El hallazgo de 47 entierros humanos del siglo XVI, en la recién abierta Zona Arqueológica de San Miguelito, en Quintana Roo, revela los últimos momentos de la época prehispánica en este antiguo sitio maya de la Costa Oriental, que se caracterizó por el hambre y crisis, derivadas de la campaña de conquista y colonización española en el siglo XVI.
Se trata de inhumaciones descubiertas en el interior de 11 edificaciones de tipo habitacional excavadas por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), de las cuales 30 corresponden a infantes que al momento de morir tenían entre 3 y 6 años de edad, y que padecieron desnutrición y anemia aguda.
La arqueóloga Sandra Elizalde, responsable del proyecto de investigación en el sitio enclavado en la Zona Hotelera de Cancún, informó que “el estudio indica que hubo un alto índice de mortandad infantil, seguramente derivada de las malas condiciones de salud y desnutrición de una población muy empobrecida en el siglo XVI”.
Las inhumaciones fueron descubiertas en diversos puntos de este sitio maya del periodo Posclásico Tardío (1200-1550), como resultado de las primeras exploraciones arqueológicas que se realizan desde 2010 a la fecha. “Algunos de los restos de infantes estaban acompañados de ofrendas muy humildes, integradas por cerámica burda, propia de una sociedad empobrecida; uno de los entierros contenía una figurilla en forma de colibrí y otro la de una anciana que tiene perfectamente detalladas las arrugas de la cara”.
Por su parte, la arqueóloga Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH-Quintana Roo, explicó que en la península de Yucatán la Conquista fue diferente al resto de Mesoamérica porque había muchas ciudades dispersas, “a los españoles les tomó 20 años someterlas y cuando lo lograron se establecieron del lado occidental, donde hoy se ubican Yucatán y Campeche; en tanto que la parte oriental, es decir, en lo que hoy es Quintana Roo, sufrió las consecuencia de la ruptura de las rutas comerciales mayas hasta que poblaciones como San Miguelito-El Rey fueron abandonadas.
“Los descubrimientos en San Miguelito muestran a partir de evidencias materiales cómo fueron esos últimos días de la época prehispánica, dejan ver cómo fue la vida de los mayas del periodo Posclásico”, anotó la especialista.
La arqueóloga Velázquez Morlet destacó que la investigación también corrobora que San Miguelito fue el asentamiento maya más importante de la isla, con una extensión de casi tres kilómetros, e incluía la actual Zona Arqueológica de El Rey, ubicada a solo dos kilómetros de San Miguelito, hoy separadas por el boulevard Kukulcán.
También, dijo, hasta el momento se han identificado dos etapas en la historia de San Miguelito: “La primera se ubica del siglo XIII al XIV, cuando se crea el asentamiento (1200-1350 d.C.), entonces se construyeron los edificios más importantes. Seguramente por esos años este sitio tenía vínculos con Tulum, Xcaret y Xelhá, porque la arquitectura de los cuatro sitios es similar, pertenecen al estilo Costa Oriental.
“En tiempos prehispánicos, San Miguelito y El Rey debieron ser un solo asentamiento de mucha importancia para el comercio de la región porque se ubica en un lugar estratégico, en la entrada a la Laguna Nichupté, por lo que fue un puerto obligado para las embarcaciones que circulaban por la península de Yucatán. La población explotaba recursos marinos y sembraba; el lugar era grande, próspero, pero cuando empezó la campaña de conquista y colonización de los españoles comenzó el segundo periodo, el de crisis, por lo que termina abandonado hacia el siglo XVI”, explicó Adriana Velázquez Morlet.
Respecto a los otros 17 entierros descubiertos en San Miguelito, la arqueóloga Sandra Elizalde detalló que algunas osamentas corresponden a adultos, mientras que otras todavía no se identifican porque están muy fragmentadas; “dos de los 17 entierros estaban depositados en urnas de cerámica, en tanto que otros se encontraron con ofrendas sencillas, de las cuales sobresalen una integrada por dos astas de venado, un cuchillo y puntas de proyectil.
Asimismo, destacó, en una edificación tipo palacio se descubrieron dos relieves con figuras del dios maya de la lluvia Chaac. “En su interior, en un altar ubicado en la parte central del edificio, se descubrió una ofrenda constituida por herramientas de caza sin usar: una lasca de obsidiana, una punta de proyectil elaborada en pedernal, una pequeña hacha y cuentas de varios materiales. Los objetos estaban dentro de una vasija, sellada con una mezcla de sascab (piedra caliza molida)”.
Además de los entierros se descubrió un pendiente de cinco centímetros, elaborado con la concha de un caracol, tiene grabado —con una talla muy fina— el rostro de un individuó de facciones propias del centro de México; herramientas de lítica: cuchillos, varios núcleos de obsidiana procedente de Guatemala; artefactos y objetos ornamentales elaborados en concha; y cerámica burda, la mayoría del periodo Posclásico Tardío.
Derivado de estas exploraciones, los investigadores del INAH también descubrieron fragmentos de pintura mural con diseños de fauna y elementos marinos; se trata de obras que decoran un templo de San Miguelito, su estado de conservación es estable pero fueron limpiadas y ribeteadas en las orillas con una mezcla de sascab y cal para evitar filtraciones de agua; también se les colocó un techo de policarbonato para protegerlas del sol, el viento y la lluvia.
Cabe mencionar que con la puesta en valor de San Miguelito, se han registrado cerca de 40 edificaciones, de las cuales 14 se restauraron para que el público las pueda visitar. Las estructuras prehispánicas se distribuyen en cinco conjuntos arquitectónicos denominados: Gran Pirámide (el edifico principal del sitio, de ocho metros de altura por 12 metros de base), Sur, Dragones, Chaac y Norte, este último consta de cinco estructuras de tipo habitacional, en cuyos interiores se descubrieron la mayoría de los 47 entierros.