En Etiopía y Senegal crece un árbol frutal llamado marula, el cual sirve de alimento para muchos animales. Sin embargo, tiene un efecto inesperado. Cuando los frutos están maduros son consumidos con avidez por los animales, pero conforme pasan los días, la marula se fermenta hasta alcanzar un alto nivel de alcohol, que hace mella en los consumidores.

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