Hoy la preocupación del Capital

es convencernos de que el trabajo manual no existe,

por eso hay 24 horas de reality show en la televisión…

de Antonio Orihuela, en Bienvenidos al desierto de lo real.

Las clases sociales son grupos formados al interior de una sociedad y que, por su propia naturaleza, entran en conflicto debido a que los intereses que rigen la sobrevivencia social de cada una de tales formaciones no son coincidentes o, incluso, pueden ser opuestos. Pero, ¿qué es lo que define a una clase social? Según un texto clásico de economía política, la pertenencia a una clase social se define por las relaciones de propiedad con respecto a los medios de producción, y por la posición que se ocupa dentro de los sistemas de distribución y consumo de los diversos bienes y servicios. El ingreso económico no es el indicador exclusivo –ni el mejor- de la pertenencia a una u otra clase social.

            Por eso llama la atención la publicación reciente, por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de un boletín de investigación sobre las clases medias en México, que propone una metodología acertada y rigurosa para caracterizar a las clases sociales en México.

            La investigación –dice el boletín- se basa en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 2000 y 2010, sujetos a una herramienta de estratificación multivariada desarrollada en el INEGI para permitir una síntesis de información diversa y compleja bajo criterios de rigor estadístico.

            La fuente de información utilizada en la investigación ha sido la más reciente encuesta nacional publicada de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2010). Los resultados de la encuesta se compararon con los resultados a los que se llega con su edición de 10 años atrás (ENIGH 2000), a efecto de tener una perspectiva de cómo avanzaron las clases medias en la primera década del siglo XXI. Se subraya que los cambios en la composición social del país sólo son observables en períodos largos de tiempo, y que dichos cambios no necesariamente están correlacionados con las fluctuaciones de otros indicadores de carácter más coyuntural o más sensibles al corto plazo.

 

Esta investigación se abordó a partir de un conjunto de  17 indicadores, cualitativos y de gasto per cápita. Se privilegiaron los rubros de gasto sobre los de ingreso, dado que los informantes tienen menos incentivos a sub-declarar los primeros que los segundos. Se tomó también en cuenta aquéllos rubros de gasto que fueran más allá del consumo de bienes y servicios básicos que deben presentarse en todo hogar. Se seleccionaron variables tales como: el gasto per cápita en consumo de alimentos y bebidas fuera de la vivienda; gastos en cuidados personales; gastos en educación cultura y recreación, gastos en regalos otorgados a otros hogares, pago de tenencia y pago a tarjetas de crédito, entre otros.

A efecto de agrupar estos estratos en tres clases (clase alta, clase media, clase baja) los 7 estratos o agrupamientos óptimos de hogares, obtenidos en un primer estudio exploratorio, se sometieron a un análisis para identificar diferencias no sólo cuantitativas de gastos o ingresos entre los estratos, sino también a partir de cuáles estratos se detectaban diferencias cualitativas en variables tales como: porcentajes de jefes de hogar con un nivel de estudios medio-superior y superior; proporción de ellos que tenían acceso al mercado de trabajo formal, etcétera.

Los resultados obtenidos muestran que 42.4% de los hogares, en donde vive el 39.2% de la población total del país, son de clase media. Por su parte, 2.5% de los hogares son de clase alta, viviendo en ellos el 1.7% de la población del país, mientras que, en el otro lado del espectro social, se tiene al 55.1% de los hogares donde desarrolla su vida el 59.1% de la población mexicana.

(http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/Boletin/Comunicados/Especiales/2013/junio/comunica6.pdf)

Me parece que debe reconocerse el valor de este estudio, ya que no sólo se apega a la definición de clases sociales citada al inicio de este texto, sino que ofrece una caracterización y cuantificación metodológicamente sólida de las tres clases sociales básicas en que se agrupa la población mexicana.

Aclarando que el estudio señala que no todos aquellos individuos pertenecientes a la clase baja pueden ser considerados pobres, las conclusiones son claras e ineludibles: México es un país desigual con predominio de la clase baja (cerca del 60 % de la población), donde la clase alta es una minoría (1.7%). Según otros estudios, el 10% de la población en los estratos más altos acumula alrededor del 40 % de la riqueza producida en el país. Y la clase media queda fluctuando entre los dos extremos, dando lugar a una nueva definición: la clase media es la clase baja alta.

            Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

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