En materia de investigación, la zona maya es la más estudiada del país e incluso una de las más investigadas del mundo, lo que ha derivado en un profundo conocimiento de sus áreas de asentamiento y su arquitectura mediante el uso de nuevas tecnologías; a ello se suman proyectos arqueológicos de largo aliento en los sitios prehispánicos que han permitido mantenerlos en un alto nivel de conservación, apuntó la doctora Nelly Robles García, coordinadora nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), durante el primer día de actividades del encuentro “Hacia un Plan de Conservación Internacional de Sitios Mayas del Patrimonio Mundial”.
Comentó que “cuando menos 40 por ciento de las investigaciones que llegan al Consejo de Arqueología del INAH están enfocados en esta región; hay numerosos especialistas nacionales e internacionales en diferentes sitios, ya sea enfocados al estudio de la arquitectura monumental, o haciendo recorridos de superficie para identificar áreas de asentamientos a través de nuevas técnicas de investigación arqueológica, sin necesidad de abrir grandes pozos.
“Muchas investigaciones —continuó— se realizan con base en nuevas tecnologías, como radares de penetración y un sistema de vuelos rasantes, que permiten estudiar el subsuelo. Todas esas técnicas se están aplicando en la zona maya, una de las más investigadas también a nivel mundial”.
Robles García señaló que el diagnóstico de cada sitio tiene que ver con la investigación, la conservación, la restauración, la protección, la tenencia de la tierra y el impacto social que tienen sobre las comunidades circundantes. Una vez que se tenga este panorama, será más fácil plantear las directrices adecuadas para la mejor conservación de los sitios.
Al hablar sobre los sitios reconocidos por la UNESCO, la coordinadora nacional de Arqueología del INAH destacó que “los sitios mayas mexicanos de Patrimonio Mundial tienen un estándar muy bueno de conservación, el reto que tenemos es el sobreuso, la gran cantidad de turismo, de tal manera que la propuesta de conservación tiene que abordar este aspecto. En especial para este año, en diciembre —que algunos grupos ‘new age’ han puesto como fecha cabalística—, se prevé la llegada de mucha gente, por lo que tenemos que estar preparados con un operativo adecuado para el cuidado de las zonas arqueológicas”.
Nelly Robles también destacó como uno de los principales desafíos para la conservación, las intervenciones que se hicieron en los años 40 y 50, en las que se abusó del uso del cemento. “En las zonas húmedas es una situación seria porque la humedad hace reaccionar dicho mortero de manera poco favorable para las piedras calizas, que es el material original de los sitios. Esas restauraciones que en su momento fueron aceptables, hoy nos damos cuenta que son anómalas para su conservación.
“Por esta razón, en Uxmal y Chichén Itzá hemos iniciado un programa de conservación en el que se pondera el uso de la cal para todos los trabajos de restauración. De este modo, estamos recuperando las técnicas tradicionales que anteriormente eran menospreciadas. Los monumentos prehispánicos están hechos de cal, arena y piedra, y en la medida en que el especialista aprende las técnicas de trabajo con esos materiales originales, garantiza a los edificios una vida más larga, porque son totalmente compatibles con las antiguas estructuras”.
La arqueóloga Robles García se refirió además a la amenaza que representan los desastres naturales, como huracanes o sismos. “Debemos tener planes de evacuación oportunos, inventarios, de tal manera que estos meteoros no signifiquen pérdidas. Comprender que todo ello es parte de nuestra vida cotidiana, nos ayudará a enfrentar la constante de los desastres naturales. El INAH ha avanzado mucho en ese sentido, en los últimos 15 años hemos adquirido gran experiencia en trabajos de prevención, sabemos qué hacer, cómo conducir al visitante y cómo atender el patrimonio cultural de la mejor manera”.
De la misma manera ponderó que este conjunto de reflexiones sobre los sitios mayas por parte de los especialistas llevará a una propuesta de conservación integral, para lo cual también se ha invitado a expertos de otros sitios que no son de esta área cultural, pero que tienen buenas experiencias en cuanto al manejo de Patrimonio Mundial, como Monte Albán, Teotihuacan, El Tajín o Xochicalco, que pueden aportar ideas para armar esta propuesta general.
Por su parte Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto, al inaugurar el foro, organizado por el INAH y el Centro de Patrimonio Mundial Unidad de América Latina y el Caribe, de UNESCO, afirmó que en la presente administración se han implementado nuevos proyectos y herramientas para la mejor conservación de zonas arqueológicas y sitios históricos en todo el país, incluidos los del área maya, donde se han instalado plantas de tratamiento de aguas residuales, como en el caso de Tulum y Chichén Itzá, y el nuevo Museo Arqueológico de Cancún, en Quintana Roo, que será inaugurado esta semana.
El director general del INAH enfatizó que estos proyectos, que cuentan con el involucramiento de varias disciplinas científicas y sociales, han incluido la adquisición de tierras para crear áreas de amortiguamiento de zonas arqueológicas, el involucramiento de las comunidades aledañas en los trabajos de conservación —vía el Programa de Empleo Temporal—, y una relación virtuosa entre naturaleza y cultura.
De Maria y Campos indicó que en este sexenio el INAH ha logrado la renovación de 70 museos bajo su adscripción, la dotación de infraestructura, servicios al público y planes de manejo de los sitios prehispánicos más visitados del país, y antes de finalizar este año se habrán abierto 14 nuevas zonas arqueológicas.
Por su parte, la doctora Nuria Sánz, jefa de Patrimonio Mundial para América Latina y el Caribe de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), resaltó que reunir a los encargados de sitios mayas de Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y México (más de 30 especialistas) reafirma las posibilidades de cooperación internacional en la región, cuyos resultados serán presentados el próximo año en Chile, para revisar los avances logrados en el marco del 40° Aniversario de la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
A su vez Nelly Robles, coordinadora nacional de Arqueología del INAH, abundó que se analizará la problemática no sólo de los sitios mayas que tienen la declaratoria de Patrimonio Mundial —que son los más reconocidos y visitados—, sino en general de todos los que hay en el área maya, “porque hay gran cantidad de zonas arqueológicas muy importantes que no se pueden quedar fuera de una propuesta de conservación”.
El evento se realiza del 29 y 30 de octubre en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”.