Un método desarrollado por un investigador brasileño que no utiliza ningún tipo de equipo y no tiene costos materiales es capaz de evaluar el riesgo de mortalidad de adultos.
Se trata del Teste de Sentarse y Levantarse (TSL) que permite evaluar el nivel de condicionamiento muscular de una persona y, consecuentemente, determinar sus riesgos de mortalidad a partir de la observación de la capacidad de un paciente para sentarse en el suelo y para volver a levantarse sin apoyos.
El método fue desarrollado en 1999 pero necesitó de cerca de una década para ser verificado en un estudio con 2.200 pacientes de entre 51 y 80 años en los que se realizó el teste y cuyo estado de salud fue seguido por un largo período. Durante el estudio murieron 159 de los pacientes evaluados.
La innovación fue patentada por el doctor Claudio Gil Araújo, investigador de la Universidad Gama Filho y director de la Clínica de Medicina del Ejercicio (Clinimex), informó hoy la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Río de Janeiro (Faperj), la entidad que financió el proyecto.
Cada paciente evaluado recibe diez puntos cuando comienza el teste y es orientado a sentarse en el piso y a levantarse nuevamente con el mínimo de apoyo y sin preocuparse con la velocidad de ejecución del movimiento.
El analizador resta un punto por cada soporte utilizado por el paciente, que pueden ser las manos, la rodilla o la parte lateral de la pierna, y resta medio punto cada vez que el evaluado pierde el equilibrio.
El método relaciona la puntuación obtenida al final de la prueba al riesgo de mortalidad de la persona evaluada.
«Concluimos que los pacientes con peor desempeño, aquellos con notas entre 0 y 3, tienen 5,4 veces más riesgo de morir por todas las causas», explicó Araújo, un médico cardiólogo y especializado en medicina del deporte.
El 19,2 por ciento de los pacientes con menor puntuación en la prueba murió durante el estudio. Ese porcentaje fue de sólo el 3,6 por ciento entre los que obtuvieron las mayores notas, entre 8 y 10.
El investigador aclaró que la puntuación resultante no puede ser interpretada como una condena o como un pronóstico de larga vida debido a que el desempeño del paciente para sentarse y levantarse puede mejorar o empeorar de acuerdo con los hábitos que adquiera.
«Pero para los pacientes con edad avanzada una puntuación elevada sí es una buena noticia», aseguró.
Araújo se propone ahora volver a evaluar los pacientes para observar si el riesgo de mortalidad varió entre los que cambiaron su estilo de vida o su alimentación.
El investigador dijo que el teste fue pensado tras observar que la potencia muscular, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación motora de una persona pueden ser relacionados a factores de riesgo cardiovascular.
Los resultados del estudio fueron destacados en un artículo publicado en la última edición de la revista científica internacional European Journal of Preventive Cardiology, que es editado por la Sociedad Europea de Cardiología.
«Desde que el teste fue desarrollado lo aplicamos en cerca de cinco mil personas de diferentes edades y publicamos numerosos artículos con los resultados obtenidos. Por eso ya podemos decir lo que es una buena puntuación buena o mala para cada franja de edad», según el investigador.