Durante el fin de semana del 14 y 15 de julio y durante la madrugada del 16, la Tierra experimentó lo que se llama, una tormenta geomagnética, provocada por una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), la cual no tuvo el impacto que los científicos temían sobre los aparatos electrónicos ni las telecomunicaciones.
Lo que sucede durante una tormenta de esta clase es que la burbuja geomagnética alrededor de la Tierra, la magnetósfera, cambia de forma y de tamaño en respuesta a una gran cantidad de energía entrante proveniente del Sol. En este caso la energía se produjo por una CME, lo cual es una erupción o viento solar provocado por un drástico cambio de temperatura en la masa solar.
La tormenta del 14 al 16 de julio fue clasificada por la NASA como una X1.4, de una escala que incluye A, B, C, M y X, es decir, la clasificación más alta, por lo que se temían fuertes efectos sobre las telecomunicaciones, la radio, la órbita de los satélites y demás dispositivos electrónicos, sin embargo, los efectos no fueron tan severos cómo se pensaban, afortunadamente para una sociedad tan dependiente de la electrónica.
Asimismo, estas tormentas provocan un fenómeno llamado aurora boreal, que normalmente pueden observarse en los polos de la Tierra, pero en esta ocasión, debido a la intensidad de la erupción, se reportaron en latitudes más cercanas al ecuador, como en Missouri y Arkansas.
Según los datos recopilados por el Solar Terrestrial Relations Observatory (STEREO-B) la CME viajó en dirección a la Tierra a una velocidad de 1,480 kilómetros por segundo, se produjo desde el centro del Sol el 12 de julio de 2012 y llegó a la Tierra el 14 de julio. La X1.4 es la sexta llamarada ocurrida en el 2012, un año que podría ser el pico del actual ciclo solar, que dura 11 años.
Para más información y ver las imágenes de la erupción solar, se puede visitar el siguiente link: http://www.nasa.gov/mission_pages/sunearth/news/News071212-X1.4flare_prt.htm