e acuerdo con especialistas en salud, de distintas universidades mexicanas, acciones como colocar bebederos en instancias académicas, o elaborar programas de intervención nutricia son benéficas, más no suficientes, para combatir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares entre universitarios. El doctor Jorge Olvera García, rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), por ejemplo, ha manifestado que mucho se debe a que los jóvenes en edad universitaria ya tienen bien definidos sus gustos y hábitos de consumo alimenticio.

La UAEM ha emprendido un programa que pretende contrarrestar el problema de la obesidad, así como la detección oportuna de padecimientos como la diabetes mellitus de manera multidisciplinar. “Por lo pronto se ha buscado que los alumnos, maestros y administrativos tengan opciones sanas en las cafeterías y no solo productos chatarra, sobre todo por aquellos que tienen que pasar mucho tiempo en la institución y necesitan una alimentación saludable”, expuso el rector de la UAEM, Jorge Olvera García.

A su vez, especialistas de la Universidad Veracruzana (UV) realizaron una investigación denominada Estilos de vida de estudiantes de Nutrición y riesgo de Diabetes Tipo 2, que reveló que los hábitos de vida de jóvenes de entre 17 y 24 años de la carrera de Nutrición, que podrían representar un riesgo para el desarrollo de enfermedades como la diabetes mellitus son el sedentarismo, el estrés psicológico medio, y la omisión del desayuno en casa.

Los especialistas de la UV consideran que la diabetes es una afección que debe tratarse desde diferentes perspectivas, por tratarse de una enfermedad compleja.

“De la misma manera en que se han incluido tópicos como el idioma inglés o la educación física a diversos niveles escolares, sería prudente abordar materias relacionadas con la educación alimentaria en edad estudiantil, para minimizar el riesgo de desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas”, expresó la doctora Beatriz Torres Flores, coordinadora del Centro de Estudios y Servicios en Salud en esa casa de estudios.

Torres Flores señaló que si bien, por su rango de edad, los universitarios estadísticamente tienen menos problemas asociados a las enfermedades crónico-degenerativas, cuando se detectan tales afecciones en ellos, éstas ya representan un tema delicado. “Es posible encontrar alumnos universitarios con niveles de glucosa superiores a 100 o de presión arterial por encima de 120, por lo que algunos de estos casos representan un riesgo de desarrollar alguna enfermedad crónico degenerativa”, mencionó la investigadora.

“Aunque se sabe que hay personas genéticamente predispuestas a desarrollar enfermedades como la diabetes, mejorar la cultura alimentaria, así como los hábitos y costumbres de los estudiantes es una opción que coadyuvaría a que no se desarrolle el padecimiento”, señaló la científica de la Universidad Veracruzana. Agregó que hoy se conoce que la prevención de la diabetes entre universitarios tiene que considerar aspectos más allá de los hábitos alimenticios, que tienen que ver con las formas de vida del estudiante.

Un factor adicional que podría detonar complicaciones asociadas a la obesidad entre universitarios es el estrés psicológico medio, término que obedece a que los alumnos desarrollan hábitos como dormir y descansar ocasionalmente, así como controlar las situaciones de tensión en un 59 por ciento. Además, la omisión del desayuno fomenta estrés metabólico entre los jóvenes, y de acuerdo con especialistas de la Federación Mexicana de Diabetes provoca que el cuerpo “crea” que no se consumirán alimentos al corto plazo, adaptándolo a conservar energía y generando así una ganancia de peso.

Los autores del estudio Estilos de vida de estudiantes de Nutrición y riesgo de Diabetes Tipo 2, manifiestan que una aparte considerable de la población estudiantil de la Universidad Veracruzana padece sobrepeso y obesidad, características que son proporcionales a una distribución adiposa de cintura que implica riesgo cardiometabólico. Esas dos mediciones, al asociarse entre sí poseen un alto poder predictivo de diabetes tipo II.

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