Sandra Isabel Jiménez Mateos *
Henrietta Swan Leavitt, es la madre de la cosmología moderna; antes de ella la visión era que estabamos en un universo estático, formado por una sola galaxia, la Vía Láctea; su trabajo hizo cambiar radicalmente esto y se llegó a la visión moderna, de que el nuestro, es un universo en expansión.
Henrietta nació en Lancaster, Massachusetts, Estados Unidos, el 4 de julio 1868; a los 24 años de edad se graduó en el Radcliffe College, una universidad para mujeres asociada a Harvard; allí conoció a Edward Charles Pickering, uno de los científicos más importantes de la época, y director en esos años del Observatorio Astronómico de Harvard.
Pero ya desde entonces tenía problemas de salud, pues al poco tiempo sufrió una enfermedad que le provocó una profunda sordera.
Al año siguiente, en 1893, cuándo se recuperó de la enfermedad, comenzó a trabajar en el Observatorio del Harvard College, como voluntaria, con un grupo de mujeres, llamadas literalmente las «calculadoras», por el tipo de trabajo que realizaban, como examinar meticulosamente placas fotográficas o hacer tediosos cálculos (de ahí su denominación).
Ese grupo se conformó porque a finales del siglo XIX (en 1896, específicamente), Edward Pickering –director del Observatorio Astronómico de Harvard– se propuso catalogar todas las estrellas del firmamento, a partir de la idea de tomar fotografías del cielo nocturno, con sus telescopios instalados en Harvard y en Arequipa, Perú. Su idea era calcular el brillo, el color y la posición de cada una de las estrellas. Era un trabajo pesado y tedioso, por la baja calidad de las placas fotográficas, por lo cual contrató a un grupo de mujeres que realizaban esas tareas, relativamente mecánicas, como examinar meticulosamente las fotografías o hacer tediosos cálculos (de ahí su denominación de «calculadoras» o Computadoras de Harvard), a las cuales les pagaban un sueldo mínimo.
A las «calculadoras» también les llamaron coloquialmente el harén de Pickering.
Finalmente a Henrietta Swan Leavitt la contrataron a tiempo completo, trabajando 6 días a la semana, 7 horas al día, por 25 centavos la hora.
En esa época de por si el trabajo de astronomía era poco reconocido y valorado, y generalmente eran los supervisores quienes se llevaban todo el mérito.
Fue el caso del trabajo de las «calculadoras» que se atribuyó a Edward Pickering y especialmente Edwin Hubble, quien -paradójicamente-, según sus biógrafos, era poco dado al trabajo en equipo.
Aún así Henrietta Swan Leavitt pronto se ganó muy buena reputación entre el personal cualificado del observatorio, al grado de que Margaret Hardwood (la primera directora del Observatorio Maria Mitchell en Nantucket, Massachusetts) la describió como «la mejor mente del observatorio».
En ese trabajo de observación de las placas fotográficas, Henrietta Swan Leavit observó en 1912 un patrón en un tipo de estrellas variables, llamadas Cefeidas: palpitaban con un ritmo regular y tenían una mayor luminosidad cuanto más largo era su periodo.
Este descubrimiento se constituyó en un fabuloso instrumento para medir distancias en el universo y fue utilizado poco después, en los años 20’s del siglo XXI, por Edwing Hubble, para discernir la verdadera dimensión del cosmos, en una época en la que aún se debatía si la Vía Láctea era la única galaxia que observábamos en el firmamento.
Aún con la importancia de su trabajo, hay pocos testimonios del paso de Henrietta Swan Leavitt en la cosmología. No hay memorias científicas, ni cartas, ni diarios, sobre su trabajo, y de acuerdo con la tradición de la época, apenas hay unas cuantas publicaciones científicas con su firma como primera autora.
De Henrietta Swan Leavitt también se desconoce con quien realizó largos viajes por Europa, en los tiempos en que desaparecía y con que fin, pero en cambio, se conoce la lista de objetos que legó a su madreen su testamento.
Henrietta Swan Leavitt murió de cáncer de estómago el 21 de diciembre de 1921.
En su honor, se le puso su nombre a un cráter de la Luna y al asteroide 5383.