Aquí en la Tierra, estamos acostumbrados a que el viento esculpa el paisaje, alisando la superficie de las rocas o levantando dunas. En este aspecto, Marte es mucho más parecido a nuestro planeta de lo que cabría esperar.
En el Planeta Rojo existen fuertes vientos que azotan el polvo y la arena de su superficie, transportándolos a gran velocidad. Estas ráfagas pueden alcanzar los 100 km/h, desencadenando tormentas de polvo que cubren grandes extensiones del planeta durante varios días, o incluso semanas.
Estos vientos también esculpen su entorno erosionando, suavizando y desgastando poco a poco las formaciones de la superficie del planeta a lo largo de millones de años.
Esta fotografía tomada por la sonda Mars Express de la ESA muestra las consecuencias de este proceso. La imagen cubre parte de la región Arabia Terra, salpicada de cráteres de diversas épocas y tamaños, que muestran distintos grados de erosión. Algunos de ellos todavía conservan unos bordes bien definidos y estructuras en su interior, mientras que otros están mucho más alisados y parecen solaparse entre ellos, o incluso fundirse con su entorno.
El lateral izquierdo (sur) de la fotografía está dominado por un gran cráter de unos 70 kilómetros de diámetro, que todavía conserva paredes escarpadas. A simple vista, este cráter y su vecino de la derecha parece contener algo sorprendente: ¿esas manchas azules son indicios de agua líquida?. No, es una ilusión óptica debida al procesado de la imagen. El material azulado en el interior de los cráteres es en realidad un depósito de polvo volcánico oscuro, rico en basalto, acumulado por el viento a lo largo de los años.
Esta imagen en color fue tomada por la Cámara Estéreo de Alta Resolución de Mars Express el 19 de noviembre de 2014, durante su órbita número 13.728. La resolución es de 20 metros por píxel.
(ESA)