La contaminación causada por los plásticos representa graves riesgos para la salud de la vida silvestre en todo el mundo y afecta a una amplia variedad de especies, entre ellas las ballenas, las tortugas, los peces y las aves.
Con motivo del Día Mundial de las Aves Migratorias, que se celebra el 11 de mayo, dos tratados de las Naciones Unidas en defensa de las especies silvestres y numerosos ecologistas de todo el mundo piden que se adopten medidas urgentes para detener la contaminación por plásticos y ponen de relieve sus efectos negativos en las aves marinas y otras aves migratorias.
“Un tercio de la producción mundial de plástico no es reciclable y, cada año, se introducen de manera constante al menos ocho millones de toneladas de plástico en nuestros océanos y masas de agua”, explica Joyce Msuya, Directora Ejecutiva Interina del Programa de las Naciones Unidas para el MedioAmbiente (PNUMA). “Ese material acaba en el estómago de aves, peces y ballenas, así como ennuestros suelos y aguas. El mundo se está asfixiando sumido en el plástico y lo mismo les ocurre anuestras aves, de las que depende gran parte de la vida en la Tierra”.
La contaminación por plásticos representa una triple amenaza para las aves. El problema de que los animales se queden atrapados en los aparejos de pesca y otros desechos plásticos es la amenaza más visible, pero afecta a menos individuos.
La ingestión de desechos plásticos está más extendida y puede afectar a un elevado porcentaje de algunas especies. Las aves confunden los plásticos con alimentos y, en consecuencia, acaban muriéndose de hambre, ya que llenan el estómago de plásticos indigeribles.
El plástico también se está utilizando como material de nidificación. Son muchas las aves que confunden los plásticos con hojas, ramas y otros elementos naturales, y los cogen para cubrir sus nidos, donde este material puede lesionar y atrapar a los frágiles polluelos.
Los aparejos de pesca descartados son los principales responsables de que las aves se vean atrapadas en el mar, los ríos, los lagos e incluso las zonas terrestres. Los aparejos de pesca constituyen una amenaza especial para las aves marinas. Muchos de los casos de aves marinas que acaban enredadas en estos materiales no se detectan porque estas mueren lejos de zonas terrestres, fuera de la vista de los humanos.
Aves con hilos plásticos en el pico
“Cuando las aves se quedan atrapadas en aparejos de pesca o desechos plásticos, se ven condenadas a una muerte lenta y angustiosa”, señala Peter Ryan, Director del Instituto Fitzpatrick de Ornitología Africana de la Universidad de Ciudad del Cabo.
Para reunir datos adicionales sobre los casos de aves que se quedan atrapadas en zonas remotas, la comunidad científica, a la que pertenece Peter Ryan, ha recurrido a Google Imágenes y otras fuentes basadas en la web para ofrecer un panorama más completo de la amenaza, y las cifras de las especies de aves afectadas se han ajustado al alza.
Según los datos registrados, de las 265 especies de aves que se han visto atrapadas en desechos de plásticos, al menos 147 eran especies de aves marinas (el 36 % de todas las especies de aves marinas); 69, de aves de agua dulce (el 10 %); y 49, de aves terrestres (el 0,5 %).
Estas cifras ponen de manifiesto que casi todas las aves marinas y de agua dulce están en riesgo de acabar atrapadas en desechos plásticos y otros materiales sintéticos. Esta amenaza también afecta a una amplia diversidad de aves terrestres, desde las águilas hasta los pequeños pinzones, y las cifras relativas a estas especies están destinadas a aumentar.
Además, las investigaciones demuestran que alrededor del 40 % de las aves marinas llevan en su interior plástico ingerido. Los patos marinos, los colimbos, los pingüinos, los albatros, los petreles, los somormujos, los pelícanos, los alcatraces y los pájaros bobos, las gaviotas, los charranes, las alcas y los rabijuncos corren un riesgo especial. La ingestión de plástico puede llegar a matarlos o, lo que es más probable, causarles graves lesiones; además, las acumulaciones de plástico pueden bloquear o dañar el aparato digestivo, o dar al animal una falsa sensación de saciedad, lo cual da lugar a estados de malnutrición e inanición.
Se han encontrado aditivos químicos procedentes del plástico en huevos de aves en entornos tan remotos como el Ártico canadiense.
En febrero de 2017, el PNUMA presentó la campaña Mares Limpios con el objetivo de abordar el problema de la contaminación causada por el plástico y garantizar que, en el futuro, cada vez sean menos las aves que mueren por ingerirlo o quedarse atrapadas en él. La campaña, que está especialmente orientada hacia la contaminación marina por plásticos, adopta un enfoque centrado en el origen del problema y pide a las personas individuales, los Gobiernos y las empresas que tomen medidas concretas para reducir sus respectivas huellas de plástico.
La Convención sobre las Especies Migratorias (CEM) y el Acuerdo sobre las Aves Acuáticas Afroeuroasiáticas (AEWA) trabajan con distintos países para impedir la entrada de artículos de plástico en el entorno marino. En una reciente resolución sobre la conservación de las aves marinas aprobada por los países adheridos al AEWA en diciembre de 2018, se contempla una serie de medidas que pueden adoptar los países a fin de reducir el riesgo que representan los desechos plásticos para las aves migratorias.
En la Conferencia de las Partes en la Convención sobre las Especies Migratorias de 2017, los países también acordaron abordar el problema de los aparejos de pesca perdidos siguiendo las estrategias definidas en el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
En varios países se han puesto en marcha iniciativas dirigidas a eliminar de manera progresiva los plásticos de un solo uso y a rediseñar los productos de plástico a fin de que resulten más fáciles de reciclar.
“No existen soluciones fáciles para el problema del plástico. Para abordar el problema, habrá que aunarlos esfuerzos de los Gobiernos, la industria, los municipios, los fabricantes y los consumidores. Sin embargo, tal como se recuerda en el Día Mundial de las Aves Migratorias de este año, todas las personas que habitamos este planeta podemos formar parte de la solución y tomar medidas para reducir el consumo de plásticos de un solo uso. La aplicación de un enfoque mundial para abordar este problema no solo nos beneficiará a nosotros, sino también a las especies silvestres de nuestro planeta, entre las que se encuentran millones de aves migratorias”, asegura Jacques Trouvilliez, Secretario Ejecutivo delAcuerdo sobre las Aves Acuáticas Afroeuroasiáticas.
La contaminación causada por el plástico supone una creciente y grave amenaza para las aves migratorias, la cual no hará sino limitar aún en mayor medida su capacidad de hacer frente a la amenaza más amplia que representa el cambio climático.