Hoy día el cambio climático ocupa los principales titulares, pero hay otro evento menos conocidos que nos amenaza, un cambio global más allá de las tierras: en los mares y en el aire, la acidificación.

Resulta que la combustión de combustibles fósiles, la metalurgia, la extracción minera del carbón y otros minerales, así como la aplicación de fertilizantes nitrogenados a los suelos están disminuyendo el nivel de pH del aire, el agua y el suelo a un ritmo mucho más rápido de lo que nuestro planeta puede tolerar, lo que plantea amenazas a la tierra y la vida marina.

“Es una visión general que la mayoría de nosotros ignora”, dijo Janet Herman del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Virginia en Estados Unidos.

Herman y su colega, Karen Rice, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), descubrieron que a pesar de que han trabajado en diferentes tipos de acidificación ambiental, la información que necesitaban para entender los diferentes procesos estaba más allá de sus especialidades, así que iniciaron una extensiva investigación sobre el tema en artículos científicos que abordaban todos los tipos de acidificación ambiental, y oficialmente presentaron su trabajo en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América en Charlotte, North Carolina, que se realizó este mes.

La acidificación ambiental significa que poco a poco el aire, suelo y agua comienza a incrementar su nivel de acidez, esto quiere decir que el pH tiene valores más bajos y entre más bajos sean más ácido será, el ph neutro tiene un valor de 7 en una escala del 1 al 14, así que este problema representa una amenaza para la vida. Los datos que por el momento se manejan es que la acidificación está disminuyendo desde el valor 8 de pH.

Este fenómeno es un problema local y global, ya que puede estar tan cerca como el arroyo de nuestra localidad donde se depositan los desechos de las minas o puede estar muy lejos, cuando estas corrientes llegan a los océanos, los cuales se están acidificando mientras el agua absorbe mayores concentraciones de dióxido de carbono que los humanos expelen hacia la atmósfera al quemar combustibles fósiles.

Normalmente, los ácidos del ambiente son filtrados por compuestos alcalinos liberados por la meteorización de los minerales en las rocas, es decir, por la desintegración de las rocas por agentes ambientales; sin embargo, el problema hoy día es que el nivel o ritmo de acidificación por la actividades humanas sobrepasa la velocidad de meteorización, por lo tanto, la capacidad de amortiguamiento del planeta.

En su trabajo, Herman y Rice analizaron las proyecciones de población por país en las próximas cuatro décadas para ver dónde estará el aumento de la industrialización y la agricultura, ya que entre más poblado esté un lugar, mayores factores de acidificación surgen. Su esperanza es que al hacer esto la gente puede anticipar el problema y hacer un plan para mitigar los efectos ambientales de la acidificación.

 

Referencias:

GSA Annual Meeting & Exposition, Charlotte, North Carolina. “Earth on Acid: The Present & Future of Global Acidification”.

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