Desde 1996, Prof. Dr. Ralf Steinmetz es Catedrático en la Technische Universität Darmstadt (Alemania) en el Departmento de Ingeniería Eléctrica y Tecnologías de la Información, así como en el Departmento de Ciencias de la Computación, donde también es Managing Director del Laboratorio de Comunicaciones Multimedia (KOM). También es Presidente del Patronato de IMDEA Networks y miembro de su Consejo Científico desde 2007. En 2015 se unirá al Instituto como Visiting Professor y ocupará además una Cátedra de Excelencia en la Universidad Carlos III de Madrid.
- ¿Por qué escogió involucrarse en este proyecto?
Una razón personal es que simpatizo con lo que Arturo Azcorra [Director de IMDEA Networks] ha logrado en el pasado en proyectos de la Unión Europea y admiro sinceramente con qué tenacidad y determinación ha logrado establecer IMDEA Networks como uno de los laboratorios de redes líderes en Europa.
También siento afinidad con la cultura y la lengua española y me gusta tener lazos fuertes con Madrid. Mi puesto como Presidente del Patronato y miembro del Consejo Científico me proporciona una oportunidad de lograr esto. Mi rol como investigador visitante me otorgará además el privilegio de realizar investigación práctica y experimentar el día a día de un centro de trabajo que he contribuido a crear. Esto tiene mucho significado para mí.
A nivel profesional, creo que es un logro extraordinario que el Instituto haya sido creado y opere complementando la financiación de terceros con la del gobierno regional, en un momento en el que la tendencia ha sido la de tratar de trabajar únicamente en base a la financiación externa. Quizás la clave para su éxito a largo plazo es, precisamente, que el Instituto fue creado como una fundación sin ánimo de lucro que recibe un fuerte apoyo del gobierno regional. Esto hace de IMDEA Networks una iniciativa de gran atractivo, que apareció en el momento preciso y que, como consecuencia, está ahora bien posicionada.
- ¿Podría decirnos en sus propias palabras cuáles son los principales objetivos y retos científicos del Instituto?
IMDEA Networks se está convirtiendo en uno de los líderes mundiales en la investigación sobre redes y en el desarrollo de la Internet del futuro, contribuyendo de este modo a que Madrid y España jueguen un papel en la trasferencia tecnológica de sus resultados y en el consecuente desarrollo económico-social generado por dicha transferencia. Si logramos mantener un alto nivel de atractivo científico en esta área clave para la innovación tecnológica, tarde o temprano vamos a ser capaces de aprovechar las oportunidades para ayudar a crear empresas impulsadas por los ‘»cerebros'» que vienen a investigar en Madrid. Ya hemos establecido alianzas estratégicas con actores clave como Telefónica, ZED Worlwide, NEC Europe, Cisco Systems, Gowex Wireless, o Alcatel-Lucent. Por lo tanto, estamos contribuyendo activamente al establecimiento de nuevos servicios y aplicaciones dentro de la región y más allá, ya que todas las empresas anteriormente mencionadas tienen un alcance internacional. Pero nuestro objetivo va más lejos aún, queremos tener impacto incluso en empresas que no estén directamente relacionadas con el sector de las comunicaciones, sino que apliquen las comunicaciones a otro sector, como el transporte o la logística. Estas empresas pueden poner los avances en la práctica y, con fundamento y visión, utilizarlos para crear algo innovador (ya sea en el futuro cercano o lejano) dentro de un área especial de aplicación.
- ¿Sigue el instituto un modelo de investigación concreto para lograr estos objetivos?
Creo que debe estar afiliado a una universidad a largo plazo, como lo está actualmente con la Universidad Carlos III de Madrid. Esto es esencial, dado que muchas de las personas que queremos atraer son estudiantes universitarios (en la actualidad hay 28 en el equipo) y esta afiliación nos permite ofrecer un apoyo muy significativo en materia de formación, equipamiento y acceso a investigación colaborativa.
Sin embargo, este esfuerzo necesita algo más que teoría. Debe haber una transferencia de conocimientos, creación de empresas, un impacto en el mundo real. Me parece que este concepto de ‘»impacto real'» es muy interesante. Otro factor clave son los investigadores de renombre que IMDEA Networks sea capaz de atraer, como Nick Maxemchuk, Marco Ajmone Marsan o Joerg Widmer, que son investigadores líderes dentro del Instituto, así como en la comunidad científica internacional. Estos científicos hablan a otros sobre el lugar en el que trabajan y lo que hacen, lo que a su vez atrae a un flujo continuo de investigadores de prestigio. Este proceso de networking es un aspecto clave de nuestra estrategia para establecer conexiones duraderas y relaciones colaborativas por todo el planeta. El programa de investigadores visitantes al que estoy a punto de unirme es la materialización de esta idea. 12 me han precedido desde 2008.
- ¿Qué experiencias le han influido a elegir una carrera profesional científica?
