El 25 de julio de 1865, a la enfermera Sophia Bishop le encargaron preparar el cuerpo del famoso cirujano James Barry, que había alcanzado el altísimo rango de Inspector General de Hospitales Militares del ejército británico, para ser enterrado, quien acababa de morir por una disentería.
Su sorpresa fue enorme cuando se dio cuenta de que James Barry en realidad era una mujer, que además presentaba estrías en su vientre, lo que denotaba que en algún momento estuvo embarazada.
Existen dos versiones sobre lo que ocurrió después:
- La enfermera ocultó el dato y lo divulgó hasta después del entierro, para evitar que le negasen la sepultura a la mujer.
- Le informó a sus superiores, quienes acordaron guardar el secreto y enterrar a James Barry con el nombre masculino que había elegido y el grado que alcanzó en el ejército británico.
En realidad James Barry fue nombrada Margaret Ann Bulkley, al momento de nacer el 9 de noviembre de 1795, en el condado de Cork, en Belfast, Irlanda.
Su madre era la hermana de James Barry, un reconocido artista y miembro de la Royal Academy de Londres, su padre Jeremiah era comerciante. Margaret era una niña brillante que había expresado su deseo de ser médico, pero en esa época las mujeres no podían ingresar a la escuela de medicina.
En que momento cambió su identidad, es algo sin definir, pero su biografía anota que el tío de Margaret, James Barry, tenía amigos influyentes, uno de ellos, el general venezolano Francisco de Miranda. Otro amigo, David Stuart Erskine, era un ferviente partidario de la educación de las mujeres. Se cree que el general Miranda y Erskine eran parte de un grupo que urdió un plan para que Margaret pudiera ingresar en la escuela de medicina disfrazada de hombre y una vez egresada fuera a Venezuela a ejercer como médica.
Fue entonces que James Miranda Stuart Barry (el Miranda muy probablemente en honor de su benefactor venezolano) entró en la Escuela de Medicina de la Universidad de Edimburgo en 1809, donde se graduó en 1814 con una tesis en latín sobre la hernia crural. El plan para ir a Venezuela debió ser cancelado cuando el general Miranda fue encarcelado por los españoles y murió en la cárcel en 1816.
Ya con el titulo en la mano, James Barry, decidió continuar con su rol masculino y se unió al cuerpo médico del ejército británico.
En 1815, lo destinaron al Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, donde pronto destacó por su brillantez, al grado de que el gobernador, Lord Charles Somerset lo nombró su médico personal, creándose tal cercanía entre ambos que el Gobernador estableció a Barry en apartamentos privados en su residencia. Pronto comenzaron a circular rumores de que el Dr. Barry y Lord Charles tenían una relación «artificialmente cercana». Los rumores de un enlace homosexual llegaron a Londres y una comisión real fue creada para investigar el escándalo. Somerset regresó a Inglaterra y Barry fue posteriormente exonerado.
El Dr. Barry, como mujer, tenía una voz aguda distintiva, y utilizaba suplementos de tres pulgadas en sus zapatos para aumentar su estatura. Usaba ropa holgada y tenía fama de ser hiriente y difícil, reaccionando ferozmente si se le acusaba de ser afeminado o si su voz aguda despertaba comentarios. Su postura en este sentido fue tan férrea que incluso libró varios duelos en defensa de su honor.
Profesionalmente, el Dr. James Barry ganó prestigio como cirujano cuando se realizó la primera cesárea existosa,en 1820 (1826 según otras fuentes), en África, en la que la madre y el bebé sobrevivieron. Los padres agradecidos llamaron a su hijo James Barry Hertzog Munnik en su honor.
Barry utilizó técnicas occidentales, pero recogió datos de cesáreas hechas por indígenas con métodos más naturales y rudimentarios, pero con resultados muy parecidos. Antiguamente las cesáreas se solían practicar si la madre estaba a punto de morirse y el feto estaba vivo, centrándose tan solo en el bebé.
Allí también propuso un sistema de conducción de agua en la ciudad, porque llegaba muy contaminada y transmitía enfermedades, mejorando la vida de sus habitantes.
También promovió varias reformas médicas y destacó sobre todo por sus investigaciones para paliar la sífilis. Fue muy criticado al denunciar la forma inhumana en que eran tratados los enfermos mentales y leprosos en Ciudad del Cabo. También luchó contra las reglas las de higiene deficientes, contra la mala praxis médica y los medicamentos ineficaces, y a menudo tóxicos, que se vendían en las farmacias. Su tratamiento radical para la lepra y las enfermedades tropicales transformó los hospitales en los que se trataban estas enfermedades.
A pesar sus muchos problemas con la institución militar, el Dr. Barry siguió ascendiendo en las filas del ejército y en en 1818, fue nombrado Inspector General de Hospitales Militares.
Durante la guerra de Crimea, en el hospital de Scutari, conoce a Florence Nightingale, quien describió a Barry como «la criatura más endurecida que he conocido en todo el Ejército «. Se cree sin embargo que esta visita dio lugar a una reforma radical de la medicina del campo de batalla.
Después fue enviado a Santa Elena para dirigir el hospital militar, y allí encontró que las condiciones en que se hallaban los enfermos eran “caóticas y desagradables”; aquellos adjetivos le enfrentaron a los oficiales, que hicieron todo lo posible para desprestigiarlo.
Estuvo destinada en Malta, donde ayuda en 1846, durante una epidemia de cólera que asoló la isla, siendo homenajeado por el Duque de Wellington por su exitosa labor. El tiempo que vivió allí se ganó el cariño de sus habitantes que lamentaron su pérdida tanto cuando se fue, como cuando se enteraron de su fallecimiento.
En 1857, y después de estar un tiempo en Corfú, es trasladado a Canadá, allí, cambia la dieta de los soldados por una más saludable, evitando así que enfermen constantemente. Mejoró también su forma de vida promoviendo que no bebiesen tanto alcohol, y cambiando las estancias por otras más aireadas y con letrinas más higiénicas. Lucharía e investigaría otra enfermedad, la lepra.
A todos sus destinos iba acompañada de su sirviente, y su perro al que llamaba “Psyque”.
Barry se jubiló en Marylebone (Inglaterra), obligado, en 1864, y aunque la costumbre era nombrar a Caballero a personas con tan altos rangos, Barry no recibió el título. Sus años de servicio en muchos lugares del Imperio estaban salpicados de arrestos, degradación e insubordinación que eclipsaron sus logros médicos.
Murió el 25 de julio 1865.
Y aún cuando se decidió guardar el secreto, la historia corrió primero por todo el ejército británico y después llegó a las calles, donde la prensa la divulgó.
Ante estos hechos, el gobierno decide negar que el Dr. Barry era en realidad Margaret, y expone que son tan solo cotilleos del personal de la funeraria, por lo que fue enterrada bajo el nombre de James Barry, con honores de ejército y condecoraciones póstumas. Está en el cementerio de Kensal Green en Londres. En su lápida dice: Dr. James Barry, Inspector General de Hospitales,
La primera mujer médico como tal, sin ocultar su identidad, fue la norteamericana Elizabeth Blackwell, que se licenció en medicina en 1849 en Nueva Cork, 37 años más tarde que Barry.
En Inglaterra la primera mujer médico fue Elizabeth Garret Anderson en 1870, que a pesar de poder ejercer en Inglaterra, tuvo que cursar sus estudios en París.