Nacido el 16 de octubre de 1927 en la ciudad libre de Dánzing, Polonia, Günter Wilhelm Grass, fue un escritor alemán que obtuvo en 1999 el Premio Nobel de Literatura y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y falleció el 13 de abril de 2015, en Lübeck, al norte de Alemania.
Günter Grass, es considerado el más importante escritor en lengua alemana de la posguerra y un referente político en su país, aunque no siempre fue de un actuar político “correcto”, pues militó en las SS, además de que se opusó a la reunificiación de Alemania.
De hecho su obra representa una reflexión muy ácida de la historia de Alemania y eso mismo fue lo que lo llevó a obtener el Nobel, “por su forma de descubrir y recrear el rostro olvidado de la historia», según apuntó el Comité encargado de esos premios al momento de otorgárselo.
Su padre fue un protestante alemán, Willy Grass, y su madre una católica de origen polaco, Helene Grass. Con este antecedente en la época hitleriana formó parte de la Wafen-SS, como reconoció el mismo en su autobiografía “Pelando la cebolla”, publicado en 2006. «No quedan marcas en la piel de la cebolla que expresen miedo u horror. Seguramente veía a la Waffen-SS como unidad de élite (…) La doble runa en el cuello del uniforme no me repugnaba», escribió ahí.
Esto provocó que grupos antinazi le manifestaran repudio, además de pedir que le retirasen el Nobel otorgado en 1999.
De hecho, en ese mismo libro hace una referencia velada de que Joseph Aloisius Ratzinger, quien a la postre será el Papa Benedicto XVI fue su compañero de prisión en Bad Aibling, Baviera, en 1944, después de que fue llamado al frente y cuando fue hecho prisionero por el ejército Estadounidense, el cual lo mantuvo cautivo hasta 1946.
Después de su experiencia de guerra Günter Grass desempeñó diversos trabajos, para luego ingresar a la Escuela de Bellas Artes de Düsseldor, donde tomó cursos de escultura, actividad plástica que desarrolló a la par que se internaba en la literatura vía la poesía y obras dramáticas, como “Faltan 10 minutos para Buffalo” (1957) y “Tío, tío” (1958).
La narrativa, su gran plataforma, lo llevó a escribir su primera gran obra (y a la que muchos consideran como su mayor logro) “El tambor de hojalata) (1959), primera de la «trilogía de Danzig». Ahí, como en las otras dos (“El gato y el ratón” y “Años de perro”), su ciudad natal es el escenario en el que Oskar Matzerath, al redoble del diminuto tambor que siempre porta, evoca imágenes que van pintando un animado fresco de la pequeña burguesía alemana de entre 1930 y 1950.
De hecho, al momento de entregarle el Premio Nobel la prensa alemana ponderó que este debió dársele mucho tiempo atrás, porque lo mejor de su obra estaba ya en el pasado. Cuando la entrega del Nobel, el periódico español ABC publicó que «Incluso el prestigioso y comedido »Frankfurter Allegemeine Zeitung» afirmaba que en los últimos veinte años »sus libros han sido cada vez más miserables» y que la novela ‘La rata» es «el peor libro que nunca un premio Nobel ha escrito’».
Su obra también comprende «A paso de cangrejo» (2002), «Mi siglo» (1999), «Es cuento largo» (1995), «Encuentro en Telga» , «El rodaballo» (1977), «Años de perro» (1963) o «El gato y el ratón» (1961).
Günter Grass además de un amplio autor fue también un activista político todo el tiempo, tanto que incluso fue un feroz adversario de la reunificación alemana, lo cual plasmó en “Alemania: una unificación insensata”.
Así respaldó la política del Partido Socialdemócrata (SPD) en tiempos del canciller Willy Brandt y, aunque luego se apartó de la línea de esa formación, por considerarla demasiado centrista, apoyó sucesivas campañas electorales, incluida la que llegó al poder a Gerhard Schröder (1998-2005)
Pero también criticó con dureza la represión de obreros en la Alemania del Este a comienzos de los años 1950 (Los plebeyos ensayan la revolución) y mantuvo una posición feroz contra las filas conservadoras, especialmente en tiempos del canciller Helmut Kohl (1982-1998).
Günter Grass también mantuvo una enemistad total con el más feroz crítico literario de Alemania, Marcel Reich-Ranicki, quien primero destrozó “El tambor de hojalata”, pero luego se retractó de su postura, mientras que otros libros de Grass los elogió desde un principio, como “Encuentro en Telgt” (1979).
Tanto Günter Grass como Marcel Reich-Ranicki fueron parte del llamado “Grupo 47”, conformado por escritores y críticos que buscaban revitalizar la literatura alemana de la posguerra.
En 2012 se enfrascó en otra gran polémica, cuando publicó su poema “Lo que hay que decir” de Israel (2012), país al que acusó de poner en peligró la paz en el mundo, por el arsenal de armas nucleares que mantiene en secreto, además de que comparó los métodos del estado sionista con los de la antigua Alemania Democrática.