En el primer estudio de este tipo, un grupo de investigadores analizó la información obtenida durante una simulación del primer viaje a Marte, en el que se reveló el impacto del prolongado confinamiento en el vuelo en el desempeño y el humor de los astronautas. La simulación fue un esfuerzo internacional por la próxima misión a Marte y que se prevé durará alrededor de 520 días.
Los resultados de los análisis fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y detallan las alteraciones que sufrirían los pasajeros en sus patrones de sueño y su comportamiento neurológico en misiones espaciales prolongadas.
“El éxito de los viajes interplanetarios, los cuales se prevén para este siglo, dependerán en gran medida de la habilidad de los astronautas para permanecer en sus cinco sentidos durante el confinamiento y aislamiento de la Tierra durante misiones que serán mucho más largas que las llevadas a cabo hasta la fecha”, dijo el doctor David F. Dinges, jefe de la División de Sueño y Cronobiología del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina Perelman.
La simulación de la misión de 520 días fue desarrollada por el Instituto de Problemas Biomédicas (IBMP) de la Academia Rusa de las Ciencias y patrocinado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y se desarrolló a partir de junio 3 de 2010 y hasta el 4 de noviembre que los astronautas voluntarios «regresaron» a la Tierra. El simulacro involucró a un equipo internacional de seis voluntarios, a los cuales se sometió a 90 experimentos y escenarios para recopilar información psicológica y médica sobre los efectos de los vuelos espaciales de larga duración.
La simulación estuvo dividida en tres fases, 250 días de ida hacia el planeta rojo, 30 días en la superficie y 240 días de regreso a la Tierra.
Como el único equipo de investigación norteamericano involucrado en la simulación, el de David F. Dinges monitoreó los patrones de sueño de los miembros de la tripulación afectados por el encierro, el sedentarismo y la falta de luz natural y les aplicó varios exámenes de desempeño para comprobar la forma en que la falta de sueño, la fatiga, los cambios de humor, estrés y los conflictos naturales a lo larga de la misión afectaban su salud.
La mayor parte de los astronautas experimentó problemas de sueño, falta de concentración, malestar general, la disminución de los periodos de sueño y descanso, así como su calidad. También estaban poco alertas después de varios meses, sus intervalos de vigilia y sueño eran irregulares, lo que sugiere una mala sincronización del ciclo circadiano, el cual controla los estados de vigilia y sueño de acuerdo a los ciclos de luz natural y que todos experimentamos y que sufrimos en los cambios de horario o cuando se tiene actividad fuera de los horarios a los que estamos acostumbrados, como las largas jornadas de trabajo.
Estas dificultades, representan un reto para las misiones espaciales ya que debe atenderse la calidad del descanso de los astronautas para que sus niveles cognitivos sean óptimos. La investigación concluyó que es necesario fabricar ambientes que emulen los hábitats de la Tierra, como uno que mantenga los tiempos apropiados de exposición a luz, horarios alimenticios y ejercicios adecuados. Dinámicas necesarias para mantener la salud de los tripulantes durante la misión a Marte, la cuál aún no se asegura pero por la que varias agencias espaciales trabajan en equipo.
Referencias:
Mathias Basner, David F. Dinges, Daniel Mollicone, Adrian Ecker, Christopher W. Jones, Eric C. Hyder, Adrian Di Antonio, Igor Savelev, Kevin Kan, Namni Goel, Boris V. Morukov, and Jeffrey P. Sutton. “Mars 520-d mission simulation reveals protracted crew hypokinesis and alterations of sleep duration and timing”. Proceedings of the National Academy of Sciences.