Hay quien dice que la ciencia es una gran metáfora, que comprendemos el mundo científicamente a través de imágenes creadas por los hombres de ciencia. Una metáfora es la aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión; por ejemplo: el átomo es un sistema solar en miniatura.

            El profesor investigador Manuel Gil Antón, del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México,  ha explicado en una bien elaborada metáfora en que consiste el despropósito de la mal llamada Reforma Educativa.

            Dice el profesor Gil Antón que imaginemos al sistema educativo mexicano como un destartalado autobús que tira aceite, le fallan los frenos, tiene las llantas lisas y de milagro camina. El autobús, para llegar a su destino, tiene que transitar por un camino sinuoso y en muy malas condiciones, lleno de hoyos, sin señalamientos, con infinidad de cruceros peligrosos. Las condiciones del camino, en esta metáfora, representan las desastrosas condiciones –económicas, políticas y sociales- en que el país se desenvuelve.

            Los pasajeros de este autobús son los niños y jóvenes a quienes se educa en tales condiciones y el chofer representa a los maestros de estos niños y jóvenes.

            Ahora bien, de acuerdo a la mal llamada Reforma Educativa se presenta a los maestros como los únicos responsables de la educación de niños y jóvenes, sin considerar las desastrosas condiciones del propio sistema educativo (infraestructura en mal estado, recursos didácticos malos e insuficientes, etcétera) y las del medio social (pobreza extrema, insuficiencia de recursos para la educación, predominio de la televisión comercial como instrumento educativo, etcétera).

            Dice el profesor Gil Antón que la evaluación de los docentes, y las otras condiciones que la Ley asociada a la reforma les impone, sería tanto como pretender que el autobús llegara a su destino sin percances con sólo ponerle corbata al chofer y someterlo a innumerables pruebas sobre su pericia como conductor, sin tomar en cuenta las condiciones del autobús y el estado del camino. (ver: http://www.youtube.com/watch?v=jH6lzKYGgNY)

            La metáfora del profesor Manuel Gil Antón es un excelente medio para entender lo esencial de la Reforma Educativa y por qué es repudiada por los maestros, quienes sienten afectados sus derechos laborales, lo cual es cierto,  pues la propuesta se funda en una visión que somete la educación a los intereses privados e ignora la dimensión humanista y social del hecho educativo.

            Se sustenta en criterios políticos, administrativos y laborales que se imponen a las preocupaciones de la educación y carece, por tanto, de una perspectiva pedagógica y de propuestas sustantivas para el campo educativo, y promueve una evaluación sancionadora y punitiva, contraria a las potencialidades formadoras y positivas de la adecuada valoración del trabajo educativo.

            Además de vulnerar los derechos laborales de los maestros, los coloca en un régimen de excepción y contrario a los postulados constitucionales sobre el trabajo en México.

De hecho, todo el articulado de dicha Ley se enfoca en una reforma de las condiciones de trabajo de los docentes no advirtiéndose, en parte alguna, referencias a los procesos educativos. Entonces esa reforma es una reforma laboral y, en todo caso, administrativa.

            Esta Ley del Servicio Profesional Docente que pretende poner en funcionamiento el gobierno federal, es una medida distractora para ocultar el verdadero problema: el grave deterioro político, económico y social, incluida la educación, que sufre nuestro país; y, todos lo sabemos, la responsabilidad mayor corresponde a las malas administraciones de los grupos políticos que se han ocupado de gobernarlo.

Para comprender mejor cuál es la intención de esta reforma, habrá que situarse en el contexto global en que se inserta el neoliberalismo, una de cuyas características es imponer una dinámica de desincorporación del Estado para privatizar sus funciones. Se pretende, mediante argucias envueltas en el discurso retórico de la evaluación, inducir un modelo de gestión empresarial de la educación, uno de cuyos instrumentos es la mentada Ley, para luego instaurar  la escuela “autogestiva”.

 Enrique Peña Nieto declaró que próximamente enviará al Congreso de la Unión dicha iniciativa, complementaria de la Ley. Así, se hará a los directivos de las escuelas y a los padres de familia responsables de la operación y mantenimiento de los recintos escolares; según lo entiendo, se impondrán cuotas mensuales para el pago de agua, luz, remozamiento de las instalaciones, etcétera. Y se dice que los libros de texto serán “rentados”: los padres de familia pagarán otra cuota para que sus hijos tengan derecho a usar los libros, que serán devueltos al finalizar el ciclo escolar. Estas dos medidas constituirían la base inicial para la privatización de la educación pública.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

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