Por su trabajo en favor de la salvaguardia del patrimonio cultural totonaco, el Centro de las Artes Indígenas (CAI), de Veracruz, ha sido recomendado para su inscripción en el Registro de las Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, que será evaluado durante la próxima reunión de este organismo, a celebrarse en París, Francia, del 3 al 7 de diciembre.

El expediente de candidatura de Xtaxkgakget Makgkaxtlawana, el Centro de las Artes Indígenas y su contribución a la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial del pueblo totonaca de Veracruz, México, fue presentado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el Gobierno del Estado de Veracruz, en marzo de 2011, y será analizado durante la 7° Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.  

Elaborado bajo la asesoría de la Dirección de Patrimonio Mundial del INAH a lo largo de 2010, el expediente ha recibido la recomendación del Órgano Consultivo de dicho comité, conformado por seis expertos independientes (de Noruega, Georgia, Perú, India, Gabón y Túnez) y seis Organismos No Gubernamentales (de Francia, Eslovenia, Brasil, Vietnam, Kenia y Marruecos) acreditados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).   

La propuesta como Mejor Práctica del trabajo realizado en el Centro de las Artes Indígenas (CAI), se presenta avalada por el Órgano Consultivo de la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial, a raíz de la inscripción, en 2009, de la Ceremonia ritual de los Voladores en la Lista Representativa. La recomendación establece que el CAI cumplió a cabalidad con los nueve criterios de selección aplicados a esta categoría. 

En su Recomendación 7.COM. 9.2, el organismo señala que: “El Centro de las Artes Indígenas (ubicado en el parque Takilhsukut, en Papantla) fue diseñado como respuesta al deseo del pueblo totonaca de crear una institución educativa para transmitir sus enseñanzas, el arte, los valores y su cultura, al tiempo que también proporcione las condiciones favorables para que los creadores indígenas desarrollen su arte”. 

Asimismo, establece que “la estructura del Centro representa un asentamiento tradicional que comprende las casas-escuela, cada ‘casa’ está especializada en cada una de las artes totonacas, tales como cerámica, textiles, pintura, arte de la sanación, danza tradicional, música, teatro y cocina. En la ‘Casa de los Abuelos’, los estudiantes adquieren los valores esenciales de los totonacas y una orientación en el sentido de la práctica creativa”. 

El documento también indica que “el Centro propone la revitalización de las prácticas culturales totonacas a través de medios tales como el uso de la lengua totonaca como vehículo para la enseñanza, la recuperación de técnicas olvidadas, la producción artística, el restablecimiento de los órganos tradicionales de gobierno y la reforestación de las plantas y árboles necesarios para la práctica cultural. El Centro también promueve la cooperación con los creadores y gestores culturales de otros estados del país y de todo el mundo.” 

Al detallar los nueve criterios de selección que se deben cumplir, el Órgano Consultivo explicó que el primero hace referencia al Centro de las Artes Indígenas como un espacio para la transmisión intergeneracional no formal de los valores, tradiciones orales, artesanías, medicina tradicional, cocina y artes totonacas, y que complementa los métodos domésticos de la enseñanza cultural. 

El segundo criterio resalta la participación del CAI en numerosos festivales y talleres, interactuando con instituciones de diversos países para promover las artes totonacas y una mayor conciencia del patrimonio cultural inmaterial en general. 

El tercero destaca la misión del Centro para contribuir en la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial totonaca, la diversidad cultural y el desarrollo sustentable, mediante la identificación, documentación, educación y sensibilización. 

Los apartados cuatro y cinco aluden al apoyo que recibe el Centro, como resultado de su eficacia, y a la participación activa de las comunidades totonacas en varios niveles; en tanto que el sexto refiere a la promoción de la creatividad artística que permite su autosuficiencia, y podría servir como un modelo regional e internacional de salvaguardia. 

En cuanto a los criterios siete y ocho, abordan el compromiso del CAI por colaborar en la difusión del programa, el cual es evaluado periódicamente por un equipo que incluye a maestros de la tradición, coordinadores de las casas-escuelas, un director académico adjunto, un subdirector de operaciones y un director general. 

Finalmente, el noveno criterio subraya el trabajo de autogestión y promoción de las comunidades en la generación de ingresos, y expresa la voluntad de ayuda mutua y diálogo entre las culturas que podría servir como un modelo para los países en desarrollo. 

Francisco López, director de Patrimonio Mundial del INAH, expresó que “a partir de la experiencia que hemos adquirido en relación con los procesos de evaluación, y dado el expreso reconocimiento internacional que México tiene respecto a la calidad de sus expedientes presentados, podemos asegurar que la candidatura llegará a buen puerto y recibirá el voto positivo de los 24 países miembros que conforman el Comité Intergubernamental”. 

De parte de México, éste sería el primer elemento reconocido por la UNESCO en la categoría de Registro de las Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en tanto que tiene ya siete inscripciones en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial.

Las manifestaciones culturales mexicanas que han sido incluidas en dicho listado son: Las Festividades Indígenas dedicadas a los Muertos (2008), La Ceremonia Ritual de Los Voladores, Veracruz (2009), Tradiciones vivas y lugares de memoria de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, en Querétaro (2009), La Pirekua, canto tradicional de los p’urhépecha (2010), Los Parachicos en la fiesta de enero de Chiapa de Corzo (2010), La Cocina Tradicional Mexicana, el paradigma de Michoacán (2010) y El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta (2011).

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