Herbario BCMEX: 35 años de conservación de la flora de Baja California

A lo largo de 35 años, el herbario de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), oficialmente denominado Herbario BCMEX, ha realizado el trabajo de conservación de ejemplares de la flora bajacaliforniana y de las zonas relacionadas con la historia natural de la península, tales como Sonora, el sur de Arizona y el sur de California, Estados Unidos.

Mediante colectas sistemáticas y donaciones, el Herbario BCMEX ha logrado reunir 25 mil ejemplares: 22 mil corresponden a plantas vasculares y el resto son hongos y líquenes, todo archivado para su consulta.

Para José Delgadillo Rodríguez, investigador de la UABC y encargado del herbario, es importante que el lugar sea dinámico para consultarlo y no cuente simplemente con espectadores, sino que la información que guarda siga generando más conocimiento.

Digitalización y banco de semillas

Entre los más recientes proyectos en los que ha participado el Herbario BCMEX está la digitalización de sus ejemplares tipo, es decir, aquellos que fueron la base para hacer la descripción original de la especie cuando se inscribió científicamente.

Delgadillo Rodríguez explicó que son aproximadamente 50 ejemplares tipo los que conserva el herbario, mismos que fueron digitalizados a través de un proyecto internacional promovido por Fundación Melo y la organización Jstor.

“Lo que se hace es que se escanean ejemplares y se ponen en red, el investigador que necesita hacer una consulta ve los tipos digitalizados”, apuntó, y para eso se trasladó desde Los Ángeles, California, a la Facultad de Ciencias de la UABC, un escáner con una capacidad de resolución de tres mil puntos por pulgada (DPI, por sus siglas en inglés).

Otro proyecto de relevancia y actualmente vigente es el derivado del convenio con la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que consiste en la colecta y envío de semillas de plantas nativas.

“Este proyecto está asociado con los reales jardines botánicos de Inglaterra, ellos llevan el programa que se llama ‘semillas del milenio’, un acopio de semillas de todo el mundo, nativas y las mantienen resguardadas a bajas temperaturas”, detalló el investigador.

Especificó que las semillas que se colectan se envían a la Ciudad de México y ahí se limpian, se procesan y se separa la mitad para enviarlas a Inglaterra; hasta la fecha se han enviado semillas de alrededor de cien especies nativas de Baja California.

Procedimiento de conservación

El procedimiento para integrar un ejemplar al herbario inicia desde la selección de la planta, pues debe contar con flor, dado que es su órgano sexual y se toma como base para determinar especies.

La planta puede ser identificada directamente en campo con su nombre científico o identificarse ya estando en el herbario, donde el proceso inicia con el secado, después se monta sobre una cartulina y se colocan etiquetas con toda la información para posteriormente registrarla en la base de datos.

Una vez identificado, el ejemplar entra en “cuarentena”, es decir, se introduce durante cinco días en un refrigerador con una temperatura de -15 grados Celsius, donde permanece hasta ser archivada con folio único.

“Es un procedimiento estándar de manera internacional, como las preservan es igual, como la conservas varía, aunque todos usan cartulina, en Estados Unidos no se usa papel para envolver, en México, sí; en Europa se usa papel para envolver y cartulina pero no se pegan los ejemplares, pero el proceso es colectar, deshidratar, identificar, procesar y cuarentena”, precisó Delgadillo Rodríguez.

Hongo archivado en el herbario.

En cuanto al lugar, menciona que lo idóneo es que tenga posibilidad de crecimiento, pues lo más común es que los herbarios tiendan a crecer, además de mantenerlos a una temperatura que ronda los 13 grados Celsius y, de ser necesario, utilizar aire acondicionado para evitar la generación de insectos.

Herbario en tesis

El estudio fitosociológico de las comunidades vegetales de los matorrales de Isla Guadalupe, fue el tema de tesis de posgrado de Martha Lizeth Ceceña Sánchez, quien en 2014 egresó de la maestría en ciencias de la UABC, enfocada en el manejo de ecosistemas de zonas áridas.

Ceceña Sánchez considera que durante el desarrollo de una línea base para el estudio de comunidades vegetales orientada a su restauración y conservación, contar con el herbario fue fundamental.

“Me apoyó y facilitó la información para conocer los antecedentes de la flora de la isla, sus colectores, corroborar la identificación previa de las especies en campo, dónde y cuándo esas especies fueron colectadas, así como otras características consideradas por el colector”, explicó.

Detalló que su tesis radica en el primer estudio fitosociológico de las comunidades vegetales en Isla Guadalupe, localizada al noroeste de Baja California y suroeste de Estados Unidos, donde por más de 150 años hubo presencia de cabras que se alimentaban de todas las especies vegetales y no permitían el reclutamiento de las mismas.

Por ello, estima que los listados florísticos y las colectas son un referente valioso que permite hacer una aproximación y la reconstrucción de la flora existente antes y durante la introducción de las cabras.

La egresada de la maestría en ciencias de la UABC apuntó que, tras la erradicación de las cabras, la expectativa es que el componente florístico y la distribución de especies vegetales en la isla aumenten y, en consecuencia, la colección del herbario.

“Considero que es un privilegio contar con un herbario, ya que son escasos en el país y este herbario cuenta con una colección muy importante, cada ejemplar de dicha colección representa información única sobre la especie y su distribución geográfica, de modo que el herbario a cargo del doctor Delgadillo constituye un referente valioso y una base documental para el conocimiento, entendimiento y protección de la flora y vegetación de Baja California y zonas adyacentes”, finalizó.