Más de 8.000 científicos de la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se han reunido por primera vez para identificar los 100 animales, plantas y hongos más amenazados del planeta.
Las especies, que pertenecen a 48 países diferentes, son los primeros candidatos para desaparecer por completo si no se actúa para protegerlas. El futuro más sombrío es el del perezoso pigmeo (Bradypus pygmaeus) que solo habita la Isla Escudo, a 17 kilómetros de la costa de Panamá, y cuyo peso es similar al de un bebé recién nacido. Está en peligro crítico de extinción.
A este pequeño perezoso se une el antílope saola (Pseudoryx nghetinhensis), uno de los mamíferos más amenazados del sudeste asiático, conocido como el unicornio asiático debido a su rareza –su población posiblemente no alcance en la actualidad la decena de individuos–. También es curioso el caso de un hongo (Cryptomyces maximus) que vive únicamente en forma de costra en los sauces de una pequeña zona en Gales (Reino Unido).
Su principal problema, junto al resto de especies de la nueva lista, es que desaparecerían por “no ofrecer beneficios evidentes a los seres humanos”, alertan los conservacionistas desde el Congreso de la Naturaleza organizado por la UICN y que se celebra hasta el 15 de septiembre en la isla de Jeju (Corea del Sur).
Frente al nuevo enfoque conservacionista que cuestiona la aportación de la naturaleza al ser humano para valorar y priorizar su protección, no todos están de acuerdo. “Debemos adoptar una importante decisión moral y ética: ¿Tienen estas especies derecho a sobrevivir o tenemos nosotros derecho a condenarlas a la extinción?”, ha declarado Jonathan Baillie, director de Conservación de la Zoological Society of London (ZSL) que ha realizado el informe Priceless or Worthless? («¿Sin valor o de un valor incalculable?»).
La publicación tiene como objetivo dar un impulso a la conservación de las especies consideradas “sin valor” en el programa que establecen las ONG de todo el mundo. “Todas las especies enumeradas son únicas e irremplazables. Si desaparecen, no existe cantidad de dinero que las pueda recuperar”, ha afirmado Ellen Butcher, también del ZSL, y coautora del informe.
Pero para la investigadora, si se aplican medidas inmediatas podrían tener la posibilidad de sobrevivir. “Esto exige el respaldo a la posición moral y ética de que todas las especies tienen un derecho inherente a existir”, ha recalcado.
Declive por la acción humana
La inminente extinción de estas 100 especies se debe sobre todo a las actividades antropogénicas. Sin embargo, para la mayoría de estos animales y plantas aún pueden salvarse “si se concentran los esfuerzos de conservación específicos”, indican los científicos. Las medidas a favor de la conservación han dado buenos resultados con muchas especies como el caballo de Przewalski (Equus ferus) y la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), salvadas de la extinción.
“Si creemos que estas especies tienen un valor incalculable, es hora de que la comunidad a favor de la conservación, el gobierno y la industria asuman sus responsabilidades y demuestran a las futuras generaciones que valoramos todas las formas de vida”, ha añadido Jonathan Baillie.
Para Simon Stuart, presidente de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la UICN, “aunque el valor de algunas especies pueda no parecer obvio a primera vista, todas las especies contribuyen a su manera al funcionamiento saludable del planeta”.