y se tiene que entablar un diálogo con partidos de diferente ideología y hasta con diferentes religiones.

Informó que la Comisión Nacional del Agua determinó la existencia de mil 471 cuencas, 315 subcuencas y hasta el momento no tiene un número preciso de microcuencas; definió a estas últimas como “unidades geográficas que se apoyan principalmente en el concepto hidrológico de división del suelo”.

Los comentarios están cerrados.