Astrónomos que trabajan con la NASA encontraron un gigantesco cumulo de estrellas que está rompiendo con varios registros estelares, al ser uno de los más grandes y más activos jamás descubiertos, al que llamaron Fénix, por la nueva actividad que presenta.

El descubrimiento, que fue anunciado por la NASA, se trabajó con el observatorio espacial de rayos X Chandra, y fue ratificado por el telescopio de la Fundación Nacional de Ciencias del Polo Sur, así como por otros ocho observatorios estelares de clase mundial.

El cúmulo se encuentra a 5 millones 700 mil años luz de la tierra y al momento de la observación parece tener nueva actividad, con lo cual también es el producto más poderoso de rayos X de cualquier grupo de estrellas conocido y uno de los más masivos, además de que la información obtenida también sugiere que la velocidad de enfriamiento del gas caliente en sus regiones centrales es la más grande jamás observada.

Michael McDonald, miembro del equipo que trabaja con el observatorio estelar Hubble, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, autor de un artículo aparecido en la edición del 16 de agosto de la revista Nature, refiere que la nueva actividad que presenta el cúmulo se asemeja al mito del ave Fénix, “que resurge de entre los muertos; es una manera de describir este objeto estelar revivido”.

«A pesar de que la galaxia central de la mayoría de los cúmulos puede estar inactiva durante miles de millones de años, la galaxia central en este grupo parece haber revivido con un nuevo estallido de formación estelar»., puntualiza.

Al igual que otros cúmulos de galaxias, Fénix contiene una enorme reserva de gas caliente, que a su vez tiene más materia normal –que exceptúa a la materia oscura- que todas las galaxias del cúmulo combinado, situación que sólo se puede detectar con telescopios de rayos x, como Chandra.


La idea predominante hasta ahora es que una vez que este gas caliente se enfríe se “hundirá” en la galaxia central del cúmulo provocando la formación de un gran número de estrellas.

Sin embargo, la mayoría de los cúmulos de galaxias han formado muy pocas estrellas durante los últimos millones de años.

Los astrónomos creen que en la galaxia central de estos cúmulos existe un agujero negro supermasivo, el cual bombea energía al sistema, evitando un enfriamiento súbito del gas y por tanto una explosión que lleve a la formación de estrellas.

Pero en el caso de Fénix los astrónomos creen que “su agujero negro” no emite suficiente energía, con lo cual la formación de estrellas es 20 veces más rápida que en el cumulo de Perseo.

El famoso cumulo de Perseo es un ejemplo de un agujero negro que emana grandes cantidades de energía previendo con esto el enfriamiento que llevaría a una alta tasa de formación de estrellas.

En Perseo se presenta además el fenómeno de que se emiten ondas sonoras con una increíble profundidad bemol, de 57 octavas por abajo del Do central, lo que permite que se mantenga el gas caliente.

Pensamos que estos sonidos tan profundos pueden ser encontrados en los cúmulos de galaxias en todo el universo, dijo Ryan Foley, co-autor del articulo y compañero de Clay en el Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica en Cambridge. Sin embargo, apuntó, esto no se presenta en el caso de Fénix o sus notas no son lo suficientemente poderosas como para evitar el enfriamiento del gas del centro del cúmulo.

“La galaxia y su agujero negro están experimentando un crecimiento insostenible” dijo el coautor Bradford Benson, de la Universidad de Chicago. “Esta tasa de crecimiento no puede durar más de un centenar de millones de años, de lo contrario la galaxia y su agujero negro se volverían mucho más grandes que sus contrapartes en el universo cercano”.

“Esta espectacular explosión de estrellas es un descubrimiento muy importante porque sugiere que tenemos que repensar como crecen las galaxias masivas”, dijo Martin Rees, de la Universidad de Cambridge, un experto en la cosmología de renombre mundial que no participó en el estudio. “El enfriamiento del gas caliente puede ser una fuente mucho más importante en la creación de estrellas de lo que se pensaba anteriormente”, puntualizó.

El grupo Fénix originalmente fue detectado por el telescopio de la Fundación Nacional de Ciencias del Polo Sur, y más tarde se observó en luz visible por el Observatorio Gemini, el telescopio Blanco de 4 metros y el telescopio Magallanes, todos en Chile. El gas caliente y su velocidad de enfriamiento se estimaron a partir de datos de Chandra. Para medir la tasa de formación estelar en el grupo de Fénix, varios telescopios espaciales fueron utilizados, incluyendo Wide-field Infrared Survey Explorer de la NASA y el Galaxy Evolution Explorer y Herschel de la ESA.

 

Marshall de la NASA Space Flight Center en Huntsville, Alabama, dirige el programa Chandra para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington. El Observatorio Astrofísico Smithsoniano controla lo científico de Chandra y de las operaciones de vuelo desde Cambridge, Massachusetts

El video de la acción de Fénix.

Los comentarios están cerrados.