Un abrazo- Eye for Ebony

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Los trastornos mentales siempre han estado rodeados de un gran desconocimiento. Aunque se ha avanzado mucho en su normalización, muchos tabúes siguen presentes cuando alguien se encuentra ante una enfermedad mental o cuando alguien querido la padece. Y esta desinformación lleva, en muchos casos, a desarrollar actitudes emocionales negativas hacia los propios pacientes, como atribuirles responsabilidades sobre el origen del problema.

Uno de los conceptos más influyentes en las investigaciones psicosociales en torno a familiares de pacientes crónicos ha sido el de emoción expresada (EE). Se refiere a las actitudes emocionales que una persona dirige a su familiar enfermo, siendo como una forma de medir la temperatura emocional en el contexto en el que conviven.

Un alto nivel de EE, definido por la presencia de altos niveles de crítica, hostilidad o sobreimplicación emocional, ha sido consistentemente demostrado como un predictor de recaídas en contextos de enfermedad crónica, en general, y en el contexto de las psicosis, en particular.

Altos niveles de crítica, hostilidad o sobreimplicación emocional son tres predictores de recaídas en psicosis

Un nuevo estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) –entre otras universidades de España, México y Estados Unidos– describe y compara los niveles de EE (crítica y sobreimplicación emocional), los niveles de ansiedad y depresión y las atribuciones de control y culpa que suelen tener los cuidadores sobre la enfermedad en el contexto de la psicosis temprana, considerando que el modelo atribucional puede ser de gran utilidad para entender mejor los mecanismos que subyacen la relación entre el estrés familiar, la EE y los procesos psicóticos.

La investigación, publicada en Psychiatry Research, analiza una muestra de 78 familiares de pacientes, 41 de personas en riesgo para la psicosis (ARMS, por sus siglas en inglés) y 37 de pacientes que han padecido sus primeros episodios psicóticos (FEP, por sus siglas en inglés). Por un lado, el estudio examinó las asociaciones de los diferentes componentes de la EE con la morbilidad psiquiátrica (ansiedad y depresión) de familiares y sus atribuciones acerca de la enfermedad y, por otro lado, comparó ambos grupos (ARMS y FEP) en dichas variables.

Los resultados del estudio muestran que, en los cuidadores, ambos indicadores de EE, crítica y sobreimplicación emocional están fuertemente asociados con sus niveles de ansiedad y depresión. En el grupo subclínico o en riesgo (ARMS), los cuidadores fueron más críticos que en el grupo de los primeros episodios, lo que se explicaría a causa del menor conocimiento sobre la enfermedad (por definición en los ARMS, al no haber debutado la misma todavía propiamente). A medida que la enfermedad progresa y los síntomas se hacen francos, los familiares critican menos la forma de comportarse de los pacientes, haciéndoles menos responsables de dichos síntomas.

Como señala Cristina Medina-Pradas, investigadora de la UNIR y autora del trabajo, “considerando que la alta EE puede contribuir a precipitar la transición a la psicosis en los pacientes ARMS y las recaídas en los FEP, las intervenciones familiares deberían ser una prioridad”.

Estas intervenciones familiares en la psicosis temprana deberían dirigirse a proporcionar apoyo psicológico e información adecuada para que los familiares puedan afrontar mejor y abordar adecuadamente los desafíos del trastornos, reducir las valoraciones negativas y cambiar las atribuciones de culpa de los pacientes que tienen los familiares, y atender sus niveles de ansiedad para prevenir el afianzamiento de la EE a lo largo del tiempo.

Más comprensión para reducir la ansiedad

El estudio subraya la importancia de ayudar a las familias a una mejor comprensión de la situación y a la aceptación progresiva de la misma, que les lleven a resolver cuestiones relacionadas con la culpa y la pérdida.

La incomprensión, la frustración y el duelo son reacciones habituales del entorno en las primeras etapas de la enfermedad. Se ha comprobado que los familiares expresan generalmente niveles más altos de ansiedad en pacientes que aún no han debutado (estados mentales de alto riesgo) que en aquellos en los que ya ha habido una transición a la psicosis.

La incomprensión, la frustración y el duelo son reacciones habituales del entorno en las primeras etapas de la enfermedad

Según los expertos, cuidar a alguien de la familia con un trastorno mental suele generar unos niveles de ansiedad y depresión considerables, resultando una experiencia estresante para quien cuida. Todas estas emociones negativas que se respiran en el ambiente no favorecen el pronóstico o la sintomatología del paciente.

Dada la importancia que el ambiente emocional del paciente tiene con respecto a la evolución de su sintomatología o a su pronóstico, las investigaciones en este tema han tratado de delimitar los factores psicológicos, cognitivos, etc. que subyacen a la alta expresividad emocional. No obstante, muy pocos estudios se han centrado en dilucidar y comparar estos mecanismos en los cuidadores en las primeras etapas de la enfermedad.

Tampoco cuando la enfermedad no se ha desarrollado del todo aún, cuando estudiar estos fenómenos en estas fases tan tempranas puede ayudar a comprender cómo se desarrollan dichos procesos emocionales a la vez que se va desarrollando la enfermedad. Esto es fundamental para poder intervenir cuando antes y prevenir que estas actitudes se afiancen, ayudando a su vez a evitar un empeoramiento por esta causa de los síntomas.

Referencia bibliográfica:

Domínguez-Martínez, T., Medina-Pradas, C., Kwapila, T. R., Barrantes-Vidal, N. Relatives’ expressed emotion, distress and attributions in clinical high-risk and recent onset of psychosis, en Psychiatry Research 247 (2017) 323-329. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.psychres.2016.11.048

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