En México la concentración de pobladores en las ciudades llegó ya al 71 por ciento, en 2010,con una población urbana total de 79 millones, distribuidos en 421 ciudades; esto es el mismo promedio que en los países desarrollados, apuntó Gustavo Garza Villareal, académico de El Colegio de México, durante el Seminario nacional: La planeación del desarrollo urbano y regional en México. A cuatro décadas de la Ley General de Asentamientos Humanos, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ahí indicó que desde hace 40 años se percibía que habría problemas de concentración en las zonas metropolitanas, por lo cual sostuvo que si México aspira a ser globalmente competitivo es insoslayable la evaluación respecto de la planeación democrática, además de la urbana, y lamentó que los programas sexenales de desarrollo urbano hayan estado lejos de alcanzar los objetivos de una planificación efectiva.
Por su parte el doctor Salvador Vega y León, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), refirió que ante los procesos de crecimiento urbano registrados en México en los últimos 20 años, ha sido cuestionada, con toda lógica y necesidad, la vigencia de la Ley General de Asentamientos Humanos para solventar una política de suelo y vivienda, que promueva ciudades sustentables, ordenadas y seguras.
Ahí señaló que en materia de asentamientos humanos, crecimiento no es necesariamente sinónimo de desarrollo y por ello diversos sectores han señalado la urgencia de contar con instrumentos de regulación adecuados; definir corresponsabilidades entre los distintos niveles de gobierno; reconocer la escala regional, y garantizar que los planes y programas de desarrollo urbano se apliquen de manera responsable y transparente, entre otras apreciaciones.
“Como sociedad tenemos la responsabilidad de aportar visiones plurales, integrales e integradoras de los problemas urbano-regionales y, en ese proceso, la academia se suma como actor relevante en la discusión de las necesidades de México”.
El doctor Vega y León expuso que la universidad contemporánea se ocupa de asuntos que, más allá de lo académico, afectan la vida diaria del entorno; tal responsabilidad está implícita en su filosofía humanista y voluntad de vinculación.
La responsabilidad referida hace de la universidad un espacio natural de encuentro que suma la pluralidad, la tolerancia y la diversidad como principios que caracterizan a las sociedades contemporáneas.
La doctora Priscilla Connolly Dietrichsen, Profesora Distinguida de la UAM, señaló que la Ley General de Asentamientos Humanos de mayo de 1976 permitió al gobierno federal “intentar poner orden” a una acelerada urbanización y a la excesiva concentración económica y demográfica en la Ciudad de México.
En el panel de apertura: La Ley General de Asentamientos Humanos: evaluación de cuatro décadas de avances y retrocesos en la planeación urbana y regional, la investigadora sostuvo que se reconoció el carácter no controlado del crecimiento y las profundas desigualdades regionales como causantes de la migración y la concentración en las ciudades, pero el debate no incluyó la injusticia.
La investigadora recordó que en la década de 1970 el Estado Mexicano tenía capacidad de intervención en la economía nacional, al controlar los sectores básicos, y en la política, al influir en el desarrollo general de la nación.
“De hecho el poder de algunos organismos públicos, entre ellos Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, a través de sus inversiones podían determinar la planeación del desarrollo regional, pero sin coordinación con el gobierno federal, los estados y los municipios”.
La profesora adscrita al Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco indicó que en esos años la aportación de investigadores y expertos formados en el extranjero permitió el desarrollo de la planeación, pues el país carecía de un número suficiente de institutos de educación superior que impartiera la carrera de planeación y asentamientos humanos.
El senador Alejandro Encinas Rodríguez aseguró que la Ley General de Asentamientos Humanos es reconocida como el instrumento más importante del siglo XX para la institucionalización de las políticas públicas en materia de desarrollo urbano.
La promulgación de esa Ley implicó retos de confrontación con diversos intereses de sectores económicos privados que la calificaron de iniciativa socialista que atentaba contra la propiedad privada, pues pretendía establecer las mismas normas de planes quinquenales de la desaparecida Unión Soviética o Cuba.
“En ella se centra la verdadera contradicción y conflicto que hemos tenido en materia de planeación y desarrollo urbano; ordenamiento territorial, y cuidado del desarrollo sustentable y el medio ambiente”.