Desde pequeño, Israel García Chenge fue inquieto y buscó en diferentes artes algo que lo llenara de emoción, y lo encontró a los 15 años, cuando por consejo de una amiga de su familia probó la danza. Ahora, a sus 21 años, ya no sólo lo emociona sino que es su forma de vida.
Israel decidió entrar a Cadenza Ballet, de Emanuelle Lecomte, e inició con los estudios de danza clásica, pero recuerda que el momento en que le quedó claro que la danza sería su profesión fue cuando estudió dos años en Córdoba, con una maestra cubana, Adria Luz Velásquez, en el Fomento Artístico Cordobés, dirigido por Martha Sahugun. Fue a audicionar porque solicitaban elementos para un grupo de varones y aunque inició su carrera en el baile un poco tarde, no se desanimó.
Al ser aceptado e iniciar formalmente su educación, se dio cuenta de lo difícil de esta profesión, de la constancia y el compromiso que se necesitan.
En la academia de Córdoba fue donde creció y se desarrolló porque se enfrentó a la realidad de la práctica de la danza, además le ayudó mucho a conocer a otras personas, a otros maestros y estudiantes, y lo proyectó nacional e internacionalmente.
A pesar de su corta carrera ha ganado muchas becas, por ejemplo, en el 2009 ganó una beca a Houston y otra a la Escuela Superior de Monterrey en danza clásica; en el 2011 obtuvo una beca para el Orlando Ballet School Academy Trainee Division, y a partir de su estancia allá obtuvo otras becas porque hizo audiciones y presentaciones, como la del año pasado, que le valió media beca para el Boston Ballet y otra en el Pensilvania Ballet.
Dentro de los reconocimientos que ha recibido, se siente muy orgulloso porque al participar en el American Dance Competition en Daytona Beach, obtuvo otras becas y fue seleccionado en el Top 15 de los mejores de todo el concurso y lo ganó en dos categorías, danza clásica y contemporánea.
Para Israel la danza tiene que ver con todos los sentidos, con la mente, con decisión, con el manejo del cuerpo como instrumento. El dice que tienes que usar todos tus sentidos, ya que por medio de todo eso uno puede trasmitir al público esa pasión y ese arte que se hace por medio de la danza.
En cuanto al panorama de la danza en México, Israel habla con optimismo porque en sus palabras, hay muchísimo talento y como en todas las artes, hace falta apoyo a la danza clásica, porque hace falta crear conciencia sobre la importancia de la danza, en el arte, el cual es necesario que se difunda entre los bailarines y la sociedad, además de que el gobierno debe darle un lugar especial, para que crezca con un buen nivel.
Por ejemplo, él notó la diferencia en otros países, hay más seriedad y compromiso por parte de las instituciones en otros países, como Estados Unidos, además, de la cantidad de recursos con los que cuentan. Por otro lado, en Cuba notó que aunque no tienen los mismos apoyos, el compromiso de los bailarines es enorme y sobre todo, traen el ritmo adentro.
A pesar de todos sus éxitos, Israel tuvo un momento de duda, pero en sus palabras, al enfrentarse a esos sentimientos, creció como artista.
El recordó su experiencia en Córdoba, como el momento más angustiante porque se sentía presionado, tanto que volvió a Xalapa por tres meses. Después de sobrepasar este momento de inseguridad se dio cuenta que la danza es lo que le gusta y que a pesar de las dificultadas no se iba a rendir, así que tomó la decisión; eso lo hizo más fuerte.
Lo próximo que viene para Israel es irse a Wisconsin, a la segunda compañía de Milwaukee Company, a cumplir con un contrato por un año, y de ahí pues el futuro se abrirá para él.
Para los jóvenes que quieren incursionar en la danza, Israel les recomienda luchar, porque no es fácil y si están haciendo ballet, que lo defiendan porque lo más difícil es enfrentarse a la gente que no lo entiende. Recomienda algunos lugares como la Facultad de Artes de Xalapa, el Fomento Artístico Cordobés, la Academia de Danza Mexicana, el CNA en el DF, o a Irma Morales, primera bailarina retirada de la Compañía Nacional que también tiene su escuela; asimismo, la escuela de Héctor Hernández, en Guadalajara y la Escuela Superior de Danza, en Monterrey, donde te dan un título.
Además, Israel le da un tip a los jóvenes bailarines para antes de salir a escena, primero que nada relajarse, recordar que es un placer dar y recibir en el escenario, él por ejemplo, hace una ejercicio de respiración, llamado ascensión, de un grupo que se llama Ishayas, y también recomienda un desayuno saludable, lleno de proteínas y carbohidratos, porque un día de ensayo es muy desgastante y hay que estar saludable y lleno de energía para aguantar hasta el medio día, ya que a veces, un día de ensayo inicia de 10 am hasta las 13 o 14 horas y luego más clases en la tarde hasta entrada la noche.
Al preguntarle que vendrá después, con una mirada más allá, en el futuro, Israel piensa que quiere estar en México y dar clases, abrir su compañía, ofrecer a su país su experiencia y su pasión.
Para ver un poco del trabajo de Israel: