La nebulosa del Búho meridional, el fantasma de una estrella


En el hemisferio norte se puede observar la nebulosa del Búho, que tiene un pariente de aspecto similar en los cielos del sur: la nebulosa del Búho meridional. El nombre científico de esta brillante esfera es nebulosa planetaria ESO 378-1, con un diámetro de casi cuatro años luz, y ahora el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha captado su mejor imagen.

Si lo comparamos con la vida media de las estrellas (varios miles de millones de años), ESO 378-1 y el resto de nebulosas planetarias duran ‘solamente’ unas pocas decenas de miles de años. Haciendo un símil, la vida de una de estas nebulosas es a la vida de una estrella, aproximadamente lo mismo que la vida de una pompa de jabón a la edad del niño que la sopla.

Las nebulosas planetarias se crean a partir del gas en expansión expulsado por estrellas moribundas. Aunque son objetos brillantes y fascinantes en sus etapas iniciales de formación, estas burbujas se van apagando a medida que el gas que las forma se aleja y la estrella central se debilita.

Las nebulosas planetarias desempeñan un papel crucial en el enriquecimiento químico y la evolución del universo. Devuelven al medio interestelar el material de las estrellas, en las que se han creado nuevos elementos como carbono y nitrógeno, así como otros elementos más pesados. De este material pueden surgir nuevas estrellas, planetas y, con el tiempo, incluso seres vivos como nosotros. Como dijo el astrónomo Carl Sagan: «Somos polvo de estrellas».

(ESO)

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