Granos de polvo que se fracturan


ESA. La nave Rosetta, de la ESA, está aportando información esencial para entender el ciclo del polvo en la superficie de un cometa, a medida que observa cómo el cometa  67P/Churyumov–Gerasimenko se deshace de la cubierta de polvo que ha acumulado a lo largo de los últimos cuatro años.

El instrumento COSIMA, uno de los tres analizadores de polvo de Rosetta, empezó a recoger, fotografiar y medir la composición de las partículas de polvo poco después de la llegada de la nave al cometa, en agosto de 2014.

La revista Nature ha publicado, el pasado lunes, los primeros resultados de este análisis, efectuado entre agosto y octubre desde una órbita a solo 30 kilómetros de la superficie cometa.

Los científicos observaron cómo se fracturaban muchos granos grandes de polvo cuando eran recogidos y dispuestos sobre el platillo del instrumento, normalmente a velocidades bajas (1–10 m/seg). Los granos, de al menos 0.05 mm de diámetro, se rompían fácilmente al ser recogidos.

Cometa captado el 12 de enero de 2015 por NavCam / ESA

Cometa captado el 12 de enero de 2015 por NavCam / ESA

Esto indica que están formados por partes no bien cohesionadas. Es más, si hubieron contenido hielo no se habrían roto.

Se ha detectado que las partículas de polvo son ricas en sodio, al igual que el polvo interplanetario presente en las lluvias de meteoros -estrellas fugaces- que proceden de cometas, como es el caso de las Perseidas -del Cometa 109P/Swift–Tuttle-, o de las Leónidas -de 55P/Tempel–Tuttle-.

“Hemos hallado el material del que proceden las partículas de polvo interplanetario”, dice la autora principal del trabajo Rita Schulz, de la Oficina de Apoyo Científico de la ESA.

Los científicos creen que los granos detectados fueron depositados en la superficie del cometa después de su último perihelio, cuando el gas que escapaba de la superficie ya no lograba arrastrar los granos lejos de la superficie.

Durante los años en que el cometa estaba más alejado del Sol el polvo permaneció en la superficie; el gas en cambio seguía evaporándose muy poco a poco, procedente del interior del cometa. En la práctica el núcleo del cometa se estaba ‘secando’.

“Creemos que estos granos recogidos por Rosetta proceden de la capa de polvo que se ha formado en la superficie de Rosetta desde el último acercamiento del cometa al Sol”, explica Martin Hilchenbach, investigador principal de COSIMA en el Max-Planck Institute para la investigación del Sistema Solar, en Alemania.

 

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