El 29 de septiembre de 1901 nació en Roma el físico Enrico Fermi, que desarrolló el primer reactor nuclear del mundo: el Chicago Pile-1, construido en esa ciudad estadounidense como parte del proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial.
Es uno de los pocos físicos que ha sobresalido tanto en la parte teórica como en la experimental de su campo. De hecho, a veces se le denomina el ‘arquitecto de la era nuclear’ y el ‘arquitecto de la bomba atómica’. Además, el científico italiano también presentó avances importantes en teoría cuántica, física de partículas y mecánica estadística.
En 1922 se graduó de doctor en la Escuela Normal Superior de Pisa, y de entonces y hasta 1932 desarrolló la primera fase de su actividad científica: la de la Física atómica y molecular. En 1927 aplicó la «estadística de Fermi» a los electrones que se mueven en torno al núcleo del átomo, con lo cual estableció un método aproximativo para el estudio de muchas cuestiones atómicas («método de Thomas-Fermi»).
El segundo período que se le identifica va de 1933 a 1949, cuando estuvo dedicado a la Física nuclear.
En 1933 su teoría de la radiactividad «beta» dio forma cuantitativa al proceso de la transformación de un neutrón en un protón mediante la emisión de un electrón y un neutrino. Luego estudió la radiactividad artificial, descubierta por el matrimonio Joliot-Curie, y en 1934 descubrió la provocada por un bombardeo de neutrones; posteriormente vio que las sustancias hidrogenadas y, en general, los elementos ligeros podían disminuir la velocidad de los neutrones después de choques elásticos. Y, así, en 1935-36 estudió las propiedades de absorción y difusión de los neutrones lentos.
En 1938 Fermi fue galardonado con el Premio Nobel de Física por su trabajo sobre la radiactividad inducida por el bombardeo de neutrones y el descubrimiento de los elementos transuránicos, aquellos con número atómico superior al 92 (el del uranio).
Uno de estos elementos, el que tiene como número atómico 100, fue bautizado como fermio en honor del físico italiano.
Pero después de recibir el Nobel en Estocolmo, Suecia, emigró hacia los Estados Unidos, a Nueva York, por causa de las leyes antisemitas promulgadas por Benito mussolini, como parte de régimen fascista. Su esposa Laura era de origen judío, lo que también colocaba en situación de peligro a sus hijos.
Dirigió la construcción del primer reactor nuclear, instalado debajo de las gradas del estadio abandonado Alonzo Stagg Fielden, de la Universidad de Chicago, logrando, en diciembre de 1942, la primera reacción en cadena controlada de fisión nuclear, para lo cual trabajó también con Leó Szilárd, el descubridor de la reacción en cadena. Durante el resto de la Segunda Guerra Mundial participó en el desarrollo de la bomba atómica en los laboratorios de Los Álamos, Nuevo México, dentro del Proyecto Manhattan. Con posterioridad se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por razones éticas. En 1946 fue nombrado profesor de física y director del Instituto de Estudios Nucleares de la Universidad de Chicago.
Terminada la guerra, se dedicó al estudio de los neutrones lentos y, en particular, de la difracción de los neutrones por diversos cristales. Durante el período 1947-49 realizó investigaciones teóricas y experimentales sobre las influencias mutuas existentes entre las partículas elementales y publicó un esbozo de teoría acerca del origen de los rayos cósmicos. La última fase de la actividad científica de Enrico Fermi empezó en 1949, comprendiendo una amplia serie de experiencias sobre las propiedades de difusión de los mesones por los protones, campo en el cual llegó asimismo a numerosos resultados fundamentales.
Enrico Fermi perteneció a muchas academias italianas y extranjeras, y fue galardonado por diversos países. En 1953 fue nombrado presidente de la American Physical Society. Además de unas doscientas memorias aparecidas en varias revistas de Italia y de otras naciones, publicó cuatro libros: Introduzione alla Fisica atomica (1928), Molecole e cristalli (1934), Thermodynamics (1937) y Elementary particles (1951). La figura de Fermi destaca en la historia de la Física no sólo por sus dotes de investigador, sino también por sus elevadas cualidades de maestro.
Enrico Fermi faleció el 28 de noviembre de 1954, por un cáncer de estómago en su casa de Chicago, y fue enterrado en el cementerio Oak Woods.