El consumo y contaminación de los plásticos parece un problema insondable, ya que aunque hay intentos de regularizar y reducir su uso, los intereses comerciales y la falta de conciencia no hacen mella en su consumo, refirió la doctora Rosa María Espinosa Valdemar, de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, en su ponencia “Plásticos biodegradables en México: de las disposiciones legales a los efectos ambientales”, que impartió en el 5° Encuentro Nacional de Expertos en Residuos Sólidos.
Mencionó que hubo leyes que se aprobaron para regular y prohibir su uso pero luego, un tiempo después, se volvieron a aprobar.
En el DF se dio un acuerdo para modificar la ley de residuos, donde se decía que todas las bolsas fueran degradables o que si no los consumidores tenían que pagarlas, pero generó una gran polémica porque interfería con los intereses económicos de la industria de los plásticos, así que la ley se desechó para quedar igual. Lo que quedó vigente fue sólo la recomendación de usar plásticos degradables que se desintegran en menos de 5 años, los cuales se obtienen de materiales naturales, como fécula de maíz. Estas medidas también se han tomado en Baja California, Zacatecas y Aguascalientes.
Sin embargo, una vez más, la carencia de normas hace prácticamente imposible que se supervise el uso de este tipo de plásticos, así que es un tema que aunque se ha difundido, queda en los consumidores y los sistemas de gestión de estos materiales encontrar una solución más amable con el medio ambiente, con un buen sistema de reciclaje y con nuevas tecnologías.
Los plásticos surgieron para sustituir a los materiales naturales y con el paso del tiempo han ido tomando un lugar muy importante porque son baratos, versátiles y resistentes, casi en cualquier campo se usan plásticos, computadoras, ropa, paquetería, comida, etcétera, sin embargo, una parte de los plásticos más abundantes son los envases y empaques, como botellas de agua y bolsas de plásticos del super.
“Actualmente podemos decir que estamos viviendo la era del plástico y por esta serie de características, que los hacen un material tan versátil, se ha favorecido un crecimiento exponencial que provoca una explotación de los combustibles fósiles, como el petróleo, además, una vez utilizados se convierten en basura”, dijo la doctora Espinosa.
En nuestro país, agregó, algunas opciones son el reciclaje, pero casi nadie tiene esta costumbre, pero también se pueden usar para producir energía con la incineración, además hay un nuevo concepto, muy popular, el plástico biodegradable, el cual fue utilizado por empresas, pero es algo que aún está en duda, ya que no hay un sistema adecuado para comprobar que realmente sean plásticos biodegradables, ya que se necesita de pruebas como las ISO o las ASTM o de suelos y otro tipo de pruebas de laboratorio.
La doctora agregó que otros países han asumido algunas medidas para combatir esta contaminación y que el DF tomó algunas medidas, poco efectivas pero que representan un avance en la materia. En nuestro país no hay una técnica vigente para analizar el impacto de los plásticos en el medio ambiente, pero agregó que en la UAM están desarrollando técnicas para lograrlo. Además, dijo, existen otras soluciones alternas para disminuir el impacto ambiental de estos materiales, como son los impuestos sobre estos productos, donde los consumidores son los que debían pagar esas bolsas, no darlas gratis, medida que se aplica en países como Italia, Israel, Ruanda, China y San Francisco. Asimismo, otro factor importante es la prohibición de ciertos materiales en la fabricación de los plásticos, como los ftalatos, el bisfenol A y los retardadores de flama, los cuales son tóxicos, ya que son identificados como hormonas ambientales o disruptores endocrinos.