La cabeza del camarón, así como su caparazón, no son tan inútiles para el ser humano, como ha manejado: De las cabezas de camarón, que son arrojadas directamente al océano, se puede extraer polímeros que pueden ser utilizados en distintas áreas, como las orientadas a extender la vida de los alimentos, hacerlos más atractivos y nutritivos, así como para crear distintas alternativas a productos como plásticos y artículos de uso cotidiano, apuntó el químico ambiental Jesús Alfredo Ortega Granados.

La doctora María del Carmen Durán Domínguez, de la Facultad de Química de la UNAM, asesora de este proyecto, explicó que la idea surgió hace varias décadas de un proyecto de tesis de licenciatura sobre la construcción de un molino secador en los barcos camaroneros. “Buscamos aprovechar los gases de combustión de los motores del barco para calentar aire y con ese aire secar la fauna de acompañamiento que también tiran al mar, para tener una fuente de proteínas para dietas de animales y las cabezas de camarón y el exoesqueleto”.

Incluso en el año 1991 “ganamos el Premio Nacional de Diseño Industrial por este trabajo”, refirió María del Carmen Durán.

Este proyecto es parte de la llamada “Química verde” termino que creció en relevancia gracias a las alternativas que representa para la obtención de productos amigables con el ambiente.

El término Química verde lo acuñó el doctor Stanley E. Manahan del Departamento de Química de la universidad de Missouri, Estados Unidos, con el objetivo de utilizar a las ciencias químicas para ayudar al ambiente y no para dañarlo. La doctora Durán explicó que en 1997 este investigador fue invitado a la UNAM para participar en el programa de maestría y doctorado en ciencias químicas y, durante los diez años siguientes, impartió el curso de introducción a la química ambiental.

“Lo que él percibía era que la sociedad tiende a ver a la química como la “mala de la película”, que todo lo que hacemos los químicos es dañino o no benéfico para la sociedad, lo cual es totalmente erróneo, porque la ropa, polímeros, telas, pintura, plásticos, casi todo lo que volteamos a ver es química. Es imposible no tener residuos, pero no nada más en la química se producen residuos, sino en todas las actividades humanas. La idea de esta química es minimizar los residuos o aprovecharlos para otras cosas.” explicó la investigadora, quien es integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

En este sentido el químico ambiental Jesús Alfredo Ortega, explicó que se pueden aprovechar los residuos para utilizarlos en la producción de alimentos animales, mejoramiento de suelos y otros bienes para tener una alternativa totalmente biodegradable.

Tener conciencia en el medio ambiente

Para la especialista, la idea de protección al medio ambiente se incorpora cada vez más en la sociedad, por lo que es muy importante tratar de explicar que debe ser una responsabilidad compartida: “Tenemos que aprender a separar la basura para poder aprovecharla mejor, no considerarla basura, sino como un subproducto de nuestras actividades, cuidar el agua y rehusar la que se pueda, así como tratarla”.

Sugirió que el agua puede ser tratada en pequeñas plantas en cada delegación, colonia y unidad habitacional puesto que es más fácil y seguro. La idea, explicó, es tener plantas de tratamiento pequeñas y cercanas donde la longitud de las tuberías sea pequeña y controlable para poder tener mejores sistemas.

Actualmente la investigadora colabora en el estado de Puebla con el propósito de ayudar a zonas necesitadas. “En la Facultad buscamos proyectos de tratamiento de aguas residuales para ayudar a comunidades menos favorecidas, para que ellos mismos construyan sus sistemas de tratamiento de aguas con lo que ellos denominan tequio, que es en trabajo comunitario los fines de semana y puedan tener mejores condiciones de higiene y salud”.

Hacer conciencia ciudadana es de gran importancia para el avance y mantenimiento del medio ambiente, por lo cual la doctora Durán Domínguez mencionó que el conocimiento adquirido por el doctor Stanley E. Manahan ha sido de gran relevancia para su trabajo, por lo que sugiere, que un curso de introducción a la química debería ser tomado por todos los ciudadanos, puesto que todos contribuimos a la contaminación ambiental.

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