Jacinto Convit

Jacinto Convit


Jacinto Convit García, descubridor de las vacunas contra la lepra y la leismaniasis, falleció el 12 de 2014 a los 100 años de edad, tras más de seis décadas dedicadas a la investigación científica.

Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913, en Caracas, hijo de español catalán inmigrado a Venezuela, Francesc Convit, y de la venezolana Flor García. En 1932 ingresó a la facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el titulo de Doctor en Ciencias Médicas en 1938.

En 1937, el doctor Martín Vegas, conocido pionero en los estudios sobre la lepra, invitó a Convit a visitar la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, donde se alojaban cientos de pacientes afectados por lacería o lepra. En 1990, Convit escribía que su permanencia en Cabo Blanco fue enriquecedora en el plano personal y profesional.

‘»Aprendí a cuidar a los pacientes desempeñando labores de médico, juez, odontólogo y consejero, que sirvieron ampliamente para enriquecer mi conocimiento sobre la enfermedad y profundizar sobre el aspecto humano de los enfermos'»

En aquel tiempo esta enfermedad era todavía motivo de prejuicios arraigados socialmente; a los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales, imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.

Luego de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó al cierre de las leproserías. Convit logró en 1973 descubrir la vacuna contra la lepra, que sirvió además de base para encontrar la cura a la lesmaniasis.

Este aporte le valió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1987 y una postulación en 1988 para el Premio Nobel de Medicina.

Asimismo, fue condecorado con numerosos premios en Venezuela entre ellas la Orden del Libertador, el Premio José Gregorio Hernández y la Medalla Federación Médica Venezolana, entre otras.

En el ámbito mundial también obtuvo, entre otros:  el Premio Ciencia y Tecnología, que otorga la República de México; la medalla Salud para todos en el año 2000, de la Organización Panamericana de la Salud; la insignia de Oficial de la Orden de la Legión de Honor por el Gobierno francés; así como varios títulos Honoris Causa, tanto de academias nacionales como internacionales.

Antes de morir Convit, todavía trabajaba en una vacuna contra el cáncer, basada en terapias inmunológicas, que se mantiene en fase experimental.

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