¿Sabías que la carne de conejo es una de las más saludables para consumo humano? Es una buena fuente de potasio y vitamina B, además es muy baja en grasa, colesterol y sodio, por lo que puede ser consumida por personas que sufren de hipertensión o gota, comenta el ingeniero Carlos Edmundo Romero Durán, presidente de la Asociación Nacional de Cunicultores de México (Ancum).
Debido a las propiedades nutricionales de la carne de conejo, por su precio con relación al resto de las carnes rojas y a la potencialidad de negocio para los productores, la Ancum impulsó la elaboración y creación del Manual de buenas prácticas pecuarias en producción de carne de conejo.
Este instrumento contiene los procedimientos para obtener una producción de conejo con las mejores condiciones de salud y sanidad, «dará normatividad a lo que ya se hace y ayudará a garantizar la inocuidad de nuestro producto», comenta Romero Durán.
En la elaboración de este manual colaboraron miembros de la Asociación de Cunicultores, de la Universidad Autónoma de Chapingo, la Universidad Nacional Autónoma de México y diferentes asociaciones de médicos veterinarios. Su actualización y publicación se logra gracias al apoyo e interés del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y la Coordinación General de Ganadería de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Seguir los lineamientos propuestos en este manual llevará a los productores a obtener una certificación de inocuidad que permitirá ampliar los mercados de comercialización del producto, como la comercialización en supermercados o la posibilidad de incursionar en el mercado internacional. La carne de conejo podría entrar al platillo del mexicano como una opción saludable, libre de grasas y estimulante del crecimiento, menciona en entrevista Romero Durán.
“Muchos animales utilizan la grasa corporal para conservar el calor, pero los conejos, al contar con un pelaje tan abundante no necesitan este recurso. Es por esto que de entre las variedades de carne, la de conejo es la que menos grasa contiene. La mayoría de la grasa en el conejo se encuentra entre la piel y el músculo, por lo que al sacrificar al animal y retirar la piel la mayor parte del tejido graso se va con ella. La grasa intramuscular en el conejo es muy baja, de tres a cuatro por ciento de la carne, mientras que el contenido de proteína se eleva desde 19 hasta 21 por ciento”, detalla.
Crianza y producción
Una característica muy importante de la crianza de conejos es que en ella no se utilizan estimulantes del crecimiento, es decir hormonas, ni vacunas para los animales. Estos fármacos no son empleados, pues las características del ciclo reproductivo de los conejos sería alterada por la utilización de hormonas. Por lo tanto, no se acumulan en los tejidos del conejo y no son ingeridos por el humano.
De las innovaciones y actualizaciones más importantes que se plasman en el Manual de buenas prácticas es que el productor debe contar con la asesoría y la supervisión de un médico veterinario zootecnista. Esto con la intención de evitar que los cunicultores puedan medicar a los animales o llevar un manejo inadecuado del animal.
«Podría darse —en otras actividades ganaderas— que se utilicen algunos productos que incluso la Sagarpa no permita, hormonales o que son esteroides o cosas así. Pero en la cunicultura esto no lo podemos aplicar porque, debido a los ciclos tan cortos de producción, utilizar hormonas afectaría el estado reproductivo de nuestras conejas», expone.
Buscar la inocuidad en la carne de conejo también resuelve un problema de demanda nacional, indica Romero Durán, «vemos cómo en el país cada vez se demanda más carne».
«Nosotros hemos hecho los cálculos que dicen que una coneja produce más carne que una vaca», dice Romero Durán refiriéndose a la producción anual. «Una coneja tiene alrededor de ocho partos al año, de los cuales se obtienen siete conejos destetados por parto, por lo que tenemos 56 animales al año. Si de cada conejo obtenemos aproximadamente 1.2 kilogramos de carne, una coneja nos estaría dando 67 kilogramos de carne al año».
El ciclo de producción del conejo, desde que nace hasta el sacrificio, lleva aproximadamente 70 días. «Además, es un animal que puede adaptarse a una gran variedad de climas. Tenemos granjas de conejo desde Tijuana hasta Quintana Roo”.
Otra ventaja de la cunicultura es la existencia de las «granjas integrales», en donde todos los productos del conejo son utilizados, desde la carne hasta la piel, incluso el excremento del conejo se utiliza para la realización de lombricomposta orgánica de alta calidad, explica Romero Durán.
Para el presidente de la Ancum, actualmente hace falta difusión sobre las cualidades de la carne de conejo para promover su consumo, pero a pesar de ello se tienen datos de que en el 2014 se consumieron 12 mil 480 toneladas de carne, con ganancias para los productores de hasta 870 millones de pesos. Se estima que en el país existen siete mil 500 granjas de conejos, entre ellas se encuentran desde granjas familiares hasta grandes granjas industriales.
«Tener otra propuesta en el platillo de consumo de la familia mexicana es bastante interesante, más cuando existirá la certeza, mediante la certificación, de tener una carne de excelente calidad», finaliza Romero Durán.