John Logie Baird y su aparato televisor

John Logie Baird y su aparato televisor


El 26 de enero de 1926, ocurrió un hecho que iniciaba una de las modificaciones culturales y de comunicación más importantes de la humanidad:

Se dio la primera demostración de imágenes en movimiento salidas de un aparato. La televisión había nacido.

La transmisión la hizo John Logie Baird, el inventor de la televisión, desde la Royal Institution, utilizando a su muñeco, una vieja marioneta a la que llamaba Bill, el cual fue el primer objeto en movimiento en aparecer en una pantalla de televisión. La imagen tenía una resolución de apenas 25 líneas y era diminuta, pero el rostro era perfectamente reconocible, según se anota en el libro «John Logie Baird: A Life», de Malcolm Baird y Antony Kamm.

En el evento estuvieron científicos miembros de la Royal Institution y un periodista del periódico británico «The Times», y la recepción se hizo en un aparato que medía 8,9 por 5 centímetros y con graduaciones de tono.

El ingeniero y físico escocés se convertía así en «padre» de un invento que revolucionaría las comunicaciones, la sociedad y la cultura.

Para lograr su invento de la televisión, Baird se apoyó de conocimientos extraídos de avances previos, como el llamado disco Nipkow, que en 1884 patentó el estudiante alemán Paul Nipkow, y que consistía en el primer sistema de televisión electromecánico.

En 1924 construyó un rudimentario aparato mecánico con el que consiguió transmitir la silueta de una cruz de Malta. Su aparato estaba construido con elementos de desecho, ensamblados y unidos artesanalmente.

En 1925, Baird logró transmitir un rostro humano reconocible, en una proyección televisada en los conocidos almacenes londinenses Selfridges pero entonces, al no tratarse de una imagen dinámica, sino estática, no se consideró una retransmisión televisada.

Finalmente, en 1926, logró la transmisión de imágenes en movimiento.

En 1927, tan solo un año después de esa primera imagen, Baird logró transmitir una señal de Londres a Glasgow, a través de un cable de teléfono, y, en 1928, su empresa, Baird Television Development Company, consiguió la primera señal de televisión transatlántica entre Londres y Nueva York.

En 1929 su sistema de barrido mecánico de 240 líneas, con el que la imagen se volvió mucho más nítida, fue adoptado experimentalmente por la British Broadcasting Corporation (BBC). En esa conjunción se realizó la primera transmisión pública de televisión: la posibilidad de «ver a distancia», que revolucionaría las comunicaciones, la sociedad y la cultura.

Poco después, se televisó la primera obra de teatro y más adelante ya se emitían transmisiones en vivo.

Y alrededor de 1930 se comercializó el modelo de televisor «Plessey», con el cual los espectadores británicos podían seguir las emisiones de la época.

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