En la República Democrática del Congo (RDC), en África central, apareció una segunda epidemia de Ébola, provocada por una cepa diferente a la que azota al oeste del continente; la nueva epidemia fue anunciada el 24 de agosto por la OMS, pero aún sin definir ésta característica.

Ante la distancia entre un brote y otro fue que se hizo esencial comprobar si esta segunda epidemia era consecuencia de la de África occidental, lo que implicaría una expansión al África central.

El estudio internacional que demostró que esta es una cepa distinta, concluye también que las dos epidemias no están relacionadas, lo que a la vez incrementa la necesidad de acelerar el combate a la la enfermedad, de la que urge comprender las formas de propagación.

El estudio internacional fue desarrollado por el Institut de recherche pour le développement (IRD), el Instituto Pasteur, el Centre national de la recherche scientifique (CNRS), el Centre international de recherches médicales de Franceville (CIRMF) en Gabón, el Instituto Nacional de Recursos Biológicos (INRB) en la RDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se publicó en la revista New England Journal of Medicine el 16 de octubre de 2014.

La secuenciación completa del genoma del virus responsable se ha realizado en el CIRMF gracias a un secuenciador de alto rendimiento único en el África subsahariana, lo que confirmó que se trata de un virus de la especie Ébola, pero diferente del que azota a África occidental, aunque es una cepa muy próxima a la que castigó a la República Democrática del Congo y a Gabón entre 1995 y 1997.

Una epidemia circunscrita

Este resultado revela que el foco congoleño se debe a una cepa vírica local que se ha podido controlar. Esta epidemia comenzó el 26 de julio de 2014, cuando una mujer enfermó días después de haber despedazado el cadáver de un simio que encontró en el bosque. A la fecha de hoy, se han confirmado 70 casos, entre los que se cuentan 42 fallecimientos, es decir, se calcula una tasa de mortalidad de aproximadamente el 60 %, similar a la observada en África occidental. El pico epidémico se registró durante la semana del 24 de agosto de 2014. Gracias a las medidas de protección puestas en marcha por las autoridades sanitarias congoleñas (aislamiento de los enfermos, protección del personal médico, concienciación de la población para evitar cualquier contacto corporal) parece que la epidemia está bajo control.

Esta reciente multiplicación de las epidemias de ébola muestra que aumenta la probabilidad de transmisión del virus del reservorio animal al hombre. Así, urge comprender mejor los medios de circulación (estacionales u otros) del virus en el seno del reservorio natural, así como los que determinan el paso del virus de una especie animal a otra o al hombre. Conocer mejor estos parámetros permitiría definir los umbrales de alerta y de predicción de las epidemias, lo que podría ser muy valioso para poner en marcha con rapidez medidas de control.

  • Información bibliográfica completa
  • G. D. Maganga, J. Kapetshi, N. Berthet, B. Kebela Ilunga, F. Kabange, P. Mbala Kingebeni, V.
    Mondonge, J-J Tamfum Muyembe, E. Bertherat, S. Briand, J. Cabore, A. Epelboin, P. Formenty, G. Kobinger, L.
    González-Angulo, I. Labouba, J-C Manuguerra, J.-M. Okwo-Bele, C. Dye, E. Leroy. Ebola Virus Disease in
    Democratic Republic of the Congo, New England Journal of Medicine, 2014. DOI:10.1056/NEJMoa1411109

 

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