Hay dos cuestiones. La primera es que soy una persona a quien le gusta explorar, a quien le gusta crear, y la ciencia me permite hacer ambos. La segunda cuestión es que, por la trayectoria que hasta ahora he realizado en investigación, soy, en cierto modo, libre de definir lo que realmente quiero hacer: liderar un Instituto, evolucionar profesionalmente en una u otra dirección, etc. Tengo mucha libertad y realmente disfruto en este tipo de ambiente creativo.
- ¿Cuál es la mejor parte de su trabajo, lo que más satisfacciones le proporciona? A la inversa, ¿cuál es el lado menos positivo de su ocupación?
Los pros y los contras, de acuerdo. Un aspecto que ciertamente está en el lado positivo es lo que sucede con los estudiantes tras completar su doctorado. Si tienen éxito, una buena carrera profesional, entonces yo me encuentro verdaderamente satisfecho. Si innovan, si obtienen cátedras o llegan a puestos relevantes en la industria, si logran avances que tengan influencia en alguna temática de investigación, esto me proporciona gran alegría.
Pero hablo tanto de universitarios como de aspirantes a Doctorado, ya que se trata de la persona: la persona que educamos, a la que enseñamos, a la que ayudamos a lo largo de los diferentes estadios de su carrera como estudiante, como licenciado, como Masters o Diplomado, Doctorado y post-doctorado. Incluso respecto a estos últimos, cuando sea que lo precisen durante su carrera profesional, colaborar en sus procesos de creación me proporciona gran satisfacción.
El otro aspecto positivo de mi trabajo es ciertamente la libertad creadora que mencionaba antes.
Respecto a los aspectos menos positivos, destacaría el tipo de burocracia que encontramos – al menos en las universidades alemanas – en cierto tipo de entornos donde determinadas personas son, a mi entender, demasiado lentas en procesar iniciativas. Este tipo de burocracia es algo que aborrezco.
- ¿Qué cualidades personales y profesionales son importantes para los científicos-investigadores en su área de trabajo?
En primer lugar, la “persistencia” que permite de algún modo luchar para alcanzar un objetivo concreto sin rendirse. No hay que rendirse nunca. Una segunda cualidad es, por supuesto, escuchar a los demás. Muchos investigadores prefieren hablar y escucharse a sí mismos, pero hay mucho potencial en escuchar, trabajar con otros y trabajar dentro de redes de contactos con esos otros. La tercera, que yo encuentro fundamental, pero que muchos científicos no poseen, al menos en Europa, es que de algún modo tienes que venderte a ti mismo y a tu trabajo. Muchas personas aún creen, “OK, desarrollo algún tipo de código o construyo algo que es eficiente, pero no tengo que hablar de ello”; pero sí que tienes que hablar de ello, tienes que tener alguna clase de relaciones públicas propias, un modo propio de poner en su lugar lo que has realizado. Esto es bastante importante para lograr una medida de éxito.
- ¿Qué está sucediendo con Internet al convertirse en un fenómeno verdaderamente global?
Internet se diseñó en los años 60 y 70 del siglo pasado con ciertos propósitos que en aquel momento concreto estaban bien concebidos. No había movilidad, ni existía el problema de la seguridad. Pero el mundo de la comunicación ha ido progresando de manera acelerada. Los ordenadores se han convertido en portátiles. No hay un único ordenador que proporcione servicio a muchas personas, ni un único ordenador que sirva a una sola persona. Tenemos ordenadores en abundancia para cada individuo. Respecto a la calidad de servicio: si queremos comunicar algo, queremos hacerlo con un cierto nivel de calidad. Esto es crucial. Por tanto, seguridad y robustez se han convertido en temas clave. También la comunidad Web, por ejemplo, ha evolucionado, ya que el servicio no lo provee una estación central, sino que lo provee prácticamente cualquiera. Este es el caso de Google Maps.
El entorno de Internet ha variado mucho a lo largo del tiempo, pero Internet conserva sus fundamentos, aunque con multitud de “add-ons”. Si tienes Internet más un “add-on” esto es asequible, pero un reto. Si añades dos “add-ons”, ese sistema se torna delicado, pero aún lo puedes mantener. Cuando tienes tres y muchos más añadidos, Internet se convierte en un esfuerzo acrobático. Así, Internet funciona de algún modo, pero no como debería. Debe haber un cambio radical en algún momento. Pienso en lo que pudiera ser una nueva red, una red diferente. ¿Cómo podría estructurarse dicha red para responder a nuestras expectativas? Para empezar sería más sencilla. Por supuesto, el problema de la transición es complejo.
- Si pudiera regresar al pasado y cambiar tres aspectos de la implementación de Internet, ¿cuáles serían?
Hubiera incluido como propiedades inherentes la calidad y la seguridad. Además debería haber sido concebida y construida de un modo que permita la adaptación continua de nuevos mecanismos.