Uno de los problemas alrededor del cambio climático, sostuvo Mario Molina, es que la magnitud de los eventos extremos de clima no embona con la magnitud de respuesta del público en general, y con la discrepancia que existe entre miembros de la comunidad científica, pues algunos piensan que sí es un asunto serio y otros consideran que aún no existe suficiente información al respecto.
 
El Premio Nobel de Química y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias añadió que el cambio climático es quizá el problema más serio que está enfrentando la sociedad, así como el de la calidad del aire, y lo que tienen en común ambos es que está involucrada la atmósfera del planeta, la cual se ve afectada por la emisión de gases de efecto invernadero a partir del uso de combustibles fósiles.
 
Y justamente Atmósfera, fue el título que Mario Molina dio a la mesa de discusión que organizó y coordinó dentro del seminario Ecología y Desarrollo que se llevó a cabo como parte del ciclo de conferencias que celebra El Colegio Nacional con motivo de su 70 aniversario.
 
En la mesa participaron Michel Gruter, investigador de la UNAM, Pablo Mulás, director ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía; Francisco Barnés, ex rector de la UNAM, y Adrián Lajous, ex director de Pemex.
 
“Aquí vamos a hablar del cambio climático y de la calidad del aire y no solo desde el aspecto científico, sino del político y de las soluciones que puede llevar a cabo la sociedad para enfrentar este tipo de problemas y es ahí donde la energía juega un papel muy importante”, dijo Molina al abrir la conferencia.
 
El químico apuntó que se han hecho trabajos muy detallados que indican que sí hay un cambio climático y que está causado con gran probabilidad, “no con absoluta certeza”, por actividades de la humanidad.
 
Añadió que desde el aspecto científico se puede hablar de un riesgo muy bien establecido, no de una certeza de lo que va a pasar si continuamos o no con la emisión de gases de efecto invernadero. Cómo enfocar el riesgo, conlleva una respuesta que no tienen que dar los científicos, sino la sociedad, cuya opinión apenas empieza a cambiar ante la presencia de eventos extremos de clima.
 
”No podemos decir que las inundaciones de Acapulco fueron causadas por el cambio climático, pero sí que los eventos extremos de clima, su intensidad, está siendo claramente afectada por él y eso nos los dice la física y la climatología. El reporte que acaba de hacer público el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) elevó a 95% la probabilidad de que el cambio de temperatura esté conectado con actividades humanas, en el reporte del 2007 estableció dicha probabilidad en 90%”.
 
Aunado a ello, continuó el especialista en química ambiental, es que la sociedad en general no conoce el cambio climático y sus efectos, o no lo acepta debido a las campañas financiadas que se han realizado, por ejemplo, en Estados Unidos, para cuestionar la ciencia de cambio climático, y para fomentar la idea de que resultaría muy costoso pensar en una solución. El costo de los daños, dijo Mario Molina, es mayor al que implicaría una solución, no solo desde el punto de vista económico sino del ético visto desde el desarrollo sustentable.
 
“El costo será moderado sí se toman medidas razonables, por eso había la sugerencia de limitar en el mundo la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera a 450 partes por millón, o visto de otra manera, que la temperatura no subiera más de dos grados Celsius”, expuso.
 
Shale gas y energía nuclear, soluciones viables
 
Mario Molina refirió que si la visión de los países es seguir utilizando combustibles fósiles como hasta ahora, se está lejos de una solución al problema del cambio climático, por lo que citó nuevamente al IPCC, que advirtió que si se quiere resolver el problema de cambio climático se va  a tener que dejar mucho combustible fósil sin explotar porque no hay manera de sacarlo y almacenarlo pues resulta muy caro.
 
“Una cosa interesante concretándolo para México es que el shale gas (un gas natural no convencional que se encuentra en formaciones de esquisto, un tipo de rocas llamadas lutita y arcilla) del que  tenemos depósitos importantes –pero que no se han explotado, y cuyo uso es una medida de transición hacia las energías alternas–, emite la mitad de bióxido de carbono de lo que emite el carbón o posiblemente el combustoleo, pero no sé qué tan seriamente Pemex o el gobierno mexicano se quieran mover en esa dirección”.
 
Por otro lado, Mario Molina destacó que hay un grupo con mucha fuerza y posiblemente con recursos que es el de la energía nuclear, que de acuerdo con los expertos es una de las soluciones que se presentan al problema del cambio climático, pues no emite gases de efecto invernadero y con las nuevas tecnologías, sobre todo si se refieren a las plantas de cuarta generación, muchos de los problemas convencionales, como el costo y el almacenamiento, se reducirían.
 
Quizá el aspecto más difícil sea el de la proliferación, pero la situación, de acuerdo con el especialista, no es que la energía nuclear no tenga problemas, pues los tiene tanto como la energía de combustibles fósiles, y se conocen graves accidentes, al igual que las dificultades que tienen los biocombustibles, “porque hay que tener una cosa clara, todo lo que haga la sociedad en gran escala va a tener dificultades”.
 
La energía nuclear, continuó el científico, tiene como principal oponente a la misma sociedad por la gran cantidad de información equivocada que existe en torno a ella, y parte del problema de que hablamos y reconocemos, señaló, es informar a la sociedad. Otra es cómo enfrentar a los grupos de poder.

Los comentarios están cerrados.