Con un modelo matemático y computacional, Tom Froese y Carlos Gershenson, académicos del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, expusieron desde las ciencias exactas la tesis de Linda Manzanilla Naim, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), quien planteó que en Teotihuacan pudo haber existido un sistema de gobierno compartido por cuatro líderes de diferentes grupos locales.
Especialista en esa civilización mesoamericana, Manzanilla afirmó que en un inicio su planteamiento no fue bien aceptado por la comunidad académica, pero actualmente comienza a tomarse en cuenta. “En Teotihuacan no se ha encontrado evidencia de la presencia de un solo gobernante ni de golpes de Estado, que serían comunes al ejercer una sola persona el poder”, destacó la arqueóloga.
En esa urbe multiétnica, dividida en barrios con élites intermedias y una clase media competitiva y dinámica, sobresalieron cuatro grupos identificados por sus propios símbolos: serpiente, coyote, ave de rapiña y felino (a veces representado por el tocado de tres borlas); cada uno aportó un líder para el cogobierno, señaló.
Interesado por este planteamiento, Froese, experto en cibernética que conoció Teotihuacan como turista, se adentró en las investigaciones de Manzanilla hasta que logró conocerla y convencerla de expresar su tesis en una plataforma novedosa, en la que las matemáticas sintetizan los elementos más relevantes de la arqueología en busca de sus propios resultados.
Sociedad corporativa y multiétnica
En tanto, Manzanilla indicó que antes de su planteamiento historiadores del arte como Esther Pasztory y Zoltán Paulinyi destacaron que esa ciudad prehispánica fue distinta en su conformación a las sociedades mayas, pues mientras las del sur tuvieron una estructura social piramidal, donde el gobernante estaba a la cabeza y era una deidad, en la urbe del centro del país predominó una sociedad corporativa y multiétnica, construida por varias pirámides sociales pequeñas, regidas por oficio, jerarquía y etnicidad.
Se dividió en cuatro partes. “Supuse que había un sistema de cogobierno de cuatro señores, provenientes de cada sector de la urbe, que participaban juntos en el gobierno. Ésa es mi tesis”, señaló Manzanilla, quien destacó que en excavaciones de Sigvald Linné se encontró una vasija de cuatro individuos que hacen rituales de siembra, cada uno con emblemas distintos.
Sistemas distributivos
En el IIMAS, Froese se dedica a investigar los sistemas distributivos y auto organizados que se presentan lo mismo en el cerebro que entre dos personas que interactúan y comparten una experiencia, e incluso, como muestra la investigación de Gershenson, entre grupos de semáforos que pueden reprogramarse para funcionar con más eficiencia.
En su modelo, convirtió la estructura política de Teotihuacan en una red booleana de 66 nodos, en donde cada uno de éstos hipotéticamente representa a una de tres élites intermedias de los 22 ‘complejos de tres templos’, que probablemente eran los centros de los primeros barrios de la antigua urbe.
“El modelo demuestra que un cogobierno distribuido –formado por 66 individuos egoístas del mismo nivel social, divididos en 22 barrios y en cuatro distritos– podría haber exhibido una autogestión óptima, incluso en ausencia de un control centralizado por gobernantes poderosos o un extenso aparato burocrático”, indicó Froese.
Rituales, cohesión colectiva
En el modelo matemático se encontró que los rituales de la comunidad tuvieron una labor importante para crear cohesión colectiva entre los cuatro distritos y, sobre todo, en sus comunidades.
“El ritual favorece lo óptimo en la colectividad y dentro de ese proceso el comportamiento y el aprendizaje se auto optimiza colectivamente”, destacó.
Una sorpresa de esta singular investigación multidisciplinaria fue que las herramientas matemáticas fundaron formalmente la tesis del cogobierno planteado desde la arqueología y significaron el desarrollo del primer modelo matemático de la coalición política de Teotihuacan, la primera civilización urbana de Mesoamérica.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica PLOS ONE: http://dx.plos.org/10.1371/journal.pone.0109966 .