Frédéric Moynier, científico de Planetario de San Luis, en Washington, dice que su grupo ha descubierto evidencia de que la Luna nació cuando un cuerpo del tamaño de Marte colisionó con la Tierra primitiva.
La evidencia puede parecer muy poco importante para los no científicos, dice Moynier, ya que sólo es un exceso de un variante pesado del zinc, en una serie de rocas lunares. Sin embargo, estos restos dicen mucho ya que este tipo de átomos de zinc, debido a sus características químicas, pudieron haberse condensado en una nube de roca vaporizada creada por una colisión catastrófica.
Lo científicos buscaron por mucho tiempo este tipo de zinc, llamado isótopo de zinc (lo que quiere decir que es como el zinc normal pero difiere en su forma molecular), desde que las primeras misiones de los Apolo trajeron rocas lunares a la Tierra en los años 70. Moynier, junto con su estudiante de doctorado Randal Paniello, y su colega James Day, del Scripps Institution of Oceanography, son los primeros en encontrar este isótopo.
La teoría de que la Luna se formó por una colisión se observa en algunos datos, como que las rocas lunares son geoquímicamente parecidas a las de la Tierra, con pocos elementos que se evaporan o volátiles, lo cual hace ver que ambos cuerpos celestes pudieron haberse conformado con los mismos materiales, similitud que no se explica por otras teorías de la formación de la Luna.
De acuerdo a la Teoría del Gran Impacto, propuesta en un conferencia en 1975, la Luna de la Tierra se formó de una colisión entre el cuerpo llamado Theia y la joven Tierra.
Este choque fue tan poderoso que es difícil imaginar, ya que se cree que Theia tenía el tamaño del planeta Marte. El golpe liberó tanta energía que Theia se vaporizó, así como una gran parte del protomanto terrestre. Posteriormente, la Luna se condensó a partir de la nube de vapor de este encuentro.
La teoría tomó importancia debido a una serie de simulaciones por computadora mostraron que el escenario era posible, además de que explicaban algunas características de las rocas lunares.
Según Moynier, la razón por la que las rocas tienen pocos materiales volátiles, se debe a que durante la colisión estos se evaporaron, dejando materiales o elementos más pesados o condensados, a los que llaman isótopos.
“Cuando una roca es evaporada y derretida, los isótopos ligeros se vaporizan más rápido que los isótopos pesados, así que lo que se obtiene es un vapor rico en isótopos ligeros y un residuo sólido rico en isótopos pesados, después, cuando desaparece el vapor, el residuo sólido será rico en isótopos pesados, a diferencia del material original, esto se observa en las rocas lunares “, explicó Moynier.
Estas evidencias, aunque pequeñas, fortalecen la Teoría del Gran Impacto, ofrecen información sobre el origen de la Tierra y sobre la coexistencia de la Luna y nuestro planeta, ya que sin la influencia estabilizadora de nuestro satélite, probablemente la Tierra sería un lugar muy diferente. Algunos científicos creen que sin ella, la Tierra giraría más rápido, los días serían más cortos, el clima sería más violento. Tal vez habría sido un mundo más duro, poco adecuado para la evolución de nuestra especie.
Referencias:
Randal C. Paniello, James M. D. Day, Frédéric Moynier. “Zinc isotopic evidence for the origin of the Moon”. Nature.