Hedy Lamarr, fue una actriz sueca, con impacto en los inicios del gran cine de Hollywood por su gran belleza, cuyo mayor éxito en el séptimo arte fue la película «Sansón y Dalila».
Su nombre real fue Hedwig Eva Maria Kiesler, nacida en Viena, en el entonces imperio austrohúngaro, el 9 de noviembre de 1914, y con ese nombre fue coinventora de la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga distancia, el antecesor del WiFi.
Por su trabajo en el cine también se le consideró femme fatale; pero además era cleptómana, políglota, posiblemente espía, y experta en arte.
Fue la única hija de un matrimonio de judíos secularizados. Su madre, nacida en Budapest, y su padre,nacido en Leópolis pertenecían a familias judías burguesas, siendo la madre pianista y el padre banquero. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, pero su vena artística fue más fuerte y convenció a sus padres para que le permitiran matricularse en el teatro berlinés como alumna del director Max Reinhardt.
La joven actriz consiguió su primer papel en la película Geld auf der Straße (1930), de Georg Jacoby, y luego hizo otros pequeños papeles, hasta que en 1932, a los 18 años, viajó a Praga para protagonizar Éxtasis, film dirigido por Gustav Machaty.
Su verdadera aportación al mundo
Mientras Hedy Lamarr triunfaba en el cine, Hedwig Eva Maria Kiesler desarrolló los trabajos en ingeniería que fueron su real aportación al mundo. En 1941 desarrolló, junto con el compositor George Antheil, un sistema de comunicaciones por radio que no podía ser interceptado por el enemigo, pues cambiaba constantemente de frecuencia. De esta forma crearon una versión temprana del espectro ensanchado, que se utiliza en diferentes sistemas de telecomunicaciones.
Ese es el precursor del WiFi que inventó.
Igualmente elaboró un sistema de detección de los torpedos teledirigidos utilizados en la II Guerra Mundial por parte de los nazis.
Inspirado en un principio musical, el invento funcionaba con ochenta y ocho frecuencias, equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético. Una vez patentado, Estados Unidos lo utilizó por primera vez durante la crisis de los misiles de Cuba, y después como base para el desarrollo de las técnicas de defensa antimisiles.
El invento se mantuvo en secreto por parte de las fuerzas militares de EE.UU y hasta los años 80’s del siglo XX que el sistema vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.
Esa fue su gran aportación a la humanidad, porque sus inventos fueron precursores de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi.
Hedy Lamarr se interesó por los temas de la defensa nacional a raíz del trágico hundimiento de un barco lleno de refugiados por un submarino alemán en 1940, cuando los Estados Unidos aún permanecían neutrales. El sistema concebido por Hedy partía de una idea tan simple como eficaz. Se trataba de transmitir los mensajes u órdenes de mando fraccionándolos en pequeñas partes, cada una de las cuales se transmitiría secuencialmente cambiando de frecuencia cada vez, siguiendo un patrón pseudoaleatorio. De este modo, los tiempos de transmisión en cada frecuencia eran tan cortos y además estaban espaciados de forma tan irregular, que era prácticamente imposible recomponer el mensaje si no se conocía el código de cambio de canales.
Su labor como inventora no fue reconocida hasta después de su muerte, en el año 2000. Desde el año 2005, el día de su cumpleaños, el 9 de noviembre, está señalado como el Día del Inventor en los países de habla germana (Austria, Suiza y Alemania) y en el 2014 fue incorporada al Inventors Hall of Famede EE.UU.
Su primer gran éxito en el cine
Conocida en su época como “la mujer más hermosa de las películas”, su despegue cinematográfico fue su aparición completamente desnuda en la película checa Éxtasis (1933),lo que para su época era por completo atrevido. Los desnudos fueron primero al borde de un lago y luego corriendo porla campiña checa.
Eso le dio su primer empujón de fama, pues se le conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareció desnuda en una película comercial.
El escándalo también se dio porque en esa película filmó una escena en la que interpretaba tener un orgasmo. Fue la primera mujer en hacer una escena de ese tipo.
Presuntamente, atraido por la película, Friedrich Mandl arregló con sus padres un matrimonio de conveniencia. La actriz e inventora después calificaría esa época como de «auténtica esclavitud».
Mandl era un hombre sumamente rico y después del matrimonio (el 10 agosto de 1933), intentó infructuosamene comprar todos los ejemplares de la película Éxtasis, para que nadie más que él la volviera a ver desnuda.
Mandl era provedor de armas y de aviones de combate para los gobiernos de Adolf Hitler y Benito Mussolini, de quienes la Lamarr se decía enemiga personal.
Durante esa época, según versiones de la Lamarr, estuvo sometida a un férreo control por parte de su esposo, un hombre muy celoso, que la obligaba a que fuera su dama de compañía en todas las cenas y viajes de negocios. Su incipiente carrera cinematográfica fue frenada por completo. Tan solo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estaba a su lado, acechándola.
La fuga de su marido
Ese tiempo lo utilizó para continuar sus estudios de ingeniería, a la vez que aprovechando los contactos de su esposo, conocer los detalles de la tecnología de punta armamentista de la época.
Ese tiempo también lo utilizó para preparar un plan de fuga.
Primero contrato a una asistente, que se le parecía físicamente. Las versones mencionan que mantuvo amoríos con la misma, a escondidas de su esposo -lógicamente- para empujarla a que la ayúdase a escapar. Con esto consigue un autómovil, el cual está listo.
Su versión, es que escapó por una ventana de un baño en un restaurante y el vehículo ya listo la llevó hasta París, seguida de cerca por los guardaespaldas de su marido.
Su autobiografía, que publicó la Metro Goldwyn Mayer (MGM), y que ella desacreditó por considerarla «ficticia, falsa, vulgar, escandalosa y obscena», anota en cambio que le adminitró un somnífero a su asistente y la dejo para que pareciese que ella dormía, y así tener tiempo para llegar a la estación de trenes en Viena y viajar a París.
Ya en París, consiguió viajar más tranquilamente a Londres (Reino Unido). Allí conoció a Louis B. Mayer, el empresario de la MGM. Vendió sus joyas y huyó a los Estados Unidos, en el mismo barco en que él regresaba, para convencerlo de que la contratara como actriz. Al llegar a tierra, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr.
Retomando la carrera cinematográfica
Ya en Estados Unidos, Hedwig Eva Maria Kiesler entró en contacto con las autoridades militares de ese país y les transfirió toda la información armamentista que logró conseguir durante el tiempo que estuvo con Mandl.
Con el nombre de Hedy Lamarr, elegido en homenaje a la estrella del cine mudo Barbara La Marr. debutó en el cine de Hollywood con Argel (1938), un drama romántico de John Cromwell donde compartió cartel con Charles Boyer, uno de los galanes de la época.
Con la MGM protagonizó muchos títulos sin alcanzar grandes éxitos, por lo general en papeles de mujer misteriosa; pese a su exquisita belleza, sus dotes interpretativas eran limitadas.
Su película de mayor repercusión fue Sansón y Dalila (1949), una de las grandes superproducciones de Cecil B. DeMille; a partir de entonces su carrera experimentó un rápido declive, hasta su retirada en 1957.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la carrera de la actriz comenzó a estancarse, y la Metro decidió prescindir de ella.
En 1957 se despidió de la gran pantalla con dos cintas de escasa relevancia, The Story of Mankind y The Female Animal.
Alejada de la industria del cine, Hedy Lamarr pasó apuros económicos y todos sus bienes de su casa de Beverly Hills fueron rematadas. En 1966 fue acusada de robo en un supermercado y, aunque finalmente salió absuelta, la publicación ese mismo año de su autobiografía, Ecstasy and Me, no contribuyó a mejorar la imagen de quien había sido una de las mujeres más bellas de la historia del cine. El libro narraba con minucioso detalle lo que presentaba como escándalos amorosos y sexuales de la actriz. Hedy Lamarr demandó a la editora por falsear su azarosa vida sentimental; ese es el texto que ella desacreditó.
Murió el 19 de enero de 2000 en Orlando, Florida.
Cualquier chica puede ser glamurosa. Todo lo que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida.