En Sandebalde, Silesia, Prusia Oriental, nació el 23 de julio de 1824 Kuno Fischer, quien está considerado como uno de los más importantes revalorizadores de la concepción idealista del filosofo alemán Emmanuel Kant. Partiendo de una base hegeliana, desde donde subraya la importancia de la dialéctica para la comprensión de la realidad, se inclina posteriormente hacia la concepción idealista kantiana.
Fischer sobresalió en el estudio de la historia de la filosofía, en especial de la moderna y contemporánea, desde donde proyectó su gran influencia al mundo académico alemán.
Desde 1844, estudió Filología en la Universidad de Leipzig y después en la de Halle, donde además de proseguir sus estudios de Filología, inició los de Historia, Teología y Filosofía, en la cual fue discípulo de Johann Eduard Erdmann, quien le inició en la filosofía de Hegel.
En esa época realizó su primera obra ”Diotima, la idea de lo bello” (1849), a la cual siguió su obra sistemática, de inspiración hegeliana, Sistema de la Lógica y la Metafísica o doctrina de la ciencia (System der Logik und Metaphysik oder Wissenschaftslehre) (1852).
En ese mismo año inició la publicación de su obra más influyente “Geschichte der neueren Philosophie” (Historia de la filosofía moderna) un estudio consistente de 10 volúmenes que abarcó de 1852 a 1877.
Sus posturas y concepción filosófica llevaron a que en 1853 se le prohibió continuar sus cursos como Privatdozent de Filosofía en la Universidad de Heidelberg en 1850 por enseñar el panteísmo. Fischer se defendió de sus críticos en los escritos de 1854 Apologie meiner Lehre (Apología de mi doctrina) y Das Interdikt meiner Vorlesungen (La prohibición de mis lecciones), sin lograr que se le devolviese la cátedra, sino que por el contrario el gobierno prusiano en 1855 negó su petición para la enseñanza en la Universidad de Berlín. El año siguiente, una real orden le concedió la correspondiente autorización; sin embargo, Fischer había obtenido ya la cátedra de filosofía en la Universidad de Jena, como profesor honorario, donde trabajaría durante dieciséis años granjeándose una excelente fama por sus lecciones. El cuarto volumen de su Historia de la filosofía moderna, publicado en 1861 y dedicado a Kant, tuvo un impacto extraordinario.
Seguidor de Hegel, Fischer se había inspirado asimismo en ideas aristotélicas, y en 1860 figuró entre los fundadores del neokantismo; acerca de Kant publicó interesantes estudios, entre los cuales figuran Clavis kantiana (1858), La vida de Kant y los fundamentos de su doctrina (1860), Emanuel Kant, desarrollo y sistema de la filosofía crítica (1860) y Crítica de la filosofía kantiana (1883).
En 1872 pudo volver a Heidelberg, donde seguiría enseñando hasta 1906. En esa ciudad, Kuno Fischer pronunció exitosos discursos con motivo del 500º aniversario de la Universidad de Heidelberg, en 1886, y del 150º aniversario del nacimiento de Goethe, en 1899.
Algunos de sus discípulos más destacados fueron Wilhelm Windelband y el escritor inglés William Somerset Maugham.
Su Historia de la filosofía moderna, en diez tomos, ejerció gran influencia en Alemania. Más que una historia ‘»de'», es un estudio ‘»sobre'» la filosofía moderna. En la Introducción, siguiendo la orientación hegeliana, Kuno Fischer muestra cómo la historia de la filosofía es una verdadera ciencia, en cuanto el proceso histórico de la filosofía es el desenvolvimiento de la verdad misma. Después de haber resumido el desarrollo de la filosofía griega, cristiana, medieval, del Renacimiento, del naturalismo italiano y de la Reforma, y después de haber destacado los problemas de la nueva filosofía, Fischer examina separadamente el sistema de Descartes.
Los sucesivos volúmenes se ocupan de los principales sistemas y figuras de la filosofía moderna: Spinoza (II), Leibniz (III), Kant (IV y V), Fichte (VI) y Schelling (VII). A la filosofía de Hegel dedica Fischer dos volúmenes (octavo y noveno), el primero de los cuales trata extensamente de la vida y de los principios fundamentales de la doctrina (fenomenología del espíritu) y el segundo de la filosofía de la naturaleza y del espíritu, afirmando que Hegel no debe ser conceptuado como el ‘»filósofo de la restauración'», sino como el ‘»restaurador de la filosofía'».
El décimo volumen está dedicado a la vida y al estudio de las obras de Schopenhauer, cuya doctrina es sometida a una minuciosa crítica que, sin embargo, no se muestra serena porque se halla abiertamente influida por la tendencia hegeliana del autor. El undécimo volumen está dedicado a Francisco Bacon y trata también del empirismo inglés, es decir, de Hobbes, Locke, Berkele y Hume; el último capítulo trata del iluminismo anglofrancés, con una conclusión que pone en relación la filosofía de la experiencia con la idealista alemana.También se le reconoce el haber devuelto el prestigio académico a la filosofía en Alemania después de la crisis que siguió al ocaso del hegelianismo y, por otra parte, el haber dado ocasión e impulso al surgimiento del neokantismo.
Como filósofo, fue un hegeliano ortodoxo, si bien en su versión de la doctrina de Hegel, plasmada, por ejemplo, en el citado Sistema de la Lógica y la Metafísica, se percibe un notable influjo de Kant. Como Hegel, considera que la Lógica es a la vez Teoría del conocimiento y Metafísica. Puso especial énfasis en el método de la dialéctica como clave para la comprensión de la realidad.
Mantuvo una polémica filosófica con Friedrich Adolf Trendelenburg,3 que publicó en 1869 un libro titulado Kuno Fischer und sein Kant. Eine Entgegnung (Kuno Fischer y su Kant. Un enfrentamiento).
Entre sus obras destacan también: “De realismo al idealismo” (1858); ”Sobre el problema de la libertad humana” (1875); y “Philosophische Scriften” 6 volúmenes (1892-1924).
Kuno Fischer falleció en Heidelberg, en el entonces Imperio Alemán, 5 de julio de 1907.