Después de la Decena Trágica, la invasión y ocupación norteamericana del puerto de Veracruz es el evento mexicano más destacado por la prensa nacional e internacional, refirió Ricardo Corzo Ramírez, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), al participar en la mesa “Poderes y resistencias en Veracruz, 1914” de las IV Jornadas de Cultura y Comunicación “Poderes y resistencias desde la cultura y la comunicación”, organizadas por el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC).

En su ponencia “La ocupación norteamericana: combate y resistencias”, destacó que durante la ocupación norteamericana no en todo Veracruz hubo resistencia; por el contrario, se conoce que hubo relaciones y colaboraciones de intereses, ejemplo de ello es que las muchachas veracruzanas se casaron con marines.

Corzo Ramírez comentó que en la historia oficial se da una situación (o pretexto) en Tampico, la detención de algunos marines que fue suficiente para que el gobierno norteamericano decidiera arremeter a cañonazos contra el puerto de Veracruz, porque no era suficiente con rendir honores a la bandera de Estados Unidos.

“Era una guerra de castigo para que los mexicanos aprendieran que no se juega con los intereses y valores patrios de los norteamericanos, porque en aquel entonces la frontera sólo era un imaginario en la que iban y venían.”

Señaló que la ocupación del puerto de Veracruz se dio porque llegaría un gran barco cargado de armas y municiones para apoyar al gobierno mexicano encabezado por Victoriano Huerta, “fue más por su posición geográfica y política”.

Horacio Guadarrama, investigador del IIH-S, en su intervención titulada “Fotografía y prensa durante la invasión y ocupación estadounidense a Veracruz 1914” planteó que algunos especialistas han asegurado que la intervención de Veracruz fue un laboratorio para Estados Unidos para entrar a la Primera Guerra Mundial.

En materia de fotografía, dijo, se atravesaba por una revolución tecnológica en cuanto a la portabilidad y facilidad de luz: las cámaras se volvieron portátiles, más ligeras, automáticas, fáciles de operar, con diferentes lentes; eran metálicas o combinación de madera y metálicas, instantáneas, los obturadores son más rápidos, entre otras características.

“Todo esto coincide con el coleccionismo y postalmanía. Las postales se volvieron un medio de comunicación muy eficiente para los soldados norteamericanos, el teléfono era incipiente y los periódicos no llegaban a todos lados, por eso tenía que ser vista como otro documento histórico que debe analizarse con mucho cuidado”, detalló.

Además, en la fotografía los principales personajes ya no eran los militares o autoridades, sino la gente común y corriente. Lo cierto, añadió, es que se dio un fenómeno de piratería, dado que una misma imagen fue publicada en varios periódicos de autores diferentes.

En relación con la prensa, Guadarrama dijo que sólo los periódicos locales publicaron sobre este suceso: Sucesos y El Dictamen, pero las noticias estuvieron relacionadas con los escándalos de los soldados, “era una prensa amarillista”. Mientras que la prensa estadounidense sólo publicaba los avances militares.

Por último, Elissa Rashkin, investigadora del CECC, platicó sobre Las aventuras de Panchito Chapopote en la Huasteca veracruzana, novela escrita por Xavier Icaza que retrata la invasión norteamericana y la llegada de compañías estadounidenses que ocuparon arbitrariamente tierras veracruzanas.

“El texto nos sirve de consuelo por su rico y picante sentido del humor que sigue siendo una de las herramientas para los débiles que somos todos en estos momentos, especialmente las regiones petroleras actuales de Veracruz.

Por último, subrayó que este libro debe ser motivo de reflexión sobre las experiencias desastrosas que han sufrido muchos pueblos del mundo contemporáneo a manos de compañías petroleras transnacionales, que van desde agresiones físicas hasta la destrucción ambiental a la escala masiva.

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