La profunda crisis que está viviendo Europa, y especialmente España, tiene inevitables consecuencias para el sistema español de innovación, aunque no son igualmente intensas para todos sus agentes y sectores, siendo el más castigado el sector público, apunta el “Informe 2014 sobre Tecnología e Innovación en España”, elaborado por la Fundación para la Innovación Tecnológica (Cotec) de España.

Este informe recoge la evolución de los principales indicadores de I+D e innovación en España, a escala nacional y por Comunidades Autónomas, y su comparación internacional. El documento incluye también la opinión de 150 expertos sobre la situación y evolución futura del sistema español de innovación, y un capítulo especial dedicado este año a las “Tecnologías Facilitadoras Esenciales” que está impulsando la Comisión Europea para la modernización y fortalecimiento del tejido industrial en Europa.

El Informe de Cotec menciona igualmente que los expertos consultados a principios de 2014, se mostraron menos pesimistas sobre la situación que en años anteriores.

El Director General de Cotec, Juan Mulet, durante la presentación del estudio expresó su preocupación “por que este año España haya continuado alejándose de Europa en sus indicadores de I+D e innovación, y más aún que la parte pública haya sido la que más se ha deteriorado. La consecuencia más importante está siendo el envejecimiento de los investigadores y de los aparatos y equipos de investigación, que no se renuevan. Afortunadamente, el número de empresas que realizan I+D se ha mantenido constante a pesar de la crisis, si bien no son más de 12.000 empresas, cuando para una economía como la española esta cifra debería ser al menos cuatro veces mayor”.

También se refirió como problemas importantes a que “todos los agentes del sistema español de innovación, tanto públicos como privados, se quejan de las dificultades de financiación; y los expertos consultados por Cotec, a principios de 2014, coinciden en denunciar la falta de consciencia social en España sobre la importancia económica de la innovación”.

España continúa alejándose de los países de referencia en su gasto en I+D


Según los últimos datos recogidos en el Informe Cotec 2014, se sigue manteniendo la divergencia de los gastos de I+D españoles con los de los países tomados habitualmente como referencia. En US$ PPC (Paridad de Poder de Compra), respecto a 2008 el gasto español en 2012, último año del que se dispone de datos estadísticos, ha caído un 4,2%, mientras que en el conjunto de los cinco países (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Polonia) ha crecido un 16,4%. El gasto en I+D por habitante fue en 2012 el 64% del promedio de los cinco países citados, cuando en 2008 era el 78%.

También es distinta la evolución del gasto en I+D respecto al PIB ya que en 2012, la distancia que separaba a España de los promedios de la OCDE y de la UE-28 era de 1,10 y 0,66 puntos porcentuales, mientras que dos años antes, en 2010, era de 0,94 y 0,51 puntos, respectivamente.

El sector privado ejecutó en España el 53,2% del gasto de I+D en 2012. Entre los cinco países citados, solo Polonia tiene una participación inferior de este sector en la ejecución de I+D, mientras que en Alemania, Francia o el Reino Unido se mantiene por encima del 60%. Con todo ello continúa la pérdida de posiciones de España respecto a estos países de referencia iniciada en 2009, lo que supuso el fin de una continuada tendencia a la convergencia que comenzó en 1994.

El gasto en I+D ejecutado en España en el año 2012 fue de 13.392 millones de euros, lo que supone, respecto a los 14.184 millones ejecutados en 2011, una reducción del 5,6%. Es la caída anual más intensa desde que terminó el ciclo de crecimiento de este indicador, que después de una década de aumento continuado se viene reduciendo desde 2009. El gasto en I+D ejecutado en 2012 equivale al 1,30% del PIB, frente al 1,36% de 2011. Se mantiene por tanto la caída de este indicador, que vuelve a niveles inferiores a los de 2008, pese a la contracción del PIB español. 

El desglose del gasto de I+D por sector de ejecución muestra que, de nuevo en 2012, persiste la caída en todos los sectores que ya se observó por primera vez en 2011, aunque con distinta intensidad ya que la principal caída se produce en el sector administración (7,4%), seguido por el de enseñanza superior (7,1%) y por el sector privado (empresas e IPSFL), que ha sido el que menos ha reducido su gasto, en un 4,0%.

Solo cinco comunidades autónomas representan más del 77 % del gasto total en I+D del país
El patrón de la contribución de las CC. AA. al gasto total de I+D español en 2012 se mantiene parecido al de años anteriores, con las comunidades de Madrid y Cataluña ejecutando casi la mitad del gasto, el 25,6% y el 22,3% del total, respectivamente, seguidas de Andalucía (11,1%), País Vasco (10,7%) y Comunidad Valenciana (7,5%). Sólo estas cinco comunidades representaron el 77,2% del gasto total en I+D del país.

En términos de gasto en I+D en porcentaje del PIB regional también se mantiene una distribución parecida a la de años anteriores, con el País Vasco, Navarra, Madrid y Cataluña por encima de la media nacional. Si bien de estas comunidades solo el País Vasco aumentó su esfuerzo en 2012, en ocho centésimas de punto, mientras que el de Madrid cae 1,6 décimas, el de Navarra 1,7 décimas y el de Cataluña cinco centésimas. En el resto de regiones la caída del esfuerzo fue generalizada, salvo en Castilla y León, que lo aumentó en nueve centésimas.

En gasto en I+D por habitante, siguen en cabeza el País Vasco, Navarra, Madrid y Cataluña, pero de estas regiones solo el País Vasco mejora este indicador respecto al año anterior, pasando de 637 a 653 euros por habitante, mientras que Navarra, Madrid y Cataluña lo reducen. El resto de las comunidades tiene un gasto por habitante menor que la media nacional, que en 2012 fue de 284 euros por habitante, un 5% inferior a los 300 euros de 2011. De estas comunidades solamente Castilla y León aumentó su gasto por habitante en 2012, de 226 a 245 euros.

Cerca de 343.000 personas se dedican a actividades de I+D en España

En 2012 la actividad de I+D ocupaba en España, con dedicación variable, a un total de 342.901 personas, que representan 208.831 en equivalencia a jornada completa (EJC). De estas personas, 215.544 eran investigadores, cuyo equivalente en jornada completa era 126.778, el 60,7% del total. Esta proporción, que se mantiene prácticamente fija desde 2007, implica que cada investigador dispone, en promedio, de 0,65 auxiliares para sus trabajos de investigación.

Si se observa la evolución del número de personas empleadas en I+D en equivalentes a jornada completa se puede ver que entre 2010 y 2012 el personal de I+D de las administraciones públicas se redujo un 9,2% y el de la enseñanza superior un 7,3%, mientras que en ese mismo periodo el sector privado redujo su personal solamente un 3,1%. En conjunto, el personal de I+D que más ha crecido desde 2000 a 2012 sigue siendo el de las administraciones públicas, con un 87% del crecimiento total, mientras que el del sector privado ha crecido el 84% y el de enseñanza superior el 56%.

Los expertos se muestran algo menos pesimistas sobre el futuro del sistema español de I+D+i
El resultado de la encuesta anual realizada a los expertos de Cotec a principios de 2014, para conocer su opinión sobre la importancia de los problemas que afectan a nuestro sistema de innovación y sobre su evolución en el futuro inmediato, muestra que persiste el pesimismo, aunque algo menos acentuado que en la edición anterior. El porcentaje medio de opiniones de empeoramiento para todas las tendencias por parte de los expertos fue del 41,9%, mientras que el de opiniones de mejoría fue solamente el 16,1%, cuando estos porcentajes eran el 45,3% y el12,5%, respectivamente.

Las tendencias que más expertos consideran que se deterioran son, por este orden: la disponibilidad de fondos públicos para el fomento de la I+D+i, que viene siendo la más citada por los expertos desde 2009, la importancia que el Gobierno otorga a las políticas de fomento de la innovación y la falta de dinamismo empresarial para afrontar los nuevos desafíos de la innovación.

Los tres problemas del sistema español de innovación considerados como más importantes por más de tres cuartas partes de los expertos consultados se refieren al insuficiente apoyo de las administraciones a las políticas públicas de investigación, desarrollo tecnológico e innovación; a la falta de cultura en los mercados financieros españoles para la financiación de la innovación; y a los escasos recursos financieros y humanos dedicados por las empresas a esta actividad.

El Director General de Cotec, Juan Mulet, indicó que “un dato significativo de este panel de opinión, formado por más de 150 expertos, es que nunca ha fallado en sus predicciones desde que se inició la publicación del primer Informe Cotec, en el año 1996. Está compuesto en un 50 % por representantes del mundo de la empresa, un 30 % por representantes del mundo académico e investigador y un 20 % por responsables con experiencia en gestión de política de I+D e innovación, tanto a nivel autonómico como estatal”.

El informe dedica un capítulo especial a las Tecnologías Facilitadoras Esenciales

Como todos los años, el Informe Cotec dedica un capítulo especial a alguna cuestión de especial actualidad. En esta edición trata sobre las Tecnologías Facilitadoras Esenciales (en inglés Key Enable Technologies-KETs), que la Comisión Europea define como aquellas tecnologías con un uso intensivo de conocimiento, asociadas a una elevada intensidad de I+D, a unos ciclos rápidos de innovación, a un gasto elevado de capital y a una mano de obra muy cualificada, como son: la microelectrónica, la nanoelectrónica, la nanotecnología, la fotónica, los materiales avanzados, la biotecnología industrial y las tecnologías de fabricación avanzada.

Estas tecnologías son una fuente básica para impulsar la innovación porque proporcionan los elementos tecnológicos indispensables que permiten el desarrollo en diferentes sectores de una amplia gama de nuevos materiales, productos, procesos y servicios de mayor valor añadido, más cómodos de usar, más saludables para los ciudadanos o mejores para el medio ambiente. Y debido a su carácter transversal y a su relevancia sistémica, están llamadas a jugar un papel catalizador clave para modernizar y fortalecer el tejido industrial europeo en los próximos años, impulsando el desarrollo de nuevos sectores y de innovaciones radicales en sectores como la energía, el transporte, la fabricación, el químico, las TIC o la medicina, entre otros.

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