El misterio de la conciencia es el tema más complejo que hay en nuestra vida, pero es mucho más complejo desentrañarlo, aseguró el especialista en Neurofisiología, Ranulfo Romo Trujillo, durante el evento “Presencia de El Colegio Nacional en la Universidad Veracruzana”, el viernes 5 de septiembre en la USBI-Xalapa.

El integrante de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y de la Academia Americana de Artes y Ciencias, dictó la conferencia “Bases neurológicas de la conciencia”, ante académicos y estudiantes universitarios.

Durante la misma, habló específicamente de una propuesta que desarrolló junto con investigadores de Estados Unidos y Europa: “Que a través de la toma de decisiones se puede abordar el problema de la conciencia, porque todos los procesos la involucran, así como a su mecanismo de la atención y a la información que tenemos en el cerebro”.

Sin embargo, dijo, con bases neurológicas se puede señalar que la conciencia es producto de la evolución y, como todo lo que evoluciona, “es un misterio que apenas estamos entendiendo pues a lo largo de más de 500 años ha existido una presión en los organismos biológicos para reaccionar a los estímulos, guardar información en forma de memoria en nuestro cerebro, y utilizar esa información para liberarnos, para poder movernos en nuestro entorno”.

Apuntó que a diferencia de las plantas y las rocas, el ser humano no es estático, puede moverse y reaccionar gracias al cerebro y la conciencia. “Ante esta presión se generaron circuitos cerebrales altamente especializados relacionados con la visión, la audición y el tacto, pero sobre todo un mecanismo muy poderoso que tenemos en nuestro cerebro que tiene que ver con la atención, todos con procesos internos que me llevan a abordar la conciencia”.

Toda esta confluencia evolutiva influye en la actitud y comportamiento del ser humano, ya que la conciencia es un proceso individual que también se puede compartir.

Por otra parte, el académico mexicano lamentó que la gente se interese en conocer la importancia del cerebro hasta que empieza a perder alguna de sus funciones cognitivas –vista, oído, habla o memoria–. Y es que cuando quiere enterarse si este problema tiene solución, “normalmente ya no la tiene”.

Para concluir su exposición, Ranulfo Romo recordó a Benjamín Libet, neurólogo estadounidense pionero en el campo de la conciencia, quien llegó a la conclusión de que “todo acto voluntario es involuntariamente iniciado, y todo acto conscientemente iniciado, empieza de modo inconsciente”.

Funcionamiento cerebral en conductas complejas
En el ciclo de conferencias también participó el investigador de la UV, Víctor Manuel Alcaraz Romero, con la plática “De lo biológico interno a lo psicológico externo”, en la que hizo un análisis del funcionamiento cerebral en conductas complejas.

Precisó que la biología estudia la estructura y funcionamiento de los organismos, en tanto la psicología tradicionalmente estudia la conducta, los sentimientos, los pensamientos y procesos de tipo cognitivo.

Luego hizo una reseña de su evolución, formuló un planteamiento sobre los aspectos de los análisis de respuestas reflejas, y cómo éstas se combinan en una conducta compleja.

Abordó también los apoyos exteriores y báculos para la conducta que son, dijo, de sustitución de los estímulos de la realidad para conservarlos y para que sirvan con fines comunicativos como: el lenguaje, la mímesis –onomatopeyas–, la arbitrariedad de los signos lingüísticos, la conservación de los signos evanescentes del lenguaje, la escritura, así como la memesis y foneticidad.

El evento fue organizado por la Dirección General de Investigaciones como parte de los festejos del 70 aniversario de esta casa de estudios.

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