México es un país con enorme biodiversidad de especies animales, donde “el alacranismo” representa un grave problema de salud pública, ya que en nuestro territorio existen siete especies reportadas como peligrosas para el humano, sostuvo Lourival Domingos Possani Postay, Premio Nacional en Ciencias y Artes, en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, en 1995.
En su conferencia titulada Caracterización de los componentes del veneno de alacranes, que forma parte del ciclo Premios Nacionales en Cuajimalpa, organizado por alumnos de la Licenciatura en Ingeniería Biológica de esta casa de estudios, el doctor Possani Postay habló de la importancia médica, los avances de investigación y los resultados más recientes del trabajo que desarrolla en este campo.
Las especies más peligrosas se encuentran distribuidas sobre todo en las regiones que colindan con el Océano Pacífico: centruroides sculpturatus (Sonora y Arizona); centruroides suffusus (Durango, Nayarit y Sinaloa); centruroides noxius (Nayarit); centruroides infamatus (Colima, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Aguascalientes); centruroides tecomanus (Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán, Guerrero); centruroides elegans (Colima, Jalisco, Michoacán) y centruroides limpidus (Morelos, Guerrero, Michoacán, México).
El también Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigadores agregó que el número de personas con picadura de alacrán al año oscila (desde 2005 a 2012) entre 250 mil y 300 mil casos; sin embargo, el dato está “subestimado” porque mucha gente es picada y no acude a un hospital, y por lo tanto no hay un registro fehaciente de estos casos.
El especialista señaló que las entidades más afectadas son Jalisco, Morelos, Guerrero y Michoacán y agregó que el número de casos fatales está disminuyendo gracias al uso sistemático de antivenenos.
De las 700 a 800 muertes registradas entre los años 1970-1980, ahora son menos de 70 las personas fallecidas anualmente. “Eliminamos más de 90 por ciento de casos de mortalidad gracias al uso del antiveneno”.
La intoxicación es debida al efecto de pequeñas proteínas o toxinas que están presentes en el veneno, las cuales reconocen y modifican la función de los canales iónicos, desajustando el mecanismo de comunicación celular mediante el bloqueo o la despolarización de los potenciales de acción” y actúa principalmente en nervio o músculo, lo que origina la muerte del organismo si el cuadro de intoxicación no es tratado a tiempo.
Indicó que los alacranes color amarillo claro suelen ser los más peligrosos, pero hay otros factores que determinan su peligrosidad, tales como la distribución geográfica y su morfología; por ejemplo, los más venenosos tienen manchas oscuras en el cuerpo y un aspecto rayado, las pinzas son delgadas, los segmentos de la cola son globosos y cuentan con un aguijón grande.
El antiveneno es el único recurso terapéutico contra la picadura de estos animales, Alacramyn es el fabuterápico con el que se ha logrado reducir el número de muertes por picadura de alacrán, y el pronóstico de vida es de 100 por ciento si la persona picada es tratada de forma inmediata, es decir, antes de cumplir dos horas de haber sido picada.