A la pregunta ¿en qué se relaciona la narrativa fantástica cortazariana con la física cuántica? Podemos responder con estas consideraciones. Todo creador tiene, ante todo, una imagen del mundo que intenta transmitir. Por esa razón, con mucho acierto, Vargas Llosa llama a los escritores”deicidas”. Pero esta visión no está restringida al área de la literatura sino también debe extenderse a otras disciplinas, artísticas y científicas. La teoría cuántica proyecta una idea del mundo no determinista. Los postulados de causa-efecto chocan con una realidad demostrable que postula la “incertidumbre”. (Continúa en la página interior).
En Filosofía de la física, Lawrence Sklar explica:
Quizá el impacto más interesante de la teoría cuántica […] sea la afirmación de que por primera vez contamos con una teoría del mundo que nos permite negar, para un suceso dado, que pueda hallarse cualquier suceso pasado que sea adecuado causalmente para explicar por qué el suceso dado, en lugar de algunas alternativas del mundo, ocurrió. Aquí, se afirma, existen razones para negar la existencia de la causa necesaria, no sólo razones para pensar que dicha causa ha escapado a nuestra percepción.
¿Cuál es la diferencia entre el mundo (la naturaleza) regido por las leyes causales y el mundo cuántico con un sistema de probabilidades? Es tal como salir de un terreno firme a uno resbaladizo. No hay certezas. Si el pensamiento cartesiano o la física newtoniana nos mostraban un universo predecible y causal, el de la teoría cuántica nos describe una visión impredecible, donde nunca estamos seguros y donde la presencia de un observador modifica el resultado del experimento. El Prof. John Wheeler, de la Universidad de Princeton (N.1911) le escribió a J. P. Mc Evoy, autor de Teoría cuántica para principiantes estas palabras:
En diciembre del año 2000 hará cien años desde el mayor descubrimiento jamás realizado en el mundo de la física, el cuanto. Para celebrarlo propondría el siguiente titular:” El cuanto: su gloria y su vergüenza”. ¿Por qué la gloria? Porque no hay rama de la física que no fuera iluminada por el cuanto. La vergüenza. Porque aún no sabemos cómo es que existe.
Así como en la época de Galileo Galilei (1564-1642) la sociedad se preguntaba dónde está Dios en ese universo regido por el sol y en el que nuestro planeta es sólo un elemento pequeño; en el siglo XX el conocimiento del mundo cuántico modificó la Física y la Filosofía a la vez, y planteó la incertidumbre como una posibilidad demostrable frente a todo ese universo de certezas en que el hombre creía.
Todos, en algún momento hemos entrado, casi sin darnos cuenta, en el universo fantástico cortazariano y hemos aceptado presencias o actitudes inesperadas y la ruptura de las coordenadas espacio-temporales. Este mago nos subyuga con su escritura y logra que entremos en el terreno de lo aparentemente imposible con absoluta naturalidad.
Acaso, por eso, al acercarse a las leyes de la física cuántica, es fácil encontrar ese marcado parentesco entre éstas y la lógica que propone su narrativa, especialmente, la fantástica. Un creador suele ser un visionario y Cortázar lo era, decía:
“…Esas cosas que se producían y parecían coincidencias o casualidades yo las sentí siempre, desde muy niño, respondiendo a un sistema de leyes diferentes al sistema de leyes aceptables y conocibles por todo el mundo.”
Dice el físico Fritjof Capra en El punto crucial:
El gran logro de Heisenberg fue expresar las limitaciones de los conceptos clásicos en una forma matemática exacta que se conoce con el nombre de “principio de incertidumbre”.
Desde fines de setiembre de 1900 y principios de 1901, cuando el físico alemán Max Planck establece el cuanto de energía hasta que en 1927 el físico alemán Werner Heisenberg enuncia este principio que abre las mentes a una nueva percepción del mundo el conocimiento del universo cuántico modifica la física y la filosofía a la vez, planteando la incertidumbre como una posibilidad demostrable. La física newtoniana y la filosofía cartesiana son reemplazadas por las nuevas ideas. Los a priori kantianos tampoco son aplicables a esta nueva concepción, que se consolidaría con los experimentos y avances posteriores.
Rosmary Jackson en su libro sobre la literatura fantástica afirma que el modo fantástico es subversivo, porque subvierte los estamentos constitutivos de la sociedad representados por la literatura realista. Sabemos que la calidad de fantástico es la vacilación que nos produce encontrarnos en un mundo donde las leyes conocidas no pueden aplicarse; nada más parecido a la teoría cuántica donde el previsible modelo cartesiano-newtoniano no es aplicable en un terreno donde se acepta como válida la ley de la probabilidad de la física cuántica. Así pues, podemos medir la probabilidad de que una onda electro-magnética siga un camino u otro, pero no podemos decir con certeza cuál tomará. De la misma manera podemos suponer que la actitud de un personaje o una situación se debe a tal o cual causa, pero no podemos interpretarlo con las leyes de la lógica realista, porque estamos en el resbaladizo terreno de la lógica fantástica. ¿Cómo aceptar si no el sometimiento del personaje narrador a los conejitos que se reproducen inexplicablemente en “Carta de una señorita en París” o justificar razonablemente la obsesión del protagonista innominado de “No se culpe a nadie”? No podemos comprenderlo sino aceptarlo tal como seríamos capaces de aceptar la probabilidad en el trayecto de las ondas electromagnéticas de las partículas subatómicas, o sea, de los cuantos.
Dice Cortázar:
Simplemente para mí lo fantástico es la indicación súbita de que, al margen de las leyes aristotélicas y de nuestra mente razonable, existen mecanismos perfectamente válidos, vigentes, que nuestro cerebro lógico no capta pero que en algunos momentos irrumpe y se hace sentir.
Considero que se trataría de esa “segunda realidad” que, a menudo, nos menciona el autor.
El físico austríaco Edwin Shrödinger, explicó:
En el mundo cuántico se trata de lo que se observa y nada es real: lo más real a lo que se puede aspirar es lograr un conjunto de ilusiones que sean coherentes entre sí.
Al respecto la similitud con la literatura fantástica cortazariana es tanta, que sólo nos bastaría pensar en “El otro cielo”, en “Cartas de mamá” o “La salud de los enfermos” para asociar las visiones del mundo de ambas disciplinas.
En setiembre de 1927, el gran físico danés Niels Borh da una conferencia en Como, Italia, que se llamó “la interpretación de Copenhague”
Allí, entre otros aspectos revela:
Se debe aceptar que el simple hecho de observar una cosa la cambia y que el observador forma parte del experimento.
Porque en la física cuántica el observador interactúa con la experimentación. Recordemos aquí, al lector participante cortazariano, como vimos en el prólogo de 62 Modelo para armar, el autor dice:
La opción del lector, su montaje personal de los elementos del relato serán en cada caso el libro que haya elegido leer.
En el mismo sentido pensemos en el Tablero de dirección de Rayuela.
Para no agobiar con tanta información, terminaré nombrando el experimento realizado por Schrödinger en 1935, que se llamó “la paradoja del gato de Schröndinger”, porque tratando de refutar la interpretación de Copenhague demostró todo lo contrario, donde en un momento dado del experimento, para el observador se podría decir que el gato que está dentro de la caja comparte el estado o superposición de gato vivo y gato muerto. Pero, acá estamos aplicando una teoría de elementos microscópico (cuantos) a objetos macroscópicos (gato). ¿Es esto posible? Para Bohr este estado es sólo la probabilidad de los resultados que luego podrán medirse, para Schrödinger esta suposición atenta contra el sentido común, y por lo tanto, no es aceptable.
Comparemos este cuestionamiento con los cuentos “El otro cielo”, “La noche boca arriba” o “Todos los fuegos, el fuego», es aceptable para el razonamiento lógico estar simultáneamente en dos estados o en dos lugares o en dos tiempos diferentes? ¿Por qué aceptamos uno y no el otro? Acaso sea mejor pensar que la física cuántica, que se basa en la incertidumbre, como la literatura fantástica que nos ubica en la vacilación nos abre puertas inesperadas hacia un universo más prometedor.
* Estos conceptos están más ampliamente desarrollados en “Cortázar el Mago”, por Carmen Ortiz, Díada, Buenos Aires, 2010 (pp.104-124).
ACERCA DEL AUTOR
BIO: Carmen Ortíz nació en Buenos Aires. Licenciada en Letras, se graduó en la Universidad de Buenos Aires. En su actividad literaria actuó en la docencia secundaria, universitaria, en talleres literarios y como conferencista. Obra: “Macumba y algo más” (teatro, 1972) Publicó: “Juana la vida” (novela, 1974), “Pentavox” (antología poética compartida, 1978), “Parece cuento” (cuentos, 1984), “El resto no es silencio” (novela, 1989), en 1990 seleccionada por la “Sociedad para la promoción de la literatura de Asia, África y América Latina” de Frankfurt, para su traducción al alemán. “Julio Cortázar, una estética de la búsqueda” (ensayo, 1994). “Las mujeres fatales se quedan solas” (nouvelle, 1998), “La historia desconocida de La Maga” (novela, 2006), Cortázar el Mago (ensayo, 2010). Algunos de sus cuentos han sido traducidos al alemán y al inglés. Colabora con cuentos y ensayos en revistas de países como España, EE.UU. y Austria